El problema es que el contexto de la pregunta era otro: la posible extradición de Uribe tenía que ver con la Operación Fénix y la persecución que contra el presidente y el entonces ministro de Defensa emprendieron algunos jueces ecuatorianos.
Y es que al respecto hay un conflicto entre varias nociones de legalidad: si bombardear un campamento terrorista que está en un país vecino, desde donde se dirigen infinidad de crímenes contra los colombianos, es ilegal, violatorio de la legalidad internacional, etc., dirigir el asesinato de colombianos desde otros países es legal. ¿No?

La ilegalidad es el principal freno al desarrollo económico y social de Colombia. La violencia y la corrupción son expresiones de esa ilegalidad, que en el terreno de la política se expresa en una frase conocida y aplicada: “el fin justifica los medios”.
De donde resulta que hay una categoría funesta que determina el atraso, ¡la ilegalidad! Las personas-bomba de las FARC son una expresión de esa ilegalidad, las escuchas a Jorge Enrique Botero o Holman Morris, otra. ¿Es por discursos como ése por lo que van a votar varios millones de colombianos que están en contra de la guerrilla?
Los colombianos tienen que darse cuenta de que esa legalidad de que hablan Mockus y su "partido" convierte en legales los asesinatos de colombianos en Venezuela, las incursiones desde ese país y desde Ecuador, la participación de las instituciones de esos países en el tráfico de drogas y mucho más: no es en balde que Chávez amenaza a Colombia, es que espera que gane este candidato equívoco.
Nadie debe dudarlo: hay una relación evidente entre la propaganda interesada y el crimen. Los asesinos de las bandas terroristas sencillamente hacen el trabajo sucio para personajes como esa señora. No es raro que un representante de la decencia haya dejado debajo de un comentario mío al artículo de dicha señora esta perla:
Fantomas dijo: Cómo me encantaría romperle la jeta a este facho hijo de puta que escribe las mismas sandeces en El Tiempo con el remoquete de "Don" Jaime Ruiz. ¿Qué tal este malparido?
Son así, hay un hampa manicurada que vive rodeada de lujos y emprende multimillonarias demandas contra el Estado, como hizo el inefable Daniel Coronell, y otra de sicarios resentidos a los que halagan las plumas mercenarias. Coronell es el cínico autor de esta perla:
Unos días después del inusual discurso de inscripción, los verdes volvieron a sorprender. El Consejo Nacional Electoral entregó los resultados finales de la consulta interna. Tenían derecho a recibir cerca de 7.500 millones de pesos como gastos de reposición de campaña. Una suma que habría podido volverlos competitivos frente a otros aspirantes que cuentan con una mayor financiación que se ha notado en la publicidad y en la capacidad de movilización.
Necesitaban esa plata, pero optaron por un gesto que reforzó los principios de la campaña. Invocando el respeto por los recursos públicos y la austeridad, declinaron recibir 4.500 millones de pesos que no habían gastado pero que seguramente les harán falta en estas semanas. Con esa plata, sugirió Peñalosa “el gobierno podría construir, por ejemplo, un colegio maravilloso en un sector popular”. (Ver video)
La decisión no salió en la primera página de ningún periódico y los contendores de Mockus no reconocen en ella mérito alguno.
La frase que he señalado en negrita es rotundamente falsa: la ley estipula que no se puede cobrar más de lo que se gaste, y Mockus ya intentó cobrar otra vez, como si las elecciones fueran un negocio. Pero lejos de enmendar la afirmación falsa de Coronell, la campaña de Mockus la promueve.
A pesar de que a Mockus ya le habían aclarado que no podía cobrar más de lo que gastaba.
(Publicado en el blog Atrabilioso el 14 de mayo de 2010.)