sábado, diciembre 04, 2010

Gracias, señor Santos

Un amigo me dice que la percepción de un cambio en la actitud del gobierno colombiano puede ser provocada por los medios de comunicación, afanosos de dividir el uribismo. Creo que esa idea, bastante frecuente hoy en día (pero no dentro de unos meses) es muy equivocada. Parece no sólo el resultado de pensar con el deseo, sino de algo peor: de no tener claras las propias ideas. Algo muy corriente en Colombia, donde hasta el más esmerado comentarista se queda boquiabierto cuando uno se opone al aserto ligero y peligroso de que las FARC son sólo una banda de traficantes de droga sin intereses políticos.

Pero aun suponiendo que Santos tenga un acuerdo secreto con Uribe y estén jugando al amigo bueno/amigo malo con Chávez, los magistrados de las altas Cortes y las bandas terroristas (que son una y la misma cosa, tal como las uñas, los huesos y la lengua forman parte del mismo organismo), uno tiene que estar resueltamente en contra. Pero eso porque al menos uno pretende tener claros los nombres de las cosas, de tal modo que si viene un nuevo gobernante y los cambia habrá que ver qué dice.

¿Qué dijo el señor Santos en su posesión? Algo que enlaza directamente con el carro bomba del 12 de agosto: habló de odios, de reconciliación y de Unidad Nacional sin excluir a los grupos que alientan y usufructúan a las bandas terroristas. Claro que el carro bomba lo tenían que haber preparado mucho antes del discurso, y seguramente lo habrían puesto de todos modos, como el montón de crímenes que han cometido en las tristes cabañuelas de Santos, anuncio de la catástrofe que se cierne sobre Colombia. El problema es la rentabilidad fabulosa que tiene para los terroristas ese acto, pues la otra lindeza del nuevo presidente es que "las puertas de la paz no están cerradas con llave".

Es decir, no sólo cometen tranquilamente ese atentado y muchos otros, sino que asesinan a un sindicalista sin que la actitud de la sociedad sea de claro rechazo, sin pagar un precio político por sus atrocidades, todo gracias al esfuerzo de los socios de la prensa de explotar el atentado (con la complicidad de muchos funcionarios, despreciables lambones que no quieren incomodar la nueva concordia con Chávez) atribuyéndoselo a la "extrema derecha" y en algún caso incluso a Uribe.

Primero hay que detenerse en los "odios" y en la "reconciliación": ¿alguien cree que el poder de las bandas terroristas es el fruto de pasiones entre iguales que gracias al nuevo reyezuelo se van a resolver? ¿Odiaba el ganadero al que le asesinaron a todos los hijos a los dirigentes comunistas antes de ser víctima de sus encargos? ¿Odia el profesor universitario al policía al que manda castrar? ¿Odia el hermano del presidente a los soldados cuyas vidas sacrifica por montones sin escrúpulos desde hace más de cuarenta años? ¿Cómo se "reconcilia" el campesino al que quemaron vivo en el Caguán por resistirse a entregar a los hijos con los activistas de ONG que viven de hotel de lujo en hotel de lujo, más cuando hay esperanzas de paz, gracias a hazañas como ésa?

El lenguaje del señor presidente es repugnante. Canallesco, como sus intenciones de sacar partido del debilitamiento de las FARC para firmar un acuerdo de paz que resulte en el premio de los crímenes, obviamente a favor de quienes los encargan desde cómodos recintos de los barrios ricos. No se puede decir que sea como Pastrana, porque Pastrana al menos contó al principio con la aprobación de una parte de la sociedad a su proyecto. En definitiva va a ser cierto lo que decía el coronel Alberto Villamarín, que Santos había aprovechado su paso por el Ministerio de defensa para reforzar su carrera política, utilizando el esfuerzo de los militares para un fin personal.

Ahora bien, me dirán que últimamente ha puesto más condiciones a la negociación, como retrocediendo. ¿Cómo interpretan las actuaciones de la canciller en Venezuela y los discursos de Benedetti? ¿Cómo es que el presidente no lo reprueba? Porque habla en su nombre. ¿Y las declaraciones de Vargas Lleras sobre la reforma de la justicia y el manifiesto designio de ponerse de acuerdo con los magistrados? Yo no recuerdo mejor definición de "corrupción" que la conducta de esa gente. Y obviamente el resultado son las bombas, pues a Chávez no se lo cambia por ser complacientes con él, y nadie le puede pedir que renuncie a buscar la paz en Colombia. Para lo cual necesita argumentos a favor de la paz, como los que exhiben los estudiantes de la fotografía.

En resumen, tanto a los terroristas como a sus mentores políticos como a los gobiernos criminales de la región como a los prevaricadores que condenaron a Plazas Vega sin ninguna prueba, con base en los argumentos de los ideólogos del M-19 y declaran que el terrorismo es "altruista", se los debe reprobar, mientras que la conducta del nuevo presidente es exactamente la contraria, ofrecerles reconocimiento: como buen político colombiano sólo sabe hacer componendas y respecto a las atrocidades de los funcionarios tiene una fórmula perfecta: "tapen, tapen".

No hay que ser un lince para saber que los crímenes terroristas se multiplicarán: la prensa no tiene el menor pudor en atribuírselos a enemigos de un proceso de paz que el gobierno niega (aunque el señor Benedetti declaró a Telesur que eran tales enemigos los autores del atentado). Pero los ciudadanos tienen parte en eso, ¿por qué es más importante un atentado sin víctimas graves que un asesinato? ¿Por qué a nadie le sorprende que las consuetudinarias amenazas contra Iván Cepeda ocupen decenas de veces más espacio que ese asesinato? Negarse a entender que los redactores y editores de esos medios son tan terroristas como quien pone la bomba es seguir en el mismo juego: en lo que está en la base de la tragedia colombiana.

Baste un ejemplo: en los años setenta apareció un libro firmado por Umberto Valverde y Óscar Collazos, Colombia, tres vías a la revolución. Eran entrevistas a tres sectores de la izquierda. Por el Partido Comunista contestó Gilberto Vieira, el cual reconoció sin ningún problema que las FARC eran el brazo armado de su partido. ¿Alguien se imagina que hubo el más remoto deseo de denunciarlo? Vieira era amigo de muchísimos ex presidentes, ministros y ex ministros, etc. A esa gente no se la reprobaba, hubo algún intento de hacerlo con Uribe, lo cual es la causa del odio enfermizo de la prensa contra él, pero en general en Colombia mandar matar gente es legal cuando se está bien relacionado.

Esa atmósfera de los noventa se la debemos al señor Santos, a su afán de figurar en la historia (y desde ahora aseguro que figurará como una figura más funesta que Pastrana) con gestos grandilocuentes que no resuelven nada, aparte de su presencia en los titulares de la prensa. Lo característico de esa atmósfera es la avilantez, el atrevimiento de la prensa, que en los años del Caguán explicaba ante cada atrocidad que "las partes necesitan llegar fuertes a la mesa de negociación". Copio algunos párrafos inolvidables:

Sobre las afirmaciones de Petro:
El ex candidato presidencial Gustavo Petro, un activista por la paz en Colombia, reaccionó contundentemente sobre el atentado terrorista en Bogotá.
"Me atrevo a afirmar que la bomba tiene un claro objetivo, llevar al actual gobierno a la postura del anterior", señaló el líder político.
Según él, si "nos dejamos manipular seguirán poniendo bombas, exijamos la verdad en la investigación, no mas manipulaciones".
En ese sentido, pidió al alcalde de Bogotá, Samuel Moreno Rojas, convocar a una marcha de repudio a "la violencia y el terror".
Bueno, son los mismos que se gastaban los recursos de los bogotanos en campañas por el "intercambio humanitario", angustiados como estaban por los sufrimientos de los secuestrados. Ya se puede pensar cómo sería su marcha.

Bueno, convocaron un plantón, noticia que también merece atención. Pero no tanta como la que apareció en Semana, evaluando los hechos.
Armando Borrero, especialista en seguridad nacional y analista de razonpublica.com, cree que entre un “grupo de aventureros de la extrema derecha” podrían estar los autores del atentado. “Probablemente buscaban un lugar simbólico al ponerla frente a Caracol. Esto es terrorismo ilustrado, que es cometer un acto para que les echen la culpa a otros y provocar un efecto político”, dice.

Borrero agrega que es posible que sea un pequeño grupo que quiere enviarle un mensaje al presidente Santos para que se endurezca. Aunque no hay un proceso de paz formal, “de pronto hay gente que quiere decirle que ya no pudo con este tema. Son interesados en desestabilizar cualquier posibilidad de negociación (entre la guerrilla y el gobierno)”, señala el analista.
Claro que razonpublica.com es la página del Colombiano por la Paz y activista mockusiano Hernando Gómez Buendía, pero así son los expertos que emiten dictámenes en la prensa colombiana. Tan objetivos como Petro, apóstol de la paz.

Mucho espacio ocuparon las Amenazas a Iván Cepeda. Pero aún más interés para considerar los propósitos de los terroristas, es decir, de la prensa colombiana, presenta en "análisis de Semana, en el que todo termina en cábalas sugiriendo a los autores sin ninguna prueba:
El único funcionario del gobierno que señaló a la guerrilla como responsable fue el director del DAS, Felipe Muñoz, quien dijo que unas grabaciones e información de inteligencia recolectada días antes del ataque señalaban que alias 'Grannobles' había impartido la orden de ejecutar ataques contra medios de comunicación. Hecho que no deja de ser curioso, por decir lo menos, ya que si era cierto que existía información sobre un eventual atentado, lo lógico era haber intentado evitarlo o por lo menos alertar a los principales medios nacionales.

Ese tipo de explosivo y el modus operandi ya habían sido usados por las Farc en varias oportunidades en el pasado. Aunque para algunos ese es un fuerte indicio que señalaría a la guerrilla, la realidad es que armar un carro bomba con esas características no es ni muy difícil ni exclusivo de las Farc.

No menos extraña fue la hora en la que los terroristas programaron la explosión: 5:27 de la madrugada. A esa hora hay muy pocas personas en la calle en ese sector, lo cual hace pensar que el objetivo era causar la menor cantidad de muertos y heridos. En los ataques habituales de las Farc, tratar de minimizar víctimas no es prioridad. Y normalmente sus acciones tienen como objetivo primordial la fuerza pública o alguna entidad del Estado.

A pocas horas del atentado, la página de Internet Anncol, que usualmente reproduce comunicados de las Farc, negó la responsabilidad de la guerrilla en el hecho. Sin embargo, en la bomba del club El Nogal o en la masacre de los diputados del Valle también se expidieron comunicados negando esas acciones, que tiempo después terminaron aceptando las propias Farc. No obstante, no deja de ser llamativo también el momento político en el que ocurrió el atentado.

Hace tres semanas el jefe de las Farc, 'Alfonso Cano', divulgó un video en el que abría la posibilidad de buscar un acercamiento con el gobierno del presidente Santos. La propuesta fue acogida por el nuevo gobierno, que dejó abiertas las puertas de un eventual diálogo con condiciones. Aunque la lógica de la guerrilla no es la misma del país, y no pocas veces sus discursos van en una dirección contraria a sus acciones, no tendría ninguna lógica ejecutar un acto terrorista como el de la semana anterior que, de comprobarse la responsabilidad de las Farc, podría llevar eventualmente a que el gobierno se vea obligado a cerrar cualquier posibilidad de negociación, al menos a corto plazo.

Hay otra hipótesis bajo consideración, que toma cada vez más fuerza y apunta, irónicamente, a que fuerzas oscuras de la extrema derecha pusieron la bomba. Los recientes anuncios del presidente Santos no han caído nada bien entre estos fanáticos. La puerta del diálogo que abrió con Cano sumado al restablecimiento de relaciones con Venezuela han generado inquietud. El carro bomba estalló a escasas 48 horas después de la cumbre entre Santos y Hugo Chávez, en la cual quedaron superadas profundas diferencias y las relaciones entre los dos países adquirieron una nueva dinámica. No es descartable que lo que el ex presidente Virgilio Barco llamó las "fuerzas oscuras" esté tras el ataque con la intención de enviar un mensaje al nuevo gobierno y tratar de torpedear cualquier intento de paz con las Farc o con Chávez.

Una de las preguntas esenciales que hacen los investigadores cuando ocurre un atentado es: ¿a quién beneficia? A las Farc, evidentemente no. El rechazo fue total y hasta las personas más amigas del diálogo dijeron que si se confirmaba la autoría de la guerrilla, no se podría negociar.

A simple vista, los que más ganan con el atentado son aquellos que quieren que el Presidente asuma una posición radical, o como dijo el ex candidato presidencial Gustavo Petro, "llevar al actual gobierno a la postura del anterior".

Por eso es tan entendible y encomiable la prudencia del gobierno y la Fiscalía en el manejo de este asunto. Al cierre de esta edición, el fiscal general encargado, Guillermo Mendoza, insistía en que aún es aventurado señalar algún responsable del carro bomba. Dilucidar quiénes estuvieron tras el ataque se convierte en una prioridad para la justicia, el gobierno y el país.
Si en Colombia hubiera verdaderos servicios de información se llegaría a demostrar que el atentado fue ordenado por los mismos que encargaron ese análisis. Lo que es evidente para cualquiera es el interés del redactor en inventarse organizaciones criminales para sacar partido de la bomba. Cuando se demuestre que fueron las FARC dirán que las partes necesitan llegar fuertes a la mesa de negociación. Pero de momento les resulta más rentable evitar que las FARC paguen en desprestigio la bomba.

Lo interesante es la actitud del gobierno frente a los atentados terroristas, que evidencia el propósito de negociar el futuro del país con las FARC. La complacencia de Benedetti con Chávez es prueba de esa nueva actitud. No es raro que Santos merezca el aplauso de personajes como Cecilia López Montaño.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 18 de agosto de 2010.)