miércoles, mayo 12, 2010

El año del bicentenario

Se nos fue el año y el que comienza dentro de una semana es lo que se dice un año "interesante", particularidad que ya empieza a anunciarse en estos días con los asesinatos del Urabá y el secuestro y asesinato del gobernador del Caquetá, por no hablar de la diaria provocación del líder de la izquierda democrática de la región. Pero el 2010 es interesante sobre todo porque cumplimos doscientos años como Estado independiente y sin duda mucha gente empezará a evaluar ese proceso, cosa por lo demás necesaria.

El principal significado de la independencia de las colonias españolas de América es el fin del imperio español como gran potencia mundial. Se podría decir que tal declive ya llevaba tiempo ocurriendo y que la misma Francia que tantos frentes tenía que atender pudo imponer un rey en Madrid. Pero económica, demográfica y militarmente quedarían muchas esperanzas mientras las colonias siguieran unidas a la metrópoli. Tras la independencia la hegemonía británica en los mares se acentuó, al igual que la expansión de los angloamericanos.

Ojalá que las celebraciones sean la ocasión de un examen juicioso de nuestra historia: que impere un espíritu riguroso en los trabajos históricos, superando la tradicional sujeción a la oratoria y el tradicional enclaustramiento en las referencias locales. La independencia fue el acto fundador de una serie de naciones que cada vez pesan más en el concierto global, naciones que en estos dos siglos han avanzado dando tumbos y hoy en día se encuentran mayoritariamente en una situación problemática, como en la cuerda floja, vacilando entre asimilarse a las democracias de Occidente o entregarse al ensueño de la tiranía autocomplaciente.

También sería una buena ocasión para evaluar con rigor a los fundadores de esas naciones, respecto de los cuales hay una incomprensión generalizada. Puede que los nuevos seguidores de Bolívar empiecen a darse cuenta de que el libertador, por mucho que intentara imponer una dictadura, no se apoyó en el terror ni buscó la guerra civil, que es lo que hace día a día el nuevo Adán siguiendo el modelo del tirano cubano, cuyo secreto para gobernar de forma vitalicia es el mismo de Stalin: una maquinaria de terror.

Ojalá también hubiera un relevo en la presidencia que garantizara la continuidad: si los reeleccionistas razonan que "es mejor pájaro en mano que ciento volando", por una parte están menospreciando su propia capacidad como agentes políticos, así como la de los ciudadanos, pero por el otro están ofreciéndole grandes expectativas al chavismo, que cada vez concentra más apoyos locales de todo tipo de opositores y en el exterior se legitima compartiendo el honor de la presidencia vitalicia con un líder vecino al que pueden presentar como paradigma de la derecha.

En resumen, es mucho lo que significa este año y muy significativo lo que ocurrirá. Y la posibilidad de un proceso prolongado de crecimiento económico, instauración del orden, integración regional y progreso generalizado dependerá de lo que la Colombia productiva consiga en el año que comienza.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 23 de diciembre de 2009.)