sábado, julio 10, 2010

Perfiles de la oposición

Se desató por fin la campaña electoral a la presidencia y los siete candidatos relativamente viables empezaron a mostrar sus cartas, al tiempo que los columnistas de opinión y los blogueros empezaron a tomar partido y a defender a sus favoritos. Bueno, en muchos sitios se habla de las elecciones y los candidatos, y nosotros no seremos la excepción.

Continuidad o cambio de rumbo
Pese a la diversidad de candidatos, hay una clara afinidad entre los cinco que podrían considerarse "de oposición", y para nadie es un secreto que en caso de haber segunda vuelta todos ellos irían unidos, aunque cada uno pretende ser quien obtenga el apoyo de los demás. Lo que une a esos candidatos es la urgencia de cambiar el rumbo que el país ha tomado en estos años, y la dirección que proponen, por diversos que pretendan mostrarse, es la misma: renunciar a la confrontación directa con las guerrillas y a las políticas pro-empresa que han caracterizado al gobierno de Uribe. Aun cuando algún candidato quisiera distanciarse de ese consenso de la oposición, si quiere obtener los votos de los nostálgicos del Caguán tendrá que prestarse a la negociación.

Enmascaramiento
Pero al mismo tiempo todos intentan ocultar esa desagradable realidad. Es decir, para impedir un triunfo de Santos en primera vuelta necesitan romper el consenso de la mayoría de la sociedad acerca de no premiar a las bandas terroristas, pero precisamente por eso tienen que negar que van a negociar. Por el contrario, por la necesidad de obtener votos, todos se han convertido en los verdaderos continuadores de la Seguridad Democrática. Mejorada, eso sí. ¿Alguien ha leído la prensa en estos años? ¿Alguien la leía en tiempos de Pastrana? ¿Habrá quien recuerde a cuatro ex presidentes presionando a Uribe para que despejara Pradera y Florida? ¿Y las muestras de reconocimiento a Piedad Córdoba? ¿Y la proximidad a Ernesto Samper, que viaja a Caracas a ofrecer solidaridad a Chávez por la "agresión" del uso conjunto de las bases? La desfachatez de la oposición es como un anuncio de lo que ocurriría si llegara a gobernar, pero justamente por eso es un anuncio de su fracaso.

Oferta diversificada
Precisamente porque ningún candidato encarna una voluntad clara de una parte significativa de la población es por lo que hay tal diversidad de opositores: una es candidata conservadora y busca votos de las clientelas regionales favorecidas por el gobierno de Pastrana, es decir, de la clase de gente que apoyó hasta el final el premio de las masacres, siempre y cuando eso favoreciera sus negocios (la misma candidata estuvo en el Caguán congraciándose con Tirofijo). El otro es "liberal" y busca votos de gente que ve en el gobierno demasiados godos. Casi da igual que al final la conservadora y el liberal se tendrán que apoyar en caso de llegar a segunda vuelta, porque cualquier pretexto sirve para atraer votantes. Los izquierdistas se reparten entre quienes apoyan al candidato que ganó la consulta del PDA, quienes ven la esperanza en la resucitada cultura ciudadana de Mockus y quienes, tal vez la mayoría, ven en Rafael Pardo la esperanza de resurrección de la utopía. Cada uno tiene su tenderete en la feria, seguros de que quien desdeña uno podrá comprar en otro.

Intérpretes de la angustia popular
Como ya expliqué en otra entrada, las elecciones son a tres vueltas, y la primera ya se dio. Sólo un tercio de los votos válidos fueron a parar a los partidos de oposición. Eso hace pensar que la seguridad con que los columnistas y editorialistas dan por sentada una segunda vuelta es sólo el anhelo de crear la noticia, pues de seguir la tendencia Juan Manuel Santos ganaría en primera vuelta. Para que la ilusión cuadre se inventan un "conservatismo" que hoy por hoy no es más que una concha vacía: ¿qué es lo que hace más conservador a Álvaro Leyva que a Álvaro Uribe? Los partidos en Colombia son viejas redes de lealtades personales que no defienden más intereses que los de las camarillas ligadas a los puestos públicos. Las personas de mentalidad conservadora son casi unánimemente admiradoras de Uribe y no querrán apoyar a quienes han estado durante estos ocho años deslegitimando al gobierno en aras de volver al Caguán, como el ex presidente Pastrana y El Nuevo Siglo. Muchas figuras conservadoras importantes, como el nieto de Laureano Gómez, forman parte del Partido de la U.

Tendencias
Como es bien sabido, quien se arriesga a predecir lo que va a pasar termina haciendo el ridículo porque la realidad es compleja y variable. No obstante, me atrevo a suponer que la candidata conservadora conseguirá el 30 de mayo menos votos que los que obtuvo en la consulta de su partido. La razón es simple: muchos de los que votaron por ella son los enemigos del gobierno, que en la elección presidencial apoyarán a otros candidatos. También es previsible que la candidatura de Vargas Lleras se desdibuje, al no parecer probable su paso a segunda vuelta: aun la gente que lo ve con simpatía probablemente votará por Santos ante el peligro de un ascenso de personajes equívocos. Ojalá que un resultado discreto en las encuestas anime al candidato a buscar integrarse con su grupo en un gobierno de Santos.

El "gallo tapado"
Peores limitaciones exhiben los "candidatos de la prensa". Es poco probable que Mockus o Fajardo se acerquen a la votación que obtuvo Carlos Gaviria en 2006. La votación de Petro es menos volátil, pero en todo caso minoritaria, después de todo lo que se ha sabido sobre la relación de su banda con Pablo Escobar y de su conocida amistad con Chávez. En cambio, el candidato que, en mi opinión, sí podría dar la sorpresa y aventajar a todos los demás de oposición es Rafael Pardo. Casi todos los analistas han pasado por alto el hecho de que el tercer partido en las elecciones del 14 de marzo fuera el "Liberal". Esta vieja organización cuenta con eficientes maquinarias muy arraigadas, capaces de irrigar grandes recursos y cosechar muchos votos, como se puede comprobar con los triunfos de Luis E. Garzón y Samuel Moreno en Bogotá. También se ha pasado por alto la unidad que ha alcanzado dicho partido, en el que ya no se ven discrepancias ruidosas entre los ex presidentes ni mucho menos incomodidad porque al tiempo que se avala a una candidata que proclama que "hacen falta más Marulandas" la votación más alta al Senado por dicho partido la obtuvo la esposa de Juan Manuel López Cabrales, político condenado por nexos con Salvatore Mancuso.

El gran elector
La política se hace con dinero, y en lugares como Colombia aún más. Quienes crean que Chávez se abstendrá en las elecciones colombianas desconocen tanto la política como al sátrapa de Miraflores. De modo que las posibilidades de una segunda vuelta dependen en gran medida de la inversión que aquél haga en una u otra candidatura. Al respecto siempre me ha llamado la atención la cautela y aun delicadeza con que todos los amigos de César Gaviria aluden al tirano venezolano. Sobre todo después de abril de 2002, cuando el entonces secretario general de la OEA ayudó a brindarle reconocimiento. Un artículo aparecido hace poco en la prensa me confirmó en mis temores de que Pardo podría contar con las simpatías de Chávez, simpatías por lo demás correspondidas. Lo firma un tal Alpher Rojas, director del ¡Instituto de Pensamiento Liberal!, un "colombiano por la paz" aún más siniestro que Piedad Córdoba. En dicho escrito (que casi lo explica todo) se puede leer:

[...] Y el doctor Gustavo Petro tiene el lenguaje prudente de los agradecidos. Esa actitud complaciente con los estragos del poder uribista los inhabilita para canalizar el descontento generalizado o servir de válvula de escape a la irritación popular en marcha.

No así Rafael Pardo, quien ha venido marcando el ritmo de la protesta social con constructivos planteamientos sobre ataque a la desigualdad social y la reinvención democrática del país, tesis con las cuales logró el milagro de la reunificación de su partido en el reciente Congreso Liberal, escenario al que concurrieron, por cierto, las élites industriales y productivas del uribismo en desbandada, pero también una alta proporción de intelectuales y bases sociales del Polo Democrático, desencantados por la "derrota" del Maestro Carlos Gaviria.

Más claro no canta un gallo. De hecho, con ocasión de la polémica de hace unos años sobre el delito político entre el "Maestro" Carlos Gaviria y el entonces comisionado de Paz, Luis Carlos Restrepo, Pardo se pronunció. Claro, respaldando a Gaviria con reparos leguleyos y rehuyendo la condena de esa falacia criminal. No es raro que ahora sea más resuelto que Petro a la hora de "marcar el ritmo de la protesta social". Los intelectuales y las bases sociales del Polo Democrático saben dónde ponen el huevo.

A buscar el triunfo en primera vuelta
Para la mayoría de la gente la política es un asunto fastidioso del que prefiere no interesarse. Salvo cuando hay recompensas, como ocurre tradicionalmente en Colombia. ¿Se habrán puesto a pensar en lo que esperaban los venezolanos del triunfo de Chávez en 1998? ¿Y los cubanos que se ilusionaron con la Revolución de Castro en los primeros años? Un triunfo de algún personaje equívoco en las elecciones presidenciales sumiría automáticamente a Colombia en el abismo, pues bastaría un ejército desmoralizado o dividido, o un gobierno dispuesto a complacer al tirano y aliarse con él para que las guerrillas recuperaran todo el terreno perdido e intentaran controlar el país, aun con ayuda del ejército bolivariano. Ojalá que la gente que no vota se dé cuenta del peligro, así como la que cree que el pedagogo de los gestos solemnes que representa al partido de los viejos verdes (pues ¿qué es lo "verde" en ellos?) va a remediar algo.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 24 de marzo de 2010.)