viernes, noviembre 04, 2011

Matrix e ilusión

El sentido de las palabras va cambiando y ese cambio en ambientes en que se observan pocas tradiciones y se desconoce el refinamiento suele ir acompañado de un claro empobrecimiento. Por ejemplo, ¿cómo definiría el lector la palabra "espejismo"? Casi nadie conoce su sentido propio (es el fenómeno óptico que tiene lugar cuando por efecto de la reverberación lo que está debajo de la línea del horizonte parece estar encima). "Espejismo" ha pasado a reemplazar a "ilusión" ("Esa novia que conociste en internet es sólo un espejismo"), mientras que "ilusión" en el lenguaje popular sólo quiere decir "esperanza" ("Tenía la ilusión de que me contrataran").

Ese tránsito de "ilusión" a "esperanza" describe a la perfección el proceso de los medios de comunicación colombianos frente a la realidad del país. La "ilusión" que crean (la percepción de algo inexistente) sólo resulta creíble porque llega a un público casi infantil que padece a la vez el triste afán de integrarse en los grupos sociales poderosos (el típico arribismo) y la mucho más triste condena del servilismo (la impotencia de los débiles ante realidades brutales que los superan y la docilidad resultante ante los de arriba). Cuando el muchacho exaltado que participa en los cinco minutos de odio contra Uribe o cualquiera que no corresponda a los intereses de la mafia dueña de los medios llega a la edad adulta, deja de creer en los fetiches que le crearon los propagandistas. Sobre todo si tiene forma de vivir fuera de Colombia, o un contacto intenso con gente que vive fuera.

La película Matrix es un ejemplo perfecto de ese mundo que crean los medios de propaganda: la vida parece una continua simulación de una leyenda irreal. Mientras que los niños indígenas y los rústicos que les aseguran el poder a los dueños de los medios usan personas bomba o lanzan cilindros contra los pueblos, la lastimera chusma universitaria recita indignada por la posibilidad de que el DAS interceptara a unos magistrados que recibían regalos de traficantes de drogas o a una señora que aconsejaba a las FARC sobre la conveniencia de mantener secuestrada a una víctima.

Ese Matrix es una ilusión que crean manipulando los resortes serviles y arribistas de la gente ignorante, pero sobre todo el resentimiento. Como el país es miserable y los únicos verdaderos ricos son los que contratan propagandistas del terror, a todo el mundo le resulta fácil sentirse agraviado y víctima de un despojo. Por lo demás, ese despojo existe, pero lo cometen en primer lugar los dueños de los medios de comunicación, y del país, y en segundo lugar sus clientelas a través del vasto parasitismo estatal, de las tutelas y de la misma existencia de universidades cuya principal misión es adoctrinar resentidos y arribistas que sostengan el statu quo.

Voy a citar unas breves líneas de un artículo de Semana en que se menciona este blog:
También replican los artículos del periodista Ricardo Puentes Melo, quien ha cuestionado el papel de la justicia en varios casos contra militares y escritos en el blog Periodismo Sin Fronteras, y los del blog Atrabilioso, creado por Jaime Ruíz, un asiduo visitante de la web dedicado a difundir opiniones en contra de periodistas como Daniel Coronell, o de la fiscal María Ángela Buitrago (quien investigó el caso del coronel Plazas) o del padre Javier Giraldo (defensor de Derechos Humanos).
Es casi difícil poner más mentiras en tan pocas líneas. Periodismo Sin Fronteras no es un blog, yo no creé Atrabilioso, no vivo dedicado a difundir opiniones contra periodistas sino a comentar la prensa colombiana, tal vez nunca he mencionado a la fiscal Buitrago...

Eso es sólo la mala calidad del trabajo del redactor, Atrabilioso es el primer blog de política en Colombia (ver Blogalaxia) y también el más antiguo, pero el redactor de una noticia sobre política lo desconoce... Pero eso no interesa especialmente, ni siquiera la absurda relación con la "extrema derecha" que se inventan y que NUNCA he encontrado en internet. Un mero intento de descalificar toda resistencia a la monstruosidad de premiar las personas bomba y las castraciones pedagógicas gracias a la alianza de Santos con Chávez y sus agentes en Colombia, como expliqué en dos entradas anteriores (1 y 2).

Lo fascinante, lo que forma parte de un Matrix monstruoso es la descripción de Javier Giraldo como defensor de los derechos humanos, mentira tan estúpida y a la vez tan perversa como si alguien dijera que Garavito era un protector de la infancia o Hitler un amigo del pueblo judío. No obstante, uno lo lee todos los días, respecto a ese psicópata jesuita y también respecto a otro prócer del mismo estilo: Iván Cepeda Castro. ¿Hay alguien que ignore que dichos personajes son promotores de las bandas terroristas? ¿De qué modo criminales semejantes pueden ser "defensores de derechos humanos"? Sobre el jesuita es muy diciente este artículo. Sobre el mártir heredero, basta ver la página del ¡Movimiento de Víctimas del Estado!

En ese mismo contexto de mentira desvergonzada y continua, que cuenta con la complicidad de casi todos los periodistas y columnistas (hasta Ernesto Yamhure aseguraba que a Piedad Córdoba había que reconocerle su labor liberando secuestrados) se reivindica la labor de un personaje abiertamente dedicado a cobrar los crímenes terroristas como León Valencia. En El Espectador apareció un artículo en el que se reivindican los crímenes de dicho asesino. Lo firma una típica profesora universitaria, María Elvira Bonilla (firmante de la correspondencia de Piedad Córdoba con las FARC como la práctica totalidad de los profesores de materias relacionadas con la ideología o la política en universidades públicas). Vale la pena prestarle atención, porque de nuevo se puede detectar ese mundo inverosímil en que en efecto los pájaros les disparan a las escopetas, y que es el Matrix que han construido los medios para adoctrinar a su base social.

El futuro de ese Matrix corresponde al sentido "nuevo" de ilusión. Creen que han vuelto a los noventa y que esta vez sí van a ganar la guerra y a llevar a Colombia al Alba gracias a los cálculos clientelistas de Santos y su gobierno, y lo único que conseguirán serán unos cuantos cientos de miles de muertos más antes de que la sociedad reaccione. El mundo simulado en el que Giraldo y Cepeda son "defensores de derechos humanos" es sólo una esperanza de los proveedores de mentiras e iniquidades y de la gentuza que los secunda. En los próximos años no contarán con gobiernos complacientes, como los de Zapatero y Obama, ni los colombianos seguirán dormidos mientras la extorsión y las masacres aumentan día a día.

Será una ilusión perdida.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 20 de julio de 2011.)