miércoles, junio 15, 2005

Cuando educar es corromper

Hay una cosa que tiene que haberse preguntado cualquiera que viva o haya vivido un tiempo en algún país desarrollado y es por qué para encontrar en Colombia personas cuyas opiniones generales sobre el mundo, sobre la política o la sociedad, así como su comprensión de la lógica del mercado, se asemejen un poco a la media de los países desarrollados hay que buscar entre la gente que tiene poca instrucción. Eso no sólo lo he comprobado yo sino varias personas que conozco, y valdría la pena que el que tenga alguna duda al respecto consultara con alguien que haya vivido fuera un buen tiempo.

Normalmente, se espera que la persona instruida tenga mejores elementos de juicio que la que carece de instrucción. Pero eso ocurre cuando el sentido de la "educación" es transmitir el conocimiento. Las universidades colombianas tradicionalmente tienen otro papel: el de servir de excusa a la dominación y la exclusión. El esclavo siempre estaría en desventaja no sólo por sus ropas y su tipo físico, sino también por desconocer las palabras raras, la gramática y sintaxis raras de los de arriba. Eso se generalizó después de la Independencia: en la época colonial la cosa era más clara, y para orientar al interesado copiaré unas cuantas definiciones del diccionario:

tentenelaire

com. desus. Descendiente de cuarterón y mulata.
2 ,Amér., desus Descendiente de jíbaro y albarazada.
3 Colomb. desus. Descendiente de tercerón y mulata.
4 Colomb. desus. Descendiente de cuarterón y tercerona.
5 Méx. desus. Descendiente de español y tornatrás.
6 Méx. desus. Descendiente de español y requinterona.
7 Méx. desus. Descendiente de calpamulato y cambuja (albarazado y negra).
8 Méx. desus. Descendiente de cambujo (albarazado e india) e india.
9 Méx. desus. Descendiente de calpamulato y zamba.
10 Méx. desus. Descendiente de albarazado (coyote y mestiza) y saltatrás.
11 Méx. desus. Descendiente de indio y loba, grifo.
12 Méx., Venez. desus. Descendiente de mestizo y mestiza.

cambujo, -ja

2 adj.-s. Méx. desus. Descendiente de zambaigo y china.
3 Méx. desus. Descendiente de zambaigo e india.
4 Méx. desus. Descendiente de indio y negra.
5 Méx. desus. Descendiente de albarazado (jíbaro y mulata) y negra.
6 Méx. desus. Descendiente de albarazado e india.
7 Descendiente de chino (morisco y española) e india.
8 Méx. desus. Descendiente de lobo e india.
9 Méx. desus. Descendiente de indio y chamiza.
10 Méx. desus. Descendiente de mulato y zambaiga.

saltatrás

com. Descendiente de mestizos que ofrece por atavismo caracteres de una sola raza originaria, tornatrás.
2 Hijo de piel más obscura que la de la madre, en las castas coloniales.
3 Descendiente de tercerón y mulata; o de mulato y tercerona.
4 Descendiente de morisco y blanca; o de blanco y morisca.
5 Colomb. Descendiente de cuarterón o quinterón y mulata o tercerona; o de mulato o tercerón y cuarterona o quinterona.
6 Méx. Descendiente de blanco y albina; o de albino y blanca.
7 Méx. Descendiente de chino e india; o de indio y china.
8 Méx. Descendiente de morisco y mulata.
9 Méx. Descendiente de tentenelaire y mulata.
10 Méx. ~ cuarterón, descendiente de negro y tercerona.
11 Méx. ~ quinterón, quinterón saltatrás.
12 Venez. Descendiente de mestizo e india. Pl. saltatrás.

Ya ven, entonces no hacía falta estudiar, bastaba con haber nacido en la península, tener algún apellido importante, ser blanco, etc. Cuando todo eso cae en desuso y pierde su justificación por los cambios que introdujeron en Europa primero la Reforma y después la Ilustración, para poder mantener el régimen de exclusión se desarrollaron las universidades. Éstas nacieron siglos antes a partir de los seminarios y heredaron la función de formar al clero. Si poco a poco ese clero, esa casta sacerdotal, se fue alejando de la Iglesia y haciéndose diferente del clero tradicional, eso no debe entenderse como que su función social fuera diferente. En la base estaban las mismas clases parásitas que se apropiaron de todo en el siglo XVI.

Un ejemplo perfecto de inversión en educación que es hostil en realidad al conocimiento lo tenemos en las escuelas coránicas: también en cualquier país árabe será más fácil encontrar personas dispuestas a admitir la evolución de las especies o la teoría del Big Bang entre la gente sencilla que entre los que se forman en escuelas coránicas. Lo que nadie se ha detenido a pensar es que en realidad muchísimos de nuestros sacerdotes y de los conquistadores de las primeras hornadas eran musulmanes conversos. El mismo año del Descubrimiento cayó el último reino moro en España, y a pesar de que la mayoría del territorio de Andalucía y Extremadura, de donde vinieron los conquistadores, había sido conquistado hacía dos o tres siglos, también es cierto que la población había vivido otros cinco siglos bajo el islam. Hay mucho de islam en el catolicismo hispano, que es lo que lo hace tan diferente del italiano, por ejemplo. Y también muchos modelos culturales ajenos a la religión vienen de la sociedad islámica que reinó en Extremadura y Andalucía más de cinco siglos, como el caudillo militar, el tipo de héroe que conquistó el territorio, que dirigió después la independencia y que todavía domina en algún país latinoamericano.

Esa cuestión de la afinidad intelectual entre la gente humilde colombiana y la gente corriente de los países ricos tiene una explicación muy simple: ¿qué pensaría alguien llegado de un país desarrollado del transporte a lomo humano? Sentiría una profunda indignación y exclamaría que los seres humanos no deben ser usados como bestias, pero cualquier colombiano de extracción social alta tiene que saber que durante más de tres siglos, hasta comienzos del siglo XX, esa forma de transporte fue corriente en casi toda Colombia, es decir, que la usaban sus antepasados. El antiamericanismo y anticapitalismo y antiliberalismo y el clamor justiciero y utópico del conglomerado universitario colombiano no es más que la resistencia contra ese mundo invasivo que iguala a un señor con su montura. Claro que para el caso se inventan un mundo todavía mejor que el que reina fuera de nuestras fronteras, y naturalmente una forma de representación política superior a las urnas tramposas y ligeras. ¿Qué más van a decir?

Yo podría hacer una lista larguísima de las ideas corrientes en las universidades colombianas, pero en realidad bastaría con preguntar cuántos guerrilleros han salido de esas universidades. Pero "guerrillero" en realidad supone alguien rudo, valeroso, más bien rural, fuerte físicamente... Más bien diríamos, ¿cuántos comunistas han salido de esas universidades? Porque si comparamos lo que hacen y han hecho las FARC con el resto de los comunistas en el mundo, nuestros compatriotas resultan unos tipos modestos, sencillos y casi simpáticos.

Por ejemplo, la idea de que la solución a la deuda de un país es no pagar o que la pobreza se remedia colectivizando la economía o decretando sueldos altos es absolutamente hegemónica entre los que han ido a una universidad pública en Colombia. En un país civilizado todos esos discursos resultan muy despreciables para las personas instruidas, más o menos como el creacionismo.

El sentido de universidades como la Nacional es asegurarle un empleo estatal no productivo, no competitivo, a sus profesores y egresados. No es más que un atavismo del apartheid colonial. Casi ningún egresado de la Nacional podría ejercer su profesión en un país civilizado, y eso que desde el comienzo tienen un filtro que permite salir, supuestamente, a los más inteligentes y a los que han tenido una buena formación secundaria.

Y por escandaloso que encuentre el lector esto, ¿cómo es que nadie me explica esa increíble hegemonía de supersticiones más feroces y absurdas que el islam? ¿O es que la economía no tiene elementos de "verdad" como la física o la biología? ¿Qué pensaríamos de una facultad de medicina cuyos titulados curaran según el signo del zodiaco? ¿Y si siguieran la lógica de la medicina pero creyeran seriamente y de forma unánime en la levitación?

Una clave para emprender el camino del desarrollo, que ya ha emprendido un tercio de la humanidad que hace 50 años era más pobre que nosotros, es tener verdaderos centros de enseñanza, no antros de adoctrinamiento de fanáticos.