lunes, febrero 27, 2006

Indiferencia, complicidad y solipsismo

No serán muchos los que no hayan oído la historia del filósofo que corre perseguido por un perro y tiene que arrostrar la mofa de sus alumnos: «Maestro, no hay tal perro, sólo está en su imaginación», a lo que replica el hombre jadeante: «Son ustedes los que se figuran verme correr delante de un perro». Es un buen ejemplo del solipsismo, esa forma extrema del idealismo filosófico que hace derivar la realidad de la mente.
¡Qué barato sale hablar!

______A menudo pienso en eso porque en Colombia se vive en un extremo diferente, si se quiere opuesto al solipsismo pero en realidad mucho más absurdo: no hay ninguna relación entre lo que se dice y lo que se hace, son mundos aparte. El habla es libre y sin consecuencias: si usted va mañana y dice como la reina de corazones de Carroll a unos ciudadanos de extracción rural «Córtenle la cabeza a fulanito», eso no lo hace en absoluto reo de ningún delito, puesto que sólo eran palabras...
El impacto de lo que se dice

______Bueno, yo me voy a un extremo muy próximo al solipsismo: nada de lo que ha ocurrido en Colombia en las últimas décadas es tan monstruoso como lo que se ha dicho, ni como lo que se ha dejado de decir. Y cuando hablo de «decir» no me refiero al brutal ejemplo de nuestros compatriotas patricios encargando asesinatos generación tras generación, sino a lo que se presenta como opinión, como doctrina universitaria («académica» dicen con orgullo los que tienen alguna renta próxima a esos ambientes) y hasta como literatura. Estar cerca de un colombiano excluido inspira mucho miedo por lo que le puede hacer a uno, pero para una persona sensible lo que puede decir un colombiano educado es mucho más estremecedor.

¡Que nadie se atreva!

______Y ciertamente hay algo mucho más grave aún, y es la censura increíble que hay para proteger los intereses de los empresarios de las masacres. ¿Habrá alguien que no haya oído historias sobre la vida sexual del único columnista de prensa que criticaba a las FARC en los años del cambio de siglo? ¿Y ese fervor en los rostros el día que le mandaron un libro-bomba? ¡Pero no hay partidarios de la guerrilla, si toda la prensa está entusiasmada y llena de orgullo de ser del mismo país que el legendario guerrillero más viejo del mundo, es por fervor patriótico inducido por Posada Carbó! (así lo llama otra vez la revista Semana en un artículo elogioso que tiene mucha relación con el festín de sangre que se están dando las FARC en estos días).
Optimismo y muerte

______Por si alguien se escandaliza de la frase en que se alude a Tirofijo: es exactamente el tono de toda la gran prensa en esos años. Uno leía cada día una monstruosidad mayor que la del día anterior, pero los columnistas eran obsequiosos, optimistas y obedientes. La mayoría, algunos eran hermosamente épicos: nunca olvidaré la protesta del portavoz de la universidad colombiana, Alfredo Molano, porque en Barcelona le había tocado barrer, eso la misma semana en que se informaba de la castración de un policía en un pueblo del Huila o alguna de tantas y tantas proezas en esa época.

Verdades incuestionables

______Ese personaje merece especial atención de cualquier histo- riador que hurgue en las hemerotecas, porque sus columnas son como un compendio de las razones de las clases instruidas en Colombia: ante la masacre de Vigía del Fuerte salió airado a decir que había que alegrarse porque era una base paramilitar; ante los atentados del 11 de septiembre de 2001, que el terrorismo es el arma de los débiles (como naturalmente dijo antes Arnold Toynbee) y que estaba bien que hubiera quienes no quisieran dejarse globalizar y que los pueblos protegerían sus jerarquías, y en otra ocasión, cuando la lista de atrocidades de las FARC empezaba a desesperar a la gente, explicó que ya se estaban pareciendo a Bolívar (comparación acaso pertinente, pero que en el contexto era sólo aliento a los masacradores).

Homenajes

______¿Y qué? Son sólo opiniones, y ni siquiera me parece importante recordarlas de no ser porque en la prensa leí varias decenas de homenajes al personaje por parte de otros columnistas. Lo que no recuerdo es una sola crítica. Sí, algún comentario murmurado entre dientes en alguna columna de Hommes o de Mauricio Pombo, pero algo como desaprobación por tales lindezas, en absoluto. En cierta medida es el portavoz oficial de los intelectuales colombianos.

El verdadero adalid

______Perdón, no. Es verdad que es un hombre de la clase más alta, pero no tiene la familia del archicelebrado dandi taurino (como llamo yo al gran novelista y columnista Antonio Caballero), y tal vez por eso sea menos reconocido y menos representativo. En realidad, Molano llama más la atención por ser abiertamente dichoso con las masacres, pero Caballero expresa mejor la calidad humana y moral de las clases altas colombianas, que son en esencia las personas que leen Semana y en absoluto cuestionan «el peso, el conocimiento y la confianza que Leyva se ha ganado en Colombia a lo largo de los años entre los bandos en conflicto para buscar la paz», según el artículo de esa revista. «Leyva» es el usufructuario del secuestro Álvaro Leyva, uno de ellos, claro.
La colombianidad

______Bueno, el gran columnista de esa revista relacionada con los López exhibe cada semana su prestidigitación y deja fascinados a sus lectores, sobre todo cuando los exime de toda culpa por enriquecerse gracias al narcotráfico. Pero para ser representativo de Colombia necesita más: recuerdo hace como ocho años un reportaje de esa misma revista sobre un tal Forbes, un beisbolista y sindicalista de Colpuertos que se ganaba de pensión 29 millones de pesos de la época al mes. Era un hombre joven, no creo que hubiera alcanzado los cincuenta años, pero gracias a esas cosas que ocurren en Colombia entre los abogados y jueces y sindicalistas (es decir, entre la izquierda, pues los guerrilleros son sólo el servicio doméstico), se las habían arreglado para ponerle esa pensión.
______Pues a la semana siguiente salió la correspondiente diatriba de Caballero: ¡no podía ser que la oligarquía se opusiera con tales campañas a que un hombre del pueblo surgiera!

Omertà e Felicità

______Bah, lo interesante ni siquiera es eso, es que sólo lo leo o lo recuerdo yo. A nadie le molesta, del mismo modo que a nadie le molesta lo que escribe Molano, hay otros columnistas de El Espectador que eran aún más entusiastas dando aliento a «la insurgencia». Nadie los leyó, nadie les prestó atención. Nadie cree que la guerrilla tenga alguna afinidad con los que se oponen a que se la combata: ¡es que son enemigos más radicales todavía! Si el M-19 y el Partido Comunista (léase, el Polo Democrático Alternativo) formaban parte del Foro de Sao Paulo junto con las FARC y el ELN es sólo porque buscan la reconciliación. Si el actual gobernador del Valle pertenecía al Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista en la época en que la relación entre ese partido y las FARC era directa y pública y las órdenes de las acciones armadas de envergadura salían de ese comité, es decir, del señor Garzón, son cosas que sólo mentes obstinadas quieren guardar, enfermas de sus rencores.

¡Ay de quien alce la voz!

______¿Para qué me pondré a escribir? Todos los días hay una gran masacre y uno está expuesto a toda clase de amenazas, calumnias, campañas de desprestigio (como las afortunadamente menguantes del Bluelephant’s Ballad) e insultos si no exhibe el elegante silencio de casi todos los blogs y obviamente de todos los columnistas, que no lo serían sin prestarse a eso. ¿Alguien ha leído un blog en el que se comenten las masacres de los últimos días? Por hacer un comentario sobre eso en el blog de Alejandro Gaviria no tardó en aparecer el respectivo personaje a tratarme de «loquito» y de «exaltado al cual temer»... Es que en Colombia la ley es secuestrar y arrimarse a los que encargan los secuestros y el crimen es denunciar eso: registrar y entender lo que dice Molano es ser un exaltado peligroso.

¿Indiferencia o complicidad?

______Sirva todo esto para comentar el artículo que apareció ayer en El Tiempo, de Salud Hernández Mora, en el que se ocupa de la indiferencia de los colombianos ante el secuestro. No, señora, si se trata de la prensa y las universidades no es indiferencia, es compli- cidad: es entusiasta adhesión y violenta censura contra cualquiera que desapruebe esas proezas. Y el motivo por el que eso ocurre hay que buscarlo en la formación de los valores nacionales, pues para cualquier persona de fuera, como la columnista, es algo inexplicable.

El desafío de la gente objetiva

______Bueno, para ser sinceros, también tiene relación con la obscena polémica de los tecnócratas contra los literatos: ni Posada Carbó ni Alejandro Gaviria ni los demás han leído a Molano ni a Caballero ni a Otálora ni a tantos y tantos. Bueno, puede que los hayan leído, pero esos temas caen por fuera de su especialidad. Sí, tal vez caen dentro de su especialidad, pero ellos no van a tomar partido por uno de los «bandos del conflicto»... Son «académicos», no militantes de nada. Gaviria se escandaliza tanto conmigo que me acusa de haber creado un nuevo culpable de todo en los intelectuales de izquierda, la «Central Ideológica de los Asesinos».

¿Ocurre algo fuera de nuestra mente?

______Al final vuelve uno a preguntarse si ocurre algo fuera de la mente, si los crímenes son otra cosa que el efecto de esa conducta unánime. Si los miembros de las FARC no tendrán la certeza de obrar con razón y con futuro debido a la aprobación tácita que encuentran por parte de las clases poderosas de la sociedad. Tratando de explicarle eso a alguien se me ocurrió que cuando nosotros vemos una imagen en que un salvaje se come a una persona sentimos una gran impresión, pero puede que otro salvaje juzgue sólo la presencia o ausencia de nariguera en el comensal. Lo mismo me pasa a mí, que me escandalizo de esas cosas, pero los doctores sólo ven el acierto o error político de esas bellezas cotidianas. En cuanto producto característico de Colombia, en especial de la universidad, la guerrilla no encuentra rechazo por sus actos más que entre la gente que se siente amenazada. Los demás los explotan para favorecer la revolución, como esa pléyade que azota los foros de El Tiempo.

Lo que queda

______En fin: tal vez sea ocioso recordarlo, pero como el dicho aquel de verba volant, scripta manent, al final lo que queda son las palabras. Lo del principio, lo que sólo estaba en la mente. Tal vez porque todo sea un sueño, pero probablemente porque pensar y hablar son las acciones verdaderamente importantes y graves. Es sabido que todo lo que se dice se termina intentando, que hace cien años muy poca gente se tomaba en serio los sueños de los antisemitas, que la guerrilla sólo lleva a la práctica lo que pedían los estudiantes de hace cuarenta años...
______Bueno, de estas décadas quedarán los escritos y la gente del futuro los conocerá mucho más de lo que nosotros conocemos los de hace cincuenta años. Y como con esos alemanes de los años sesenta y setenta, la mayoría de los colombianos de clase alta no podrán explicar a sus hijos qué hacían ellos mientras se masacraba día tras día a la gente por una serie de mentiras divulgadas por unos ambiciosos absolu- tamente carentes de escrúpulos, y toleradas por los que deberían haberles plantado cara.

miércoles, febrero 22, 2006

Las rentas de la magia potencial

Ojalá abundara la gente dispuesta a prestar atención a los hechos objetivos y comprobables, porque éstos nos ofrecen referencias válidas a las cuales atenernos para comprender la realidad. Lo que pasa es que hasta para eso hace falta una disposición particular: un mínimo de honradez. El subjetivismo que siempre conduce a algún tipo de complicidad con el crimen o de pasividad muy conveniente para los criminales es con frecuencia una estratagema de quienes desconocen ese concepto.
______No otra cosa es lo que ocurre con la ya tediosa discusión sobre la legalización de las drogas: como Colombia tiene el problema del narcotráfico y la tarea de hacer frente a las mafias que viven de él es tan costosa y complicada, y sobre todo afecta a tantos intereses influyentes que no están propiamente molestos con ese negocio, el país se ha vuelto el paraíso de los partidarios de la legalización.

Una campaña vigorosa

______Entre los textos publicados en las últimas semanas destaca un reportaje en El Espectador, con entrevista al Premio Nobel de Economía de 1992, un editorial, el mismo día, un artículo de la inefable columnista Marianne Ponsford una semana después y hasta uno del poeta nadaísta Eduardo Escobar, publicado en El Tiempo de ayer. Con su inevitable eco en algunos blogs, claro.

¿Qué importa que no sea posible?

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Bueno, la propuesta de legalizar las drogas es un disparate, no porque tal cosa no fuera deseable sino porque durante muchas décadas no tendrá ningún apoyo significativo en ningún país. Sólo es una excusa para promover el antiamericanismo en la línea del increíble dandi taurino que reina en la prensa colombiana. Pero no hay ningún problema: el que está loco soy yo. En realidad puede que tengan razón, pues a fin de cuentas razonar con canallas es un poco demencial.
______¿Se habrán preguntado todos esos legalizadores cómo conseguirán tan deseable situación? ¿Para qué van a preguntárselo? Lo importante es transferir la culpa de modo que por una parte se atribuyen los problemas del país al narcotráfico, se culpa a los países consumidores de los delitos que cometen nuestros compatriotas y se sabotea cualquier esfuerzo que el gobierno haga para combatir esa plaga.

Colombia añoraría el narcotráfico

______Esa atribución al narcotráfico es típico rasgo de pereza mental: cuando no había narcotráfico Colombia era de todos modos líder en secuestros y homicidios, y exportaba malhechores de todo tipo a otros países. Sin narcotráfico los negocios modernos de tráfico de órganos y prostitución y pornografía infantil encontrarían su paraíso y serían tolerados por los mismos con los mismos argumentos.

¡Ni siquiera la dosis personal!

______Pensando en el cinismo de esa propaganda de la legalización me he acordado de un hecho reciente de la política colombiana: cuando el Referendo de 2003 se presentó ante el Congreso, incluía dos preguntas que fueron vetadas por la Corte Constitucional. Una de ésas era la propuesta de acabar con la dosis personal de drogas. Todo el mundo sabe que el gobierno proponía eso para hacer que la gente acudiera a votar y así pasar las demás preguntas del referendo, en particular las de carácter fiscal.
______¿Duda alguien de que entonces el estremecedor ex magistrado Gaviria Díaz dejó de señalar que esa medida populista era un atropello contra las libertades y que sólo se usaba como «gancho» para hacer que la gente votara? Nadie puede decir que desconocía las encuestas que le daban un seguro triunfo a esa pregunta. Si hay algo que se puede considerar muy discutible del gobierno de Uribe es esa propuesta, pero con todo queda clara una cosa: que la mayoría de la gente considera en Colombia que hay demasiada legalización, demasiada permisividad.

Libertades sí, democracia no

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En realidad no hay que desesperarse, ya lo dijo un representante de la intelectualidad colombiana, el increíble Andrés Hurtado García, al que yo llamo «El druida nazi del trópico»: lo que sobra es la democracia, por eso China crece a niveles anuales de cerca del 10 %.
______Para que el comercio de drogas fuera legalizado habría que suprimir la democracia, lo cual ni siquiera debería preocuparnos: es que también es imposible. Y todos los que hablan de legalización lo saben y sólo encuentran una bandera para sus campañas, cuyo sentido último es éste: no hay que combatir el narcotráfico porque ésa es una guerra de los gringos.

El que no tiene más, nacionalismo hace

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Como hay tanta gente que se beneficia de ese comercio y como algún argumento tienen que explotar para hacer oposición, sólo les queda el miserable recurso al nacionalismo. No importa que una persona particular considere deseable que se acabe con la prohibición, ningún político activo que necesite votos es partidario de despenalizar ese comercio en ningún país.

Magia gratuita

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Es como si mañana alguien propusiera para impedir los abortos el uso de la máquina del tiempo. Pero en el caso de la penalización de las drogas hay grandes intereses económicos y políticos que promueven la solución fantasiosa, no es raro el protagonismo del tema en El Espectador: es que es el mismo periódico en que escriben habitualmente los voceros de las FARC.

martes, febrero 21, 2006

La perspectiva anticomunista

En Colombia se encuentra la mayor comprensión para cualquiera que aborrezca a la guerrilla, sobre todo porque los que la apoyan siempre pueden culpar al gobierno, al FMI, a Bush, al capital financiero o al Frente Nacional. La oferta de culpables es variadísima. Es que incluso se puede condenar al sindicalismo estatal, que es la organización de la clientela de la guerrilla: también se puede decir que el sistema que excluye a los pobres les impide alcanzar el bienestar minimo que alcanzaron los empleados estatales gracias a la lucha. Lo que no se tolera es que uno se declare contra la izquierda: ahí ya no hay modo de admitirlo como persona buena. En fin: como persona urbana y de clase media y bien educada.
______No debería haber ningún problema en condenar la aversión a la izquierda, lo que pasa es que a ésta cada uno la sitúa en un plano diferente y al final el sentido propio de «izquierda» en Colombia es «castrista» o «afín al castrismo». No quiere decir que a veces no se describa una izquierda no castrista, pero al final la vida colombiana está hecha de lealtades personales, más que ideológicas, y todo va remitiendo al poder de los grandes castradores.
______Es cuando hay que ponerse muy firmes respecto a los principios: es verdad que el comunismo en los países atrasados es sobre todo expresión de la defensa de la vieja sociedad ante el avance de los valores liberales, pero el conjunto doctrinal termina pesando y alentando a los criminales más despiadados. Puede que las FARC como expresión de todo tipo de ambiciones fueran fatalmente criminales, pero su obstinación polpotista tiene mucho que ver con el adoctrinamiento que recibieron muchos de sus dirigentes en la Rusia soviética.
______Es que todo lo que han hecho las FARC puede resultar muy impresionante en Colombia, pero en el conjunto de la historia contemporánea es insignificante. Es casi nada si se compara con lo que hicieron los comunistas en el poder en otros países. Y desde luego es rotundamente falso que se haya acabado, por el contrario, ciertos personajes como Hugo Chávez o Evo Morales se han encontrado el tipo de retórica eficaz para mantenerse de forma perpetua en el poder, la militancia formada en esos discursos resulta de lo más cohesionada y disciplinada y en conjunto como estructura de dominación sigue dando buenos resultados.
______De modo que hay que decirlo con claridad: el comunismo no sólo fue un crimen sino que fue el mayor crimen de la historia, lo sigue siendo en Cuba y Corea del Norte, y también en Colombia, en forma de tropas asesinas narcoterroristas y de contrahechos morales que culpan de la existencia de esas bandas a la prohibición de las drogas, prestos a culpar también a la industria de transplantes cuando el tráfico de órganos reemplace a la cocaína y la heroína en la economía del crimen.
______Y el problema es que la cadena de lealtades hace que en realidad haya pocos anticomunistas: la gente no condena realmente el secuestro, pero no le gustaría sufrirlo, claro; ni condena tampoco la esclavitud, algo que en un país tan primitivo y deforme moralmente se da casi silvestre, sino que condena estar en el lado sufriente de la esclavitud.
______Y tal vez sea esa falta de principios generalizada la que permite existir a la guerrilla: ¿cuántas veces habrá que decir que casi todos los políticos y casi todos los periodistas aplaudieron la negociación de las leyes que pretendía el gobierno de Pastrana con una banda de asesinos, prescindiendo de la democracia y de la voluntad de la gente? ¿Habrá quien se acuerde de que cuando Mockus organizó una protesta contra las FARC salió a condenarlo el actual alcalde, porque esa protesta era sólo contra la guerrilla y no también contra el ejército?
______Sin un planteamiento anticomunista no puede haber resistencia firme al proyecto guerrillero ni lealtad de la comunidad a un proyecto de vida que asegure las libertades: cualquier político de los de siempre transará con la guerrilla, que sí es firme en sus principios, y sencillamente terminará vendiéndole a los esclavos. Y no se puede decir que éstos no se lo merezcan, porque es que a la naturaleza del colombiano el comunismo no le repele: todo depende del rango que ocupe. Por eso pasa lo que pasa.

sábado, febrero 18, 2006

El rastro de la pesadilla

Estoy leyendo un libro de Paul Johnson: El nacimiento del mundo moderno (Javier Vergara Editor, 1999), dedicado a analizar el periodo que va de 1815 a 1830, y por ser esos años no podía faltar una sección dedicada a la creación de las repúblicas hispanoamericanas. Los datos que cuenta Johnson son enternecedores. Por ejemplo en la página 640 se lee:
[...] Bolívar atacó el corazón de la Colombia ocupada por los españoles. La semana antes de Peterloo entró en la capital, Bogotá, y apresó a los que quedaban de la guarnición. Después continuó marchando, y las autoridades civiles venezolanas, encabezadas por el vicepresidente Francisco Santander, se hicieron cargo de la ciudad. El 10 de octubre Santander decidió ejecutar a los 38 oficiales capturados en la guarnición realista, y ordenó que los sacasen de sus calabozos y los alineasen en la plaza de la Catedral, en lo que ya se había convertido en una tradición latinoamericana. Por qué quiso matarlos, nunca pudo aclararse. Un transeúnte que se opuso al procedimiento, argumentando que Bolívar había amnistiado a los prisioneros, fue fusilado allí mismo. Cuando el pelotón de fusilamiento terminó su trabajo, Santander arengó a la multitud silenciosa y se alejó a caballo, precedido por los músicos. Se lo oyó cantar una canción especialmente compuesta para conmemorar la matanza. Más tarde comentó: «Me complace particularmente matar a todos los godos (españoles)».
Conviene aclarar que la parte entrecomillada remite a una cita de un libro de Salvador de Madariaga: Bolívar. Lo curioso es que durante mucho tiempo se ha hablado de Santander como el hombre apegado a las leyes y a las formalidades jurídicas y a Bolívar como el militar enérgico que fusilaba prisioneros sin aspavientos. Incluso García Márquez hace una apología entusiasta de todo eso en su novela sobre Bolívar. Pero es sólo el entrante, en la página siguiente se leen cosas como ésta:
Después de apoderarse de Trinidad en 1797, Gran Bretaña comenzó a financiar rebeliones contra la madre patria. Algunos «libertadores» de los primeros tiempos, como Francisco de Miranda, eran hombres a sueldo de William Pitt.
Pero en medio de tantos datos conmovedores, la noticia no tiene nada desconcertante. En cambio sí llama mucho la atención esto de la página 642 sobre los motivos que tenía cada sector para estar a favor o en contra de la rebelión:
El clero estaba igualmente dividido: los obispos tendían a adherirse al gobierno español, el clero menor y las órdenes religiosas deseaban apartar a América Latina del secularismo europeo. Nunca habían perdonado la expulsión de los jesuitas por la corte española, y temían que sus inmensas propiedades fueran confiscadas. Todos estos temores se acentuaron cuando España cayó bajo la influencia de la Francia bonapartista, que a juicio de muchos criollos y clérigos era el Anticristo. Los esclavos apoyaban la independencia, pues pensaban que podía aportarles la liberación, como en Haití, aunque sabían que no habían sido emancipados en Estados Unidos. En cambio, los pobres, los negros libres, los indios y muchos grupos mixtos de categoría social inferior buscaban la protección de la corona contra injusticias peores de las que ya sufrían.
En la página 645 se nos cuenta que Miranda recibía de los británicos 1.000 libras anuales para provocar dificultades, pero es al final de la página donde uno se encuentra con otros datos maravillosos:
El siglo XVIII había presenciado una mejora progresiva en los intentos de imponer el respeto a la ley y atenuar la violencia. Todo este progreso fue rápidamente anulado. No bien se declaró la independencia y se garantizaron las libertades, Miranda ordenó que se decapitase a una docena de partidarios del rey Fernando, y que mostrasen sus cabezas en jaulas colgadas a la entrada de Caracas.
En la página siguiente, Johnson glosa de forma somera la figura de Bolívar, sobre quien dice:
A los dieciocho años se casó con una mujer mayor, pero ella falleció dos años después, dejándolo viudo a la edad de veinte años. Después llegó a ser, como su padre, un mujeriego. El Père de Lacroix, uno de sus primeros biógrafos, escuchó del propio Bolívar el relato de la ocasión en que fue expulsado de un burdel londinense por las encolerizadas mujeres. Cuando se emborrachaba, su conversación tendía a caer en la obscenidad. Perseguía a la mujer como arquetipo, no como persona. Nunca intentó volver a casarse; aconsejaba la soltería a sus amigos. Parece que no manifestó deseos de engendrar un heredero (si bien es probable que dejara algún hijo natural en Francia).
______En la página siguiente, la 647, se da cuenta de los sucesos de 1812 en Venezuela:
El comandante realista, almirante Monteverde, demostró más decisión de la que Miranda esperaba. Si los insurgentes comenzaron las atrocidades, los realistas ciertamente las agravaron. Las ciudades fueron saqueadas. Los piquetes de ejecución comenzaron a trabajar. Hubo destrozos y robos y Bolívar se unió con entusiasmo a todo eso. Se procedió a emancipar a los esclavos; otros protagonizaron revueltas. Lo que Miranda no logró fue encontrar voluntarios suficientes para continuar la lucha; los reclutas se resistían tanto que era necesario esposarlos. En cambio, comenzaron a aparecer ejércitos privados y aventureros militares que los mandaban. Había bandas de negros armados y bandas de mulatos. Monteverde, un canario con sus disciplinados isleños (así se los llamaba) y sus marinos, mandaba la fuerza más eficaz. En 1812 Miranda capituló ante él y después huyó. Sin duda, pensaba exiliarse provisionalmente otra vez. Pero Bolívar decidió cambiar de bando, entregó a Miranda a los realistas a cambio de un pasaporte y se propuso ir a España a luchar a las órdenes de Wellington. Cambió nuevamente de bando cuando supo que Monteverde había confiscado sus propiedades. Pero a estas alturas era demasiado tarde para salvar a su comandante. Miranda fue llevado a España y murió en una cárcel de Cádiz cuatro años después. Solía levantar la pesada cadena que lo sujetaba a los pilares, y decía amargamente: «Pensar que el primer eslabón de esta cadena fue forjado por mis compatriotas».
Como se ve, nada de lo que ocurre ahora tiene por qué desconcertarnos, pues nuestro medio parece estar hecho de iniquidad y mentira. Por eso el bolivarismo de Chávez no es ni un disparate ni una impostura, sino una aspiración arraigada entre los venezolanos. Sólo que de Chávez no saldrá un mito semejante, pues los modernos medios de registro de la imagen y la voz permitirán a cualquier habitante del futuro evaluar las palabras y el estilo.

Pero no es sólo Chávez sino también todo lo que lo acompaña lo que encarna ese mundo que describe Paul Johnson y que se ha quedado en nuestros países como una «orgía perpetua». Cada día en Colombia se ganan y se pierden puntos en ese forcejeo entre la vida moderna y esa pesadilla que constituye la identidad más profunda de los pobladores de la región. Hoy Cuba, Venezuela y Bolivia se sumergen en ese pasado mientras Chile y México, pero también varias repúblicas centroamericanas y antillanas y en alguna medida Colombia, dan pasos hacia la civilización.

viernes, febrero 10, 2006

Los caprichos de los literatos

Recientemente se ha suscitado una discusión muy llamativa, muy iluminadora, a raíz de la publicación de una entrevista a la escritora Laura Restrepo en el diario argentino La Nación, del comentario del historiador Eduardo Posada Carbó y de la columna de Alejandro Gaviria en respaldo del anterior, ampliada en su blog. En realidad yo diría que el escándalo lo ocasiona el señor Posada, pero empecemos con Laura Restrepo.
La escritora colombiana hace un muy crítico análisis de la realidad de su país
Laura Restrepo es una mujer intrépida, de juicio severo y sonrisa amplia. En 1983, el entonces presidente de Colombia, Belisario Betancur, la nombró miembro de la Comisión Negociadora de Paz entre el gobierno y los guerrilleros del grupo M-19. [...]
______Es muy interesante ese nombramiento: ¿quién era ella para representar al Estado o a la sociedad frente a las guerrillas? Era una persona de quien se esperaba que mediara, pero ya tenía una trayectoria como dirigente de movimientos marxistas y editora de una revista de la misma orientación. ¿La nombraron en ese cargo por dar confianza a la elite a la que supuestamente se dedicaba a combatir?
______En estos días hay una razón especial para pensar en lo que significaron los procesos de paz de Belisario Betancur en la historia de Colombia: el presidente del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero está aplicando la misma táctica de aliarse con el elemento disolvente para tomar ventaja respecto del partido rival. El sueño de Betancur, en gran medida continuado por Pastrana, era un bipartidismo en el que la izquierda marxista atraería a los descontentos al tiempo que su partido se hacía portavoz de los asustados, y el partido mayoritario vería dispersarse sus bases en una u otra dirección. Aplicando el viejo dicho de «si no puedes con tu enemigo, únete a él», Betancur buscó una alianza con los que pretendían destruir la institucionalidad, y para eso envió a negociar en representación del gobierno a alguien del bando «enemigo».
Hoy, Restrepo cree que Colombia «no es el pasado: es el futuro de la humanidad». Y advierte: «Lo que está haciendo estallido en Colombia es el atraso, pero también es el capitalismo».
______Me cuesta mucho no detenerme en el lenguaje, puedo tratar de interpretar la frase, pero ¿qué es «hacer estallido»? ¿Estará ese tipo de frases «haciendo difusión»? Bueno: ¿cómo puede «hacer estallido» el atraso? Al mismo tiempo lo hace el capitalismo. Esa gramática... Mediante la jerga se pretende, a la típica manera totalitaria, ponerse por encima de la atribución de causas a los crímenes y a la miseria. No es que ocurran cosas porque hay atraso o porque hay capitalismo (así de rutinaria y estulta es nuestra izquierda, no es raro el servilismo ante Chávez y Castro), sino que esos... ¿fenómenos?... estallan. Pum. No, perdón, «hacen estallido». Virgen Santísima. ¿Habrá quién me explique cómo es que algo como el atraso hace estallido?
Hija de un sastre y de la heredera de una gran fortuna, no dudó en indagar en los distintos estratos sociales para entender la configuración del mundo. Quiso ser una joven acorde con las intensidades de su época, por lo cual militó en la izquierda, al percatarse de que la mayoría de sus integrantes había leído En busca del tiempo perdido.
______Por un lado, es verdad que en la época era entre los jóvenes de izquierda donde se encontraban las mayores exhibiciones de «cultura», que no era ni es otra cosa en nuestra sociedad que la marca de la extracción social y de las ambiciones que se tienen. Por otro, suponer que los «integrantes» de la izquierda de esa época, y aun de la de hoy, hayan leído, se ha de suponer que completa, la novela de Marcel Proust es un chiste muy cruel. Es muy probable que ninguno haya concluido tal proeza, pero, supongamos unos diez mil estudiantes de la época relacionados con la militancia, ¿qué clase de persona puede creer y escribir que cinco mil de esas personas habían leído una parte consi- derable de la Recherche.

Se sumó al fervor de los años 60 y 70 motivada por el boom de la literatura. [...]
______No, al igual que todos los izquierdistas de su época, se sumó al fervor comunista porque era algo prometedor desde el punto de vista de su propia carrera. Si en Cuba habían ascendido al poder los estudiantes dirigidos por un patricio valeroso, visionario y enérgico, ¿cómo es que no iba a ocurrir lo mismo en países más pobres y atrasados, más necesitados de guía y redención? En toda la entrevista se rehúyen todas las alusiones a ese régimen o a las guerrillas que promovió.
______Algunas respuestas no obstante son enternecedoras:

«¿Cómo surgió la idea de La isla de la pasión
[Respuesta]: Mi novela es una metáfora del exilio. Es esta gente soñando con regresar, y al tiempo con una falta de comunicación y noción de lo que está pasando. Y por otra parte, una gran ansiedad por pertenecer a la historia, para que el paso por la Tierra tenga algún sentido.
______La cursiva es mía: no conozco a ninguna figura de la izquierda que no delate casi de forma automática el afán de protagonismo y de poder: precisamente lo que ocurre es que para esta gente no hay otra forma de «pertenecer a la historia» que el aventurerismo demagógico. Es que hasta la distracción es divertida: ellos ya pertenecen a la historia. No es que el mundo nuevo les deba nada, pero se acordará de ellos, sin duda. Pero las perlas siguen:
[...] En Bogotá, en esa época, la sociedad ya estaba totalmente compartimentada. La persona que venía de los barrios altos, medios, no pisaba los otros, porque eran peligrosos o desconocidos. Con una particularidad territorial, tanto en Bogotá como en Medellín: los grandes cerros llenos de barriadas populares y la ciudad rica abajo, siempre observada desde arriba y sin mirar nunca hacia los cerros. Transgredir esa barrera y empezar a treparte a los barrios populares era una cosa que nunca habíamos hecho.
______A mí se me queda en la cabeza ese «ya», me subyuga. ¿Quiere decir la novelista que la sociedad se ha venido compartimentando desde entonces, desde antes, pero que tal vez en un periodo anterior fue diferente? La historia que yo conozco es al revés: de una sociedad de castas cerradas se ha pasado a un mundo más abierto, competitivo y diverso. Del orden esclavista se ha pasado a la relativa anarquía del «capitalismo», de los «tentenelaire» y los «cuarterones» se ha pasado a una sociedad un poco más parecida a las «capitalistas». ¿Es demasiado paranoico suponer que la novelista deja traslucir cierta nostalgia de un mundo anterior? Sin duda mi interpretación es tendenciosa, yo que es eso, pero es muy atrevido inferir esa nostalgia de ese adverbio. ¿Habrá quien me explique de otra manera por qué «ya»?
¿A la manera de una aventurera de lo social?
[Respuesta]: Eso era. Y la militancia me lo permitió. Si no, ¿por qué una niña de la burguesía se iba a meter del lado de allá? La gente pensaría que era por las ideas... pero las ideas vienen después. En mi caso comenzó con la fascinación de ver gente que no conocía. Mis alumnos de la universidad, que venían de los sectores populares, me mostraban otras formas de habla, de gestos, de modos. Nosotros nos habíamos criado bajo una campana de cristal. Ellos te revelaban un país donde la vida latía más fuerte, tenías la sensación de que la realidad estaba más de ese lado del que tú habías venido. Queríamos conocer esa zona del tapiz. Si le sumas a esta exploración local el mayo del 68 francés, la iglesia de izquierda en América latina, los movimientos campesinos en Colombia, lo que pasaba en Angola, la revolución de los Claveles en Portugal... Tenías la convicción de que el mundo estaba ahí para que tú lo cambiaras. Y luego, el boom latinoamericano. Un día leíamos Cien años de soledad, al día siguiente La casa verde, de Vargas Llosa, o El siglo de las luces, de Carpentier. Era también el descubrimiento de la literatura como territorio propio.
______No podía fallar: la vieja historia de la dama de sociedad que sacrifica su bienestar por los pobres. Curiosamente todos esos esfuerzos generosos sólo sirvieron en cualquier parte para aumentar la pobreza. La pregunta que uno se puede formular ante una historia como ésa es: ¿qué otra cosa habría hecho Laura Restrepo sin el fervor de lo social? ¿Cuál es el terreno en que los patricios tradicionales colombianos proyectan sus ambiciones y su deseo de «pertenecer a la historia»? Siempre, sin remedio, si la señorita era muy brillante y muy segura de sí misma tenía que hacerse cargo del mundo, pero no del mundo tal como era sino de uno a su medida.
______Todo el que conozca la izquierda latinoamericana dará el mismo testimonio. No sólo el Che Guevara sino todas las elites del ERP, de los tupamaros, de los montoneros, etc., pertenecían a esos sectores, y su historia sólo tiene parangón con la de la primera Falange: hay un idéntico fervor entre los mártires quinceañeros del ERP y los de la primera Falange. Si los ambiciosos consideraran un mejor destino que el control del Estado, sin la menor duda, Latinoamérica sería otra cosa.
¿Sus años de militancia y exilio la fueron arrimando más a las costas de la ficción?
[RESPUESTA] Sí, pero no por convicción de que el mundo no se pueda cambiar. Siento que el gran espacio político de hoy es la cultura. La política ha adquirido expresiones más locales y la crisis que se viene de carácter humanístico es global. Lo que está en cuestionamiento es casi la supervivencia del hombre sobre la Tierra, comprender qué significa pertenecer a la familia humana. Siento que la cultura es el terreno donde se están dirimiendo las grandes respuestas. Por eso no siento lo mío como un abandono de la política; me parece un buen lugar para actuar. El día en que aparezca una organización política válida, ahí estaré. Mientras tanto, permanezco en la literatura y en Colombia, donde sobrevivir es el gran deporte nacional.
______No podía faltar el anuncio apocalíptico: el mundo no obedeció a la señorita y ella anuncia catástrofes desde su elevado pedestal, ya no perteneciendo a la historia, sino a la «familia humana», ante la «crisis que se viene de carácter humanístico»... Los humanistas estarán encantados de que por fin alguien se acuerde de ellos, en esta época en que el latín pasó de moda. En fin: el comunismo a partir de cierto momento se refugia en las guerras culturales, se hace «intérprete de la angustia popular» tratando de animar la nostalgia de la utopía precisamente construyendo ficciones en las que Pol Pot no existió o no importa, en las que Tirofijo es tan condenable como cualquier esfuerzo que se haga para impedir que masacre y secuestre. Pero todo tiene su razón de ser: la utopía ya sólo es ficción, propiamente la máscara de los golpistas y los rateros, las posibilidades de que vuelva ese reino del crimen son hoy en día ínfimas (en comparación con todos los que han gobernado, Tirofijo es de los más benignos representantes de esa izquierda).
Usted ha hecho referencia a la costumbre de la muerte en su país como algo familiar. Ahora el mundo está empezando a tener miedo, pero sin una cultura que lo ampare o lo prevenga...
[RESPUESTA]: Es así. Desde hace años en los Estados Unidos y en Europa, cuando me hacen entrevistas sobre la situación colombiana y empiezo a contar de los sicarios, de la muerte, me hacen sentir que estoy haciendo una exhibición inadecuada. Sientes que te miran como si vinieras de la noche de los tiempos y el día que logres evolucionar y llegar al nivel en el que están los países desarrollados dejarás atrás los problemas. Siempre les digo que Colombia no es el pasado. Es el futuro de la humanidad. Lo que está haciendo estallido en Colombia por un lado es el atraso, pero también es este capitalismo inclemente. ¿Qué es el narcotráfico si no una fuerza particularmente feroz de la lucha por el dinero? Yo les decía que deberían ir a Colombia para entender lo que les sucederá. Tan sólo observando el fenómeno paramilitar te das cuenta de que es un laboratorio que desgraciadamente plantea el futuro del mundo si las cosas no se modifican. Cuando me invitaron a la Universidad de Columbia, en Nueva York, les dije todo esto. Me miraron con una cara de lástima infinita. Dos semanas después ocurrió lo de las Torres Gemelas. Y me llamaron varios profesores, compungidos frente a la tercermundialización de Nueva York en unas pocas horas.
______Y tantos que creíamos que lo que pasaba en Colombia, a diferencia de Chile, Costa Rica, Corea del Sur, España, etc., es el fruto de las ambiciones de los amigos de Laura Restrepo y de esa clase de personas: tanto clase social como grupo generacional. Pues no, es este capitalismo inclemente. ¿Qué pintan ahí las masacres y los secuestros? Hombre, ¿qué se puede hacer con este capitalismo inclemente? No, perdón, perdón: ¿son expresión de ese capitalismo inclemente? La condena de la lucha por el dinero es patéticamente quevedesca, prerrenacentista, pero forma parte del arsenal ideológico de esa gente. ¡Ahí tienen las torres gemelas! ¿Es que no se dan cuenta de que en medio de tanta lucha por el dinero surgen respuestas brutales de...? Laura advirtió.
______Por desgracia tengo que desviarme aquí para aludir a los argumentos del historiador Posada Carbó, que en medio de su fervor patriótico lastrado de razón deseante no pone en duda la altísima calidad literaria de doña Laura, o de Alejandro Gaviria, que desconfía de la literatura como herramienta de la realidad porque no parte de hechos evaluables, de una faction ajustada. ¿No es toda esa palabrería anticapitalista la peor literatura, la muestra de apego a rutinas que tienen éxito entre cierto público pero que sólo producen efectivamente lástima entre personas más formadas? No es que Laura Restrepo sea sólo novelista sino que sus concepciones literarias son espeluznantes: parten de una deshonestidad profunda, de una serie de ambiciones y pretensiones que son las mismas que hay tras el aventurerismo criminal de la izquierda latinoamericana, que ella nunca ha condenado, con la que ella se ha comprometido al aplaudir al M-19.
¿Cuál es su posición con respecto a la entrega de las armas en Colombia?
[Respuesta] Me parece tremendo. Lo que representa el gobierno de Álvaro Uribe es la militarización del paramilitarismo. El paramilitarismo como gran fuerza narcotraficante. Esto no es un secreto, lo dicen ellos mismos. También como una especie de fuerza de control de cualquier afianzamiento de la democracia. Y eso con un aval muy grande desde arriba y recubierto con un proceso de paz sin contraprestaciones, sin principios, sin desarme. Todo esto va acompañado de grandes declaraciones del presidente. Pero si tú ves cuáles son sus medidas en otros terrenos, como el presidencialismo, la reelección, el desmonte de los organismos de control sobre la presidencia, el descuido de los derechos humanos... Hace un tiempo el vicepresidente dijo una frase célebre y tremenda: «Hay que bajarle un poquito a lo de los derechos humanos». Si a esto se le agrega el proceso de negociación con los paramilitares...
______Es muy llamativo el silencio de Posada Carbó y de Gaviria ante esta joya: el vicepresidente quiere reducir los derechos humanos, Uribe anda en la militarización del paramilitarismo y éste es una fuerza de control de cualquier afianzamiento de la democracia, y todo eso tiene relación con el presidencialismo y la reelección... ¿Por casualidad se le ocurriría a la señora pedir a la guerrilla que se someta a la misma ley que los «paramilitares»? Porque es que detrás de la jerga y los retruécanos casi cómicos sólo hay la corrupción del lenguaje, como llamar «democracia» al «poder popular», es decir, a la guerrilla. En cualquier caso, si hubiera en algún momento afianzamiento de la democracia, a Laura Restrepo le debería molestar, pues ¿no es ella la que dice que lo que quiere es algo como Cuba? ¿Es Cuba un modelo de democracia? Claro, la democracia es un régimen como el cubano.
¿Qué opina de ese proceso?
[Respuesta]: Yo creería en ese proceso si hubiera depuración de las armas, porque a nadie se le escapan los nexos entre el paramilitarismo y las fuerzas armadas. Si tú negocias el paramilitarismo sin cortar el vínculo con las fuerzas armadas, es el Estado quien está legalizando su propio brazo ilegal. Eso forma parte de lo institucional, que está haciendo agua por todos lados. Pienso que es el momento de decir que Colombia es un experimento de lo que puede ser la política norteamericana. Hay una experiencia que por suerte no se repetirá: la de las dictaduras militares. Pero se están poniendo a prueba otras fórmulas. Gobiernos aparentemente democráticos, con apoyo electoral y con un poderoso aparato paramilitar atrás que lleva a cabo una represión, seguramente con más efectividad de lo que pudiera hacerlo una dictadura militar.
______Estos literatos, ¡qué mal informados están!, según se lo reprocha Posada Carbó. Pero ¿qué es lo que desconocen y deberían saber? ¿Qué la libertad y la aplicación de las leyes aprobadas por la mayoría, así como la elección de los gobernantes, son la democracia y los regímenes como el cubano o como los que despuntan en Venezuela y Bolivia no lo son? ¿Qué no puede haber verdadera democracia sin que la gente tenga algunas mínimas garantías sobre su vida y que esa mínima seguridad está amenazada en Colombia por las tropas de la utopía castrista? ¡Es una gran escritora, pero le falta informarse! En medio de mi aversión por el terrorismo de Estado, el genocidio, la esclavitud y todas las demás cosas maravillosas de que se compone la utopía de Laura Restrepo, la encuentro más... sí, más viril que a los que admiran su literatura pero la encuentran desinformada en materia política.
¿Se debe al fuerte carácter institucional de Colombia?
[Respuesta]: Colombia tiene una institucionalidad muy restringida, muy excluyente, hecha por unos partidos tradicionales que no han permitido el ingreso en la política de los demás y por una jerarquización social brutal, donde la gente que figura es la que pertenece a cierto estrato económico y el resto es una gran masa anónima. Por el mismo hecho de ser tan estrecho ese cuello de botella de lo institucional, de lo legal, de lo oficial, de la capa de pintura exterior, se han buscado mil formas de clandestinidad para expresarse. Unas muy delincuenciales, otras no tanto. Pero todas ocultas. Cualquier colombiano con el que hables te empezará a contar unas historias que son unos novelones que no lo puedes creer. Porque las cosas han ido pasando por debajo. Al no haber tenido tampoco la izquierda respuestas para esta exclusión, hay muchas otras maneras de rebeldía. Algunas muy violentas, muy reaccionarias, otras extraordinarias. Si a esto le sumas el fenómeno tan extendido del narcotráfico, también clandestino, estamos hablando de la guerrilla más antigua del mundo.
______Tanto Gaviria como Posada Carbó se han cebado en la mentira de la primera frase: ¿cómo se les va a ocurrir decir que la izquierda es exactamente la expresión de esa jerarquización brutal y que el anhelo de cubanización es sólo un paso más hacia la esclavitud completa? Eso lo digo yo que sufro trastornos psíquicos (nunca falta el oligofrénico que me trata de loco porque no me entiende). ¿Qué va a significar que hay un rotundo unanimismo en las universidades de elite y entre los descendientes de los grupos de patricios tradicionales alrededor de discursos casi idénticos a los de Laura Restrepo? Una casualidad, nada más. ¿Qué va a importar que la asignación de recursos por el Estado favorezca la jerarquización mientras que la competencia libre en un entorno jurídico nítido la anula y por eso los patricios intenten suprimirla (la competencia)? ¿Y que la mayor parte de los recursos estatales se vayan en pagar sueldos y pensiones altísimos (y viajes, y muchísimas otras prebendas) a las personas de izquierda? Nada, ésas son cuentas torcidas de los locos.
¿Esta configuración social se corresponde con una identidad nacional? [Respuesta]: El colombiano es un personaje absolutamente no conformista y no convencional. El colombiano te burla cualquier norma. No le puedes decir que no haga algo, porque sale corriendo y lo realiza.
______Vaya.
¿También usted? [Respuesta]: Y sí, es como la marca de fábrica que tenemos todos. Es producto del caos en el que vivimos y al mismo tiempo lo fascinante que tiene el país. La gente es según su propio molde. Siento una diferencia con países de América latina, donde la gente es más paciente. En Colombia no se aguantan, por eso hay mil formas armadas, un paramilitarismo brutal.
______Y bueno, aquí «paramilitarismo» es todo, la palabra en boca de la artista sirve igual para un roto que para un descosido, igual que democracia: lo malo es que se está militarizando. ¿Esa sucesión de lugares comunes y afirmaciones ligeras les parece propia de una gran figura literaria a los señores Posada y Gaviria? Para el primero esa descalificación sería antipatriótica. Para el segundo es un problema del gremio.
______¿Cómo es que a los dos comentaristas no se les ocurrió pensar que la escritora habla como representante de un sector político y que sus opiniones poco tienen que ver con la literatura? Lo mismo se puede decir de las otras glorias literarias, como William Ospina y demás. Es verdad que la literatura es un oficio frecuentísimo entre los vividores, pero en Colombia hay decenas de profesiones, sobre todo de «científicos sociales» que rinden igual.
______En fin, yo creo que en lugar de pedir a los literatos que se informen, por ejemplo de la reducción de la cantidad de secuestros en Colombia, lo que hay que hacer es pedir a los comentaristas que discutan las opiniones políticas como tales, y tal vez que se aventuren a conocer un poco más la literatura, porque si el gusto no les alcanza para despreciar a Laura Restrepo ni a Ospina, francamente, están exhibiendo una grave limitación.

miércoles, febrero 01, 2006

¿Quién ordena los secuestros?

No creo que haya nada más dañino para la sociedad colombiana que la torpeza con que se ve el fenómeno guerrillero: por muchos testimonios que se acumulen, la mayoría de la población urbana quiere verlos como unos malhechores rústicos que amenazan a la «gente de bien», es decir, a la gente educada y bien vestida y urbana y de costumbres apacibles. Con absoluta inocencia se les reconoce una vocería de la gente más pobre, y ahí se mezcla el desprecio con la compasión, rasgo que a todas horas se encuentra en Colombia.

La provocación intolerable

______Eso determina fatalmente que este blog resulte muy desa- gradable para mucha gente: aquí se pretende demostrar que la guerri- lla sólo defiende los intereses de una minoría de privilegiados sociales ligados a las clases superiores de la sociedad antigua. En lugar de ver en los guerrilleros unos bandidos, los consideramos la tropa de una elite intelectual con pretensiones muy precisas y bastante habilidad para sacar partido de los crímenes que cometen sus peones.

Razones políticas

______Un buen ejemplo de eso es la discusión sobre el intercambio humanitario. ¿Por qué no aprovechan las FARC para sacar de la cárcel a sus militantes y recuperar poder? Ante todo porque su mayor interés es impedir que Uribe sea reelegido y la causa de los secuestrados es muy útil para los frentes urbanos, de estratos altos, organizados en grupos de lucha por la paz como Redepaz, Indepaz y muchísimos otros.

Presiones sobre el gobierno = más poder terrorista

______Como la capacidad de presión de los familiares de los secuestrados y los ex presidentes, los medios, los gobiernos europeos, etc. es tan grande, la cuestión de los secuestrados es un Leitmotiv de la campaña electoral que no se presenta como promoción de candidatos sino como propaganda antigubernamental basada en las excusas de personas que ciertamente no participan en los secuestros pero sí los negocian. El hecho de que haya franceses que culpan al gobierno colombiano del secuestro de Íngrid Betancourt es sólo un ejemplo de lo que ocurre en toda Europa con los miembros de ONG que tienen relación con Colombia. La labor de un personaje como el premio Nobel José Saramago lo confirma aún más.

Las razones secretas de la guerrilla

______Y llegan a un punto en que el gobierno se muestra dispuesto a ceder y ya no tienen excusa para explicar que en realidad les dan igual los presos y sólo quieren seguirlos explotando para debilitar al gobierno. Entonces aparecen perlas como una artículo del cordinador de Redepaz en el Valle del Cauca, en el que se vuelve sobre la cuestión de si los guerrilleros liberados o amnistiados volverían al monte. Parece que todo el mundo se olvida de que el gobierno ya cedió al respecto precisamente gracias a esa presión, sobre todo originada en El Tiempo. Da igual, algún pretexto hay que sacar.
______La discusión de los lectores de El Tiempo ya deja ver cuál es la causa del antiuribismo obsesivo de tantos sectores. Y también que nadie conoce los límites de la supuesta negociación. Bueno, entre esos lectores figura uno que pone una dirección de correo electrónica de Indepaz. No puedo resistirme a copiarla.

En una dramática aparición en un video entregado a un medio de comunicación nacional, tres de los diputados plagiados dejaron sobre la mesa tres propuestas para su liberación y la de todos los secuestrados: la primera el despeje por treinta días, de los municipios de Pradera y Florida, para negociar el acuerdo humanitario; la segunda, la inclusión de una papeleta para votar la decisión del intercambio humanitario en el marco del Derecho Inter- nacional Humanitario en las elecciones de marzo de 2006; y la tercera, la solicitud de asilo político al gobierno vene- zolano si continúa la falta de garantías para su liberación por parte del Gobierno colombiano y su insistencia en no permitir el acuerdo. De esta forma los diputados pla- giados Nacianceno Orozco, Carlos Narváez y Édison Pérez, pusieron en el primer orden de la agenda nacional e inter- nacional el tema del acuerdo humanitario en Colombia.
______Por medio de un documento audiovisual, que dada la calidad de sus protagonistas y la actual coyuntura, se convierte en un pronunciamiento político que emplaza a actuar con imparcialidad, legalidad y ética política, al primer mandatario y aspirante a la reelección. Aspirante-mandatario que en medio de una fuerte polémica, precisamente por múltiples denuncias en su contra por el abuso de poder como presidente-candidato y violaciones a las garantías electorales, espera su reelección y la de su propuesta de seguridad democrática.
______Pero además, el documento audiovisual es una iniciativa electoral de un grupo de ex diputados y miembros de colectividades partidarias, que por su condición de plagio, no han perdido sus derechos políticos y de participación, y que esperan recibir en igualdad de condiciones, el apoyo del pueblo colombiano en las próximas elecciones de marzo, donde se la juegan con su propuesta por los acuerdos humanitarios, de la cual no sólo depende su vigencia política, sino su derecho a la libertad y a la vida.

______¿Quién ordena realmente los secuestros? ¿Es más responsable un niño de la selva que teme que lo obliguen a comerse a su novia, como ha ocurrido tantas veces, o un personaje como éste? Ni siquiera: los miles de colombianos que leen eso y no ven el cinismo con que se explota un texto escrito por unos señores amedrentados, y tal vez redactado por el mismo comentarista, y permanecen sin inmutarse, como de hecho ha estado casi toda Colombia sin inmutarse ante la industria del secuestro durante décadas.
______Ya es hora de entender que quienes ocuparían posiciones de poder derivadas de un triunfo narcoterrorista son los que pueden enredar el lenguaje a tal punto que la labor a la que fuerzan a unos secuestrados se convierte en una defensa de su libertad y de sus derechos. Pero claro, eso lo digo yo: la mayoría seguirá con su orgullo de ser de estrato 4 ó 5 y mirando con desprecio a esos feos terroristas.