martes, mayo 05, 2009

Maestras y madres

Me resulta particularmente llamativo que varias personas de extraordinaria significación en la historia reciente de nuestros países sean hijos de maestras: Pablo Escobar, Hugo Chávez, Horacio Serpa, Piedad Córdoba y Luis Édgar Devia (este último nació apenas tres años antes que el líder de los maestros, Jaime Dussán, oriundo del mismo pueblo: La Plata, Huila). No me parece que se trate de ninguna casualidad, tampoco las afinidades ideológicas de estos personajes, que muchos se negarán a reconocer en el caso del rey de la cocaína. Es curioso, ¿hay alguien más parecido a Escobar que el coronel golpista que se apropió de Venezuela hace ya una década? Claro, en Colombia se es un empresario informal cuya carrera política avanza mediante el cohecho mientras que en Venezuela se hace carrera militar, se da un golpe de Estado y se ganan elecciones sucesivas enarbolando la bandera anticolombiana. Fuera de eso Robin Hood quiere despojar a los ricos para favorecer a los pobres y se encuentra con una fuente de riqueza inagotable que sólo requiere control militar para excluir rivales y amedrentar enemigos. La riqueza a la que se accede permite mandar sin mucha contestación. El reclutamiento de los estratos más bajos de la delincuencia con fines sicariales es otro rasgo común, pero podrían ser muchos.

Antiimperialismo
La semejanza en el odio a EE UU de esos dos personajes permite seguir el rastro hacia el gremio magisterial, pero es sólo un aspecto. El pensamiento único reinante en Colombia atribuye las terribles tasas de violencia de las últimas décadas al tráfico de drogas, y éste a la prohibición. Cuando alguien pregunta por qué los países de otras regiones no tomaron ese rumbo se suele preferir el silencio. Yo creo que la sensación de ilegitimidad del poder reinante en el mundo y de legitimidad de la rebelión está detrás del desarrollo del tráfico de drogas: rebelarse contra la injusticia es un sueño más atractivo que trabajar, y si después el propio egoísmo da lugar a otras injusticias no se puede esperar que el interesado se dé cuenta: ¿cómo explicar que el estudiante que se echaba al monte a matar soldados siguiendo el ejemplo del patricio Ernesto Guevara no tenía una percepción muy plausible de la noción de justicia al disponer tan tranquilamente de la vida ajena? La rebelión contra la injusticia para crear la sociedad sin clases sólo es más sumisa a la ortodoxia sacerdotal, más cargada de instrucción y retórica, no está movida por un rechazo mayor contra la injusticia que la de quien se dedica a fabricar la bomba atómica de los pobres: la injusticia se convierte en una percepción subjetiva.

Liderazgo natural
No es difícil imaginarse que las enseñanzas que impartían esas maestras a los demás niños eran las mismas que recibían sus hijos, sólo que la eficacia en el hogar siempre es mayor, sobre todo porque los hijos de las maestras tienen ventajas a la hora de optar por el liderazgo en su medio social. Suelen estar más cerca de la lectura y del conocimiento, y la condición de sus madres les provee un elemento de seguridad muy importante. De hecho, en una población como la región andina hace cincuenta años las maestras serían más bien personas de condición social superior a la de la mayoría: casi la mitad de la población era analfabeta y ellas contarían con una década o más de educación, y en la mayoría de los casos provendrían de medios urbanos, frente a sociedades mayoritariamente rurales. Los maestros no sólo representaban al Estado, sino también a las clases medias de la sociedad antigua. Los hijos de las maestras eran de condición social más alta que la mayoría, pero sus familias no poseían un gran patrimonio ni relaciones en el mundo de la propiedad. Su elección ideológica era una fatalidad.

Totalitarismo
El proceso por el que los maestros en Colombia son ideológicamente afines al comunismo es más bien sencillo: a medida que el Estado se ensancha y el poder de la Iglesia se reduce, los maestros empiezan a convertirse en el elemento de control ideológico que antes representaban los sacerdotes. El poder es otro, los valores son otros, en lugar de la salvación se predican los derechos que el Estado tiene que proporcionar a todos los ciudadanos, para lo cual son un obstáculo algunos de ellos. Bueno, en realidad todo el sistema social del modelo occidental es el obstáculo, pues la sociedad tradicional ya era totalitaria y sólo se trata de reemplazar a los curas con maestros y de aislar a los países de modelos diferentes y problemáticos. El comunismo sólo es el estatismo llevado al extremo, pero en Colombia el estatismo ya tenía una larga trayectoria antes de la creación de las guerrillas: importantes sectores del Partido Liberal lo habían adoptado y la ideología rentista era un excelente caldo de cultivo.

Educación... ¿qué es educación?
La educación es siempre lo que les falta a los demás, por eso cuando la gente proclama que la educación hace libres, que lo que hace falta es educación, que los cubanos son pobres pero tienen todos educación uno se siente tentado de preguntar: ¿qué es educación? Si fuera por la alfabetización y la instrucción en materias básicas, el nivel de educación de los cubanos no es mucho mejor que el de los demás latinoamericanos, ni que el de sus abuelos en 1959. Quien piense que a la gente pobre la redimiría el conocimiento y la adquisición de destrezas tendrá que pensar que la educación pública realmente existente es más un obstáculo que una ayuda. ¿Qué es educación? Durante mucho tiempo los niños sólo adquirían en las escuelas conocimientos relacionados con el dogma católico, es decir, con la cultura de los conquistadores españoles frente a las creencias de los aborígenes, y en general la institución escolar se relaciona con esa transmisión del ejemplo vital de las clases superiores:, no sólo en el terreno religioso sino también en el axiológico (relacionado con los valores), moral, ideológico, etc. La educación pública en Colombia es sobre todo adoctrinamiento estatista, por ejemplo en ese aspecto en que el Estado muestra los dientes: en la creación de una “identidad” hostil a otras naciones. Hugo Chávez no es un loco caprichoso ni un megalómano ni un gobernante corrupto, sólo es un líder que hace realidad la ideología del magisterio: es un producto de la educación.

Un momento interesante
La Federación Colombiana de Educadores es la más poderosa organización social del comunismo en Colombia y sin duda muchos de sus dirigentes resultarán de algún modo relacionados con las FARC o con personas que aparecerán en los computadores de Raúl Reyes. Pero las mayorías en Colombia son más bien antichavistas y sobre todo hostiles a las FARC, lo cual plantea cierto desprestigio de la ideología de ese gremio y cierta reacción recelosa de la gente ante la prédica antiyanqui y totalitaria (“derechista”, se debería decir, pues su negocio es la invención e invocación incesantes de “derechos”: derechos que el Estado debe a todos pero que sólo se concretan en la doble pensión de los maestros o en la imposibilidad de evaluarlos). Es un momento crucial en la historia de la sociedad colombiana: ¿esas mayorías adquirirán una visión del mundo opuesta a la que predican los maestros, las universidades, la prensa, etc., o volverán al redil? ¿Se entenderá la labor de educar con un sentido próximo a la definición del diccionario? (Desarrollar o perfeccionar las facultades intelectuales y morales del niño o del joven por medio de preceptos, ejercicios, ejemplos, etc.”) ¿O seguirá predominando la pura búsqueda de títulos que autorizan a recibir ingresos sin relación con lo que se haga, como les ocurre a los maestros según un “derecho adquirido” en la “lucha”? Bueno, hay que decirlo, esos derechos significan despojo para la mayoría y la “lucha”, propiamente la épica del bochinche, significa ante todo menos horas de clase. Lo que pasa es que en esta generación los colombianos decidirán si desearán que sus hijos prosperen gracias a su actividad y a sus conocimientos, o a que adquieran derechos mediante la protesta y la lealtad al movimiento popular.

Las generaciones venideras no tendrán una oportunidad semejante de decidir el futuro.
(Publicado en el blog Atrabilioso el 21 de mayo de 2008.)