domingo, junio 07, 2009

Marchas y convocantes

Siempre es una buena noticia que la gente salga a exigir la liberación inmediata de todos los secuestrados: es la constatación de que definitivamente los terroristas tienen en contra a la inmensa mayoría. Por eso las marchas del 4 de febrero fueron para las FARC un golpe tan definitivo como las liberaciones del 2 de julio.

A propósito de esas liberaciones, la onda expansiva está resultando más trascendente que la misma acción: los socios del terrorismo tienen que salir a defender la posición conquistada hace una década y en esa labor se desgastan porque la gente escéptica o perezosa empieza a verlos como lo que son: cómplices y en gran medida empresarios de ese negocio criminal.

El caso de los emblemas de la Cruz Roja produce una enorme impresión, porque quienes mostraron su verdadera faz fueron los editorialistas de los dos grandes periódicos capitalinos: el clamor por el respeto al DIH les sirve para meter como sobreentendido la beligerancia de las FARC y su legitimidad igual a la del gobierno. Alguien les creerá.

Pero es que nadie acordó con los comunistas una guerra ni ninguna legislación internacional autoriza el crimen, sólo la que tradicionalmente impera en el país y que si se mira bien evidencia la identidad entre el viejo orden y las bandas terroristas: la persistencia de la figura fascista-medieval del “delito político” es como una carta blanca que se da para atentar contra el sufragio.

De modo que lo que se dio no fue una acción de guerra sino una tarea contra una organización criminal: que esa organización y su causa cuenten con la simpatía de los editorialistas de El Tiempo y El Espectador es otra cosa: lo único que sale en claro de sus patéticos escritos. Pero tanto esos periódicos como las FARC son como son porque hay un medio social que los respalda.

Por ejemplo, un profesor de la Universidad de Los Andes, Bernardo Congote, dice al respecto:
... mecanismos políticos como el intercambio humanitario, la mediación internacional, el uso de emblemas privativos de ONG humanitarias, ¡todos ellos caminos de paz! , han sido pisoteados con orgullo por la dupla político militar que trajo de la selva a 15 seres humanos a un costo moral que los colombianos nos tardaremos varias generaciones en reparar. ¡Hemos vendido, nuevamente, nuestra frágil primogenitura moral por un pobre plato de lentejas! (Citado por Alejandro Gaviria en su blog.)

Pero es hora de volver al principio: el golpe ha sido tan grande que ya se pierde el miedo al ridículo. Los que hace poco posaban de mesurados y razonables han llegado a extremos obscenos, como el decano Kalmanovitz proponiendo la infalibilidad de los feroces hampones de la llamada Corte Suprema de Justicia: nunca el autoritarismo fue tan atrevido, tan injustificable, tan inepto.

Y entre los recursos desesperados que buscan está la manipulación del sentido de las marchas del próximo 20 de julio: hace una década les dio resultado, muchas personas que salieron a clamar por la paz con banderitas blancas querían condenar la existencia de las guerrillas pero resultaron colaborando en el cobro de sus proezas.

Por eso es tan importante que la gente de bien esté alerta: el éxito de Colombia soy yo automáticamente tentó a toda clase de oportunistas. Para la convocatoria del 20 de julio se sumaron las centrales sindicales controladas por el Partido Comunista, y su adhesión no podía dejar de aparecer registrada en El Tiempo, en un texto imprescindible que podría servir de modelo para entender la manipulación criminal de esos “periodistas”.

Llama mucho la atención que los organizadores sean “País Libre, Colombia Soy Yo, Redepaz y el grupo “Un millón de voces contra las FARC”. ¿Qué es Redepaz? Lo que distingue a Redepaz de las FARC es el estrato de sus miembros, esa organización forma parte del llamado Polo Democrático y desde antes del Caguán se dedica a organizar presiones en pro del cobro de los secuestros y masacres.

Lo mismo que las citadas centrales sindicales, capaces de movilizar a sus clientelas con incentivos bolivarianos y la tradicional intimidación: las marchas contra las FARC pueden volverse marchas por el “intercambio humanitario”, que es el proceso cuya primera parte en buen romance se llama “secuestro”:

"Nosotros también marcharemos contra la desaparición forzada, por la solución política al conflicto, por la búsqueda del acuerdo humanitario y porque haya verdad, justicia y reparación a las víctimas", dijo el secretario general de la central obrera [CUT], Domingo Tovar.

Y es que la gente opina que no debe meterse en batallas de colores políticos. Esa actitud tiene muchas razones válidas, pero no debe llevar al malentendido de creer que “el conflicto” no tiene un sentido político y que se puede estar contra las FARC sin ser contradictores políticos de la banda y de sus socios urbanos.

Esa tentación lleva al malentendido y permite a los manipuladores explotar la rabia de la gente en su favor, tal como en el judo el impulso del ataque del enemigo se aprovecha para vencerlo: es muy agradable pensar que contra las FARC estamos “todos” los colombianos, pero ¿es que los de las FARC no son colombianos?

Puede no ser grato leer esto, pero alguien tiene que decirlo: exigir la liberación de todos los secuestrados es también contrariar al Polo Democrático y a Redepaz y a la CUT: quien no quiera marchar contra esos angelitos corre el grave riesgo de colaborar en la tarea más infame de todas, la del cobro del secuestro, tarea a la que se ha entregado la Alcaldía de Bogotá con recursos públicos durante dos administraciones.

Tienen razón los sindicalistas en que no se trata de marchar a favor del presidente ni del gobierno, no se trata de eso: se trata de prohibir el premio de los secuestros, de vencer en las calles a los empresarios de la muerte, que tantas rentas obtienen de los recursos comunes gracias al poder de la tropa de rústicos y niños y al chantaje que esa tropa lleva a cabo con los secuestrados.

¡Libertad ya, para todos, sin condiciones, es una bandera de este blog antes que de cualquier otra entidad colombiana! La estafa que pretenden cometer los asesinos encorbatados no nos puede dejar indiferentes.


(Publicado en el blog Atrabilioso el 18 de julio de 2008.)