miércoles, noviembre 21, 2012

La última claudicación

Como se sabe desde el mismo día de la posesión, Santos busca negociar con las FARC. Ahora anuncian en forma de rumor que hay reuniones en Cuba, y uno se pregunta qué estaría pasando si en lugar de buscar esa concordia se hubieran concentrado los esfuerzos en someterlas. En la jerga de los delincuentes bogotanos la palabra impuesto designaba la parte del robo que se daba al policía, que terminaba siendo el socio del ladrón. No otra cosa hace el señor Santos, aliarse con los secuestradores para ayudarlos a volverse ciudadanos respetables a la fuerza, y en últimas hacerse su socio. (En un país legal nadie respetaría a León Valencia ni a los del M-19, la imagen de estar delante de quien ordenaba secuestros y asesinatos haría sentir mal a la gente: necesitan la violencia para que sea peligroso mirarlos como secuestradores y asesinos.)

La forma en que un gobierno sacrifica con todo el descaro del mundo su programa electoral y se compromete a someter las leyes al escrutinio de una organización de criminales cuya única legitimidad es el miedo que inspiran y la simpatía de la izquierda radical internacional, hará que todo el mundo se pregunte qué está pasando en Colombia. Lo verdaderamente maravilloso no es que los colombianos toleren que les "cambien el chip" y el gobierno practique lo que ellos querían evitar, el pastranismo, sino que el principal recurso de Santos para legitimar su política es perseguir a Uribe usando las acusaciones que se usaban contra él hace tres años por los falsos positivos. En aras de legitimar su curiosa variación, se desespera por encontrar pretextos para enlodar a Uribe. Es a su influencia a lo que se debe que en El País saliera este titular. Santoyo era tan subalterno de Uribe como de Santos; de nuevo, hábilmente, se explota algo con un sesgo calumnioso y perverso.

Pero el caso es que la negociación está aquí, y es una escenificación que requiere un plan minucioso y unos actores bien coordinados. Para las FARC sería una descortesía que se las considerara derrotadas, de modo que conquistan territorio y acumulan dinero a la vez que masacran y humillan a la fuerza pública. ¿Hasta qué punto quiere llevar Santos la derrota del Ejército? Al ejército desmoralizado lo reemplazarán las FARC, debería saberlo. Si no queda como un fracasado queda como el peor criminal, el que le abrió el camino a la tiranía totalitaria y a la mala literatura de las revoluciones tropicales.

Eso deberían preguntárselo los colombianos, ¿qué les va a pasar? Por pura lógica, hay que pensar que Santos busca el avance de las FARC. Si fuera un demócrata, se habría enfrentado con las cortes que encarcelan a Arias y dejan libre a Piedad Córdoba y habría convocado una Constituyente que lo dejara como el redentor del país. Pero prefirió legitimar toda esa red de complicidades del samperismo y hasta nombró en uno de los cargos más sensibles a una abogada cristiana que se enamoró de un guerrillero y lo acompañó a asesorar a los paramilitares puede que a cambio de una buena suma, pero persona del todo favorable a Ernesto Samper en su guerra contra Uribe. Santos llegó al poder a hacer la guerra contra el bando que lo eligió y para eso sacrificó la legalidad tolerando los desafueros crecientes de las cortes y favoreciendo a un señor de turbio prontuario cuya legitimidad electoral es ínfima. Eso es lo que tendrá que escribir cualquier historiador de finales de este siglo. Los que no lo quieren ver ahora, es porque tienen algún proyecto de vida en el que prefieren sacrificar las leyes y tratan de alcanzar el mayor confort posible en un mundo en el que no se cumplen.

Y es mi pregunta, ¿hasta cuándo van a quedarse los colombianos viendo en la televisión pintarse su ruina y humillación en ciudades dominadas por los asesinos, canonizados en aras de la paz? ¿Cuánta gente ha perdido a un ser querido a manos de las FARC? No, entiéndanlo, ellos no van a llegar a juntarse con los demás colombianos, sino a ocupar puestos públicos bien pagados y a recibir grandes sumas del gobierno, por ejemplo en forma de subvenciones a ONG y puestos en las universidades públicas, como de hecho ocurre desde los noventa con las otras bandas. Y desde esa posición de poder buscarán la paz con los que sigan luchando, para los que hay una fortuna incalculable esperando en forma de cocaína que se puede exportar a través de Venezuela, país que gracias al debilitamiento del ejército colombiano se convertirá en la potencia regional. Si varias personas soñaran con mejorar su condición social en los años setenta y se evaluara qué actividad resultó más eficaz, la respuesta inegable es: matar gente. A León Valencia y Angelino Garzón los lisonjean los oligarcas, si hubieran optado por poner un restaurante o una carpintería, serían pobres diablos de los que, si viven en regiones apartadas, terminan dejando ir a sus hijos a la guerrilla o a la mafia; la primera es una secta que a punta de adoctrinamiento e intimidación obtiene mártires adolescentes para el juego de poder de los oligarcas de la izquierda.

Pero ahí está, lo que los colombianos menos quieren es pasar incomodidades y correr riesgos, y hasta terminan creyendo en la propaganda de sus verdugos como los indios del siglo XVI terminaron creyendo en Dios crucificado. El día en que los engañan y se burlan de ellos, les infligen la mayor humillación, ya se admitieron inferiores. Eso es lo que pasa con la historia de Sigifredo López, que les dicen lo que deben creer y lo creen. Incluso los supuestos analistas críticos terminan favoreciendo un montaje burdo para no resultar extravagantes, intolerantes y sectarios. Por ejemplo, Alfredo Rangel:
Descubrir falsos testigos desbarata procesos de farcpolitica,pero no contra militares: libertad para Cnel Plazas acusado por falsos testigos.
Quiere denunciar el sesgo de los jueces diciendo una gran verdad, pero ¿dónde está la evaluación seria de los testimonios? Claro que hay muchas formas de sobornar o intimidar testigos para que digan que mintieron, o escoger entre todos los testigos a aquellos cuyo testimonio es evidentemente falso o se puede interpretar de modo que parezca falso, pasando por alto a muchísimos otros, como los pobladores de Pradera y Florida. ¿Por qué el señor Rangel va dando por sentado que son falsos o que no hay otros a los que no se interroga para producir el efecto de que el proceso era un montaje? El escándalo es que la supuesta conjura importe menos que el crimen que origina el proceso. ¿Qué fue lo que pasó realmente? ¿Quién es el del video? ¿Está demostrada la inocencia de Sigifredo López como para poder dar el caso por cerrado? Resulta que el coronel Plazas Vega está condenado y no es preso preventivo, y cuando uno pide que lo traten con la misma benevolencia con que se trata a Sigifredo López, que podría ser el del video y el que planeó el secuestro, está poniendo a Plazas Vega, un héroe nacional, por debajo de un criminal. Lo que hay que pedir es enviar a la cárcel a los que condenaron a Plazas Vega, porque esa condena es un crimen, una persecución política que envilece al Estado colombiano. Es esa resignación al corto plazo lo que lleva a confusión hasta a los más lúcidos comentaristas.

Lo que hay que pedir es que se demuestre la inocencia de Sigifredo López con algo más que la falacia de que ha sido víctima de error judicial, conjura, atropello, etc. Que uno pueda creer que ese futuro ministro realmente no planeó el secuestro de sus compañeros a los que acompañó hasta su lugar de cautiverio, con la necesaria intención de matarlos en algún momento porque sería imposible que vivieran y no lo delataran. Yo no lo puedo creer, me atrevo a decir que los que se niegan a creerlo realmente y no obstante no lo justificarían, son personas cobardes, que se esconden en una mentira en lugar de la certeza plena, demostrada por dictámenes periciales definitivos, de que hay un ciudadano que después de secuestrado fue encarcelado. Pero, acuérdense de mí, algún día alguien demostrará que la acusación era cierta: que Sigifredo López es el tipo del video. ¿Qué sentirán los crédulos? Deberían ir cayendo del zarzo. Hay un gran poder de los medios, el gobierno, las cortes, el clero universitario, la "izquierda" y hasta la Iglesia que busca que el tipo quede impune y maquina para que nadie se pregunte por qué no cotejan las voces, o por qué no enviaron una inspección judicial a interrogar a los testigos de Pradera y Florida. Con los aires de "paz" que hay hoy en día, los crímenes se multiplicarán porque pueden quedar impunes, y eso será mucho más terrible a medida que se aproxima la noticia oficial de la negociación y de su propósito y programa. Lo más importante es que la guerra no se acabe antes de las elecciones de 2014 porque Santos es listísimo y no va a cometer el error de Churchill. La agenda de paz es la agenda del asesinato permitido. Eso lo ha sido siempre desde Belisario Betancur, pero los colombianos se han dejado adoctrinar para estar siempre dispuestos a permitirlo.

Pero insisto en que lo más importante que ha ocurrido es lo de Sigifredo López, porque demuestra lo desprovista y acobardada que está la supuesta oposición. Ante el terrible prevaricato de no averiguar la verdad para no resultar linchado por los medios que, por suponer lo menos, comete el fiscal Montealegre, los críticos del gobierno ceden automáticamente, como Rangel, que da el caso por cerrado sin detenerse a pensar qué va él a decir cuando le pregunten si cree que Sigifredo López es culpable. Otro renuncio, es general.

Eduardo Mackenzie dedica una columna al tema, dando por sentada también la inocencia de Sigifredo López, y el caso por cerrado, e incluye esta frase:
La justicia colombiana tiene ahora la oportunidad de enmendar definitivamente esos errores y las faltas procesales cometidas en el caso del Coronel Plazas y reconocer plena y definitivamente que los supuestos “testigos” que la instrucción y la juez de primera instancia trataron de hacer valer no son más que falsos testimonios de la peor especie.
Nótese la expresión de cortesía: "Limpien la casa ahora, den ejemplo de que son justos y magnánimos". Sometiéndose a brindar reconocimiento a los que ordenaron la iniquidad de la condena contra Plazas Vega. ¿O es que Mackenzie desconoce la "Comisión de la Verdad" formada por tres expresidentes de la Corte Suprema de Justicia, cuyo informe está lleno de citas de dos autoras del M-19, y que fue concebida para que legitimara la condena contra Plazas Vega? El castigo por oponerse a unos asaltantes es terrible pero los que cometieron el crimen, antes los del M-19 y esta vez Sigifredo López, darán clases de moral.

Ya sé que pretende denunciar la iniquidad, también es un rasgo endémico: la transmisión solemne de la noticia de que está lloviendo. ¿Cómo va a ser posible que vayan ellos a la cárcel por aprovechar sus cargos para ejecutar una venganza política y Plazas Vega al liderazgo nacional que se merece?, eso es lo que Mackenzie no se pregunta. Mackenzie se presenta como su buen consejero, pero a quien deben oír es al policía que los capture. Es ridículo invocar la ley y la justicia cuando uno ha mostrado estar dispuesto a pasarlas por alto. Plazas Vega está preso por defender a la sociedad contra una banda criminal exactamente como hizo el fiscal de Cali que llevó a cabo la investigación contra Sigifredo López, el uno sufre la prisión a manos del hampa judicial; el otro, ostracismo a manos del poder terrorista que controla los medios y las redes sociales. El poder ha llegado con Santos a un grado superior, crea la realidad literalmente. Hay millones de entusiastas de la inocencia de Sigifredo López. No leen la prensa buscando información sobre lo que ocurrió, sino confirmación de lo que les vendieron como deseable. Leen la prensa para saber cómo va su equipo. El fiscal reconoció el error, ya podemos respirar tranquilos.

 No creo que esa actitud de Mackenzie vaya a dar ningún resultado, creo que hay que aplicarse en serio a defender la democracia, a abolir el poder terrorista que se hizo con el Estado en 1991. La actuación de la Fiscalía en el caso de Sigifredo López daría para denunciar al Estado colombiano, no en busca de indemnización sino para que todo el mundo viera en qué manos cayó la administración de justicia, pero parece que hay muchos que prefieren esperar a ver cuándo pueden negociar con los magistrados, a lo mejor cuando les salga un nuevo agravio que denunciar.

Más lejos va Rafael Nieto Loaiza, que ya en junio dio muestras asombrosas de su insobornable interés por la verdad.
Y de repente, acosada por los medios, la Fiscalía, en abierta violación a la reserva del sumario, filtra la “prueba reina”, un video en el que alguien que se ve de costado describe el recinto de la Asamblea y como podría realizarse el secuestro. La voz y el perfil de quien instruye podrían coincidir con los de López, sugieren. Pero no están seguros y hay testimonios de que el responsable sería un tal JJ, guerrillero de las Farc, con fisonomía parecida a la de Sigifredo. Y están los mensajes entre los comandantes del grupo criminal después del asesinato de los diputados, de los cuales se deduce que López sería inocente.
Por favor, lean de nuevo la frase en negrita y piensen en lo que preocupa a Nieto Loaiza que hayan asesinado a esos diputados. Vamos viendo que el que aparece en el video, JJ, obviamente muerto, no sólo se parece físicamente a Sigifredo López sino que tiene la misma voz, la misma dicción, el mismo lenguaje de político, el mismo conocimiento de la guardia que había en la zona y en el edificio, de las rutinas de los diputados, del sitio por el que entraba uno siéndolo... Es imposible dudar hasta tal punto de la inteligencia del señor Nieto Loaiza, que sólo pretende reforzar la presión de la prensa para dejar impune a Sigifredo López. Esclarecer el caso haría retroceder el crimen y el poder terrorista, pero ése es un objetivo que Nieto Loaiza sacrifica para que lo vean como magnánimo.

Ni cortos ni perezosos, los directores de Semana y hasta Pedro Medellín se han dedicado a acosar al fiscal Montealegre, en realidad para reforzar esa idea de que encarcelar a Sigifredo López y aun acusarlo fue el crimen. La misma desfachatez con que León Valencia da clases de moral y de democracia, con que Petro es una estrella parlamentaria que denuncia a los corruptos y gracias a eso llega al segundo cargo del país, con que tienen preso a Plazas Vega y encarcelan preventivamente por un largo período a Andrés Felipe Arias por delitos por los que, si lo fueran, deberían procesar a muchos otros ministros, incluido el actual. El que se somete a los criminales no sólo tiene que soportar su impunidad y su poderío, sino su desprecio. Es lo que espera a los colombianos por haber claudicado ante el poder de los medios en ese caso. Tal vez el mayor ultraje que ha sufrido la democracia colombiana en su historia, la impunidad descarada del responsable de secuestrar y asesinar al legislativo de un departamento, impunidad obtenida a punta de persuasión a pesar de que millones de personas pudieron ver por ejemplo el video del hermano de Jairo Hoyos, y aun analizar los motivos del hijo de ese diputado para hacerse tan entusiasta defensor de Sigifredo López. (Tienen que verlo, si no lo han hecho, lo dice todo: el señor Hoyos que habla, desapareció. ¿Por qué creen?)

Pero en fin, a Nieto Loaiza no le importa mucho que se esclarezca la verdad y acepta la versión del resto de la prensa. Pero no está solo, sus textos aparecen reproducidos en Debate Nacional, la página oficial del uribismo.

Claro que Nieto Loaiza es el mismo que en otra ocasión decía que "sólo los criminales desean que a Santos le vaya mal", cosa que convierte en criminales a quienes no quieren que premie los asesinatos y en anticriminales a los asesinos. ¡Quiero que te vaya bien, que desistas de ser tú, que no cumplas tus designios! Sólo expresa esa actitud tan corriente en el uribismo de buscar caminos de conciliación, de advertirle a Santos que podrían no votar por él en 2014, incluso, así, poquito a poquito, a admitir una negociación en la que los intereses del país estén bien defendidos y se escuche a la mayoría que no apoya la negociación y sigue aprobando a Uribe, más ahora que las encuestas le fueron mal a Santos. Una negociación controlada por ciudadanos capaces de hacer escuchar a la mayoría es peor que dejar a la otra generación esta guerra, como dice María Isabel Rueda.

¿Cómo es que los familiares de los diputados asesinados proclaman su fe en la inocencia de Sigifredo López? Pues porque el crimen no sólo sirvió para decapitar a la sociedad vallecaucana y mostrar el poderío de las FARC, sino también para someterla. Los familiares se acostumbraron a seguir la consigna de exigir la libertad al gobierno, con la promesa que les transmitía la esposa de uno de los secuestrados que les presenta a sus amigos y a los abogados que podrían presionar hasta que el gobierno negocie, y a partir de eso, de dejarse utilizar como elemento de presión, le entregan su vida a la conjura organizada. Eso se comprobó en los discursos odiosos y violentos contra Uribe de la madre, la hermana y los hijos de Íngrid Betancur. Pero es una vieja costumbre. Cuando al final del Caguán había cientos de alcaldes desplazados de sus pueblos, que en cierto momento se organizaron para exigirle al gobierno solución política negociada del conflicto social y armado. Con decir que uno de los fundadores de una organización de víctimas del secuestro, Asfamipaz, cuya líder, Marleny Orjuela, lo acompaña desde hace al menos una década, es Iván Cepeda Castro, ya podemos imaginarnos hasta dónde llega la capacidad de persuasión que tiene un secuestro. Y la amenaza de repetirlo, por ejemplo a algún niño. Ya se vio en El padrino, Los Soprano y en sus precursores, los bolcheviques que ejecutaron los procesos de Moscú.

En definitiva, hay una formidable conjura de los medios para tapar la impunidad de Sigifredo López y por eso mienten sobre el informe del FBI, como he explicado en mis entradas anteriores. Nieto Loaiza ya había mostrado sus pocas ganas de hurgar en esa información y se apresuró a comprar la invalidez del video dictaminada por el FBI. Y a partir de ahí, prácticamente todos los que escriben en las redes sociales.
La otra prueba alegada contra López ya fue desechada: el FBI no pudo afirmar que era de él la voz de la grabación en donde se explica a los guerrilleros la distribución de las oficinas en la Asamblea del Valle.
El FBI no pudo afirmar que ésa era la voz porque no la evaluó porque el material era inútil. La prueba desechada demuestra la mala fe de la Fiscalía, empeñada en salvar al exdiputado, no la inocencia de éste.

Pero todo eso es gravísimo, la dominación de una masa por una máquina de divulgar mentiras. Por ejemplo, el informe descrito en este video, que daba por demostrada la culpabilidad de Sigifredo López a partir del cotejo de su voz con la del hombre que habla en el video, sencillamente desapareció. ¿Cuántos columnistas han escrito sobre Sigifredo López y cuántos han intentado refutar el informe de ese video. Es evidente que quieren engañar. (Es corto, menos de dos minutos)



Una condena de Sigifredo López no sólo sería una cuestión de justicia sino un golpe a la máquina de dominación que tienen las FARC en el Valle del Cauca, que es la que permite el silencio generalizado sobre el tema del exdiputado, sino también contra la prensa que ha mentido sin cesar sobre el tema. Si alguien me mostrara una noticia de los grandes medios de junio de 2012, tras la detención, cuyo sesgo yo no pudiera demostrar, me retiraría de opinar. Los invito a buscar en google cualquier noticia de cualquier día en algún medio del poder en que se habla de Sigifredo López en que no se intente favorecerlo. La gente se deja manipular.

Renunciar a aplicar la ley y a esclarecer la verdad, como hacen casi todos los colombianos pues casi ninguno quiere saber quién cometió eso, si el cotejo de voces es definitivo (como debería serlo) y si por tanto la inocencia del tipo es incuestionable, parece un atentado contra la presunción de inocencia. Realmente es un atentado contra la presunción de estupidez de la gente, atreverse a pedirle que piense un poco en lo que le dicen.

Naturalmente, la negociación de Santos con las FARC no será contestada por varios millones de manifestantes, y con toda certeza ni siquiera por varios cientos. La novela de Sigifredo López sirvió a los medios para estar de parte de los que quieren negociar, después de acompañarlos en la cruzada por la liberación del prócer. El señor Uribe siempre está a la defensiva, y realmente no tiene ganas de castigar la inagotable lista de prevaricatos del poder judicial, sino de buscar la paz entre el pueblo y las autoridades a través de la solución política negociada del conflicto, pues ¿en algún país democrático del mundo tienen derecho los jueces a prevaricar sin que sus víctimas pretendan que se castigue ese delito?

Me han dejado impresionado los que invocan la presunción de inocencia de Sigifredo López. Es la que exigen los medios, a costa de no llevar a cabo las pruebas, que por lo demás nadie pide. No quieren saber qué pasó, creen que generan menos disenso "practicando" el "deje así", y sólo expresan a la perfección el espíritu con que se claudicará ante las FARC, pues el secreto de la negociación es crear un vasto partido hegemónico de "centro izquierda" a partir de la negociación, el cual incluiría a congresistas con relación con el Partido Comunista y las guerrillas, léase a Iván Márquez y otros pensadores del tipo de los que publican en Razón Pública. Un partido hegemónico controlado por los Santos-López-Samper, presente en todas partes en forma de exguerrilleros y funcionarios revolucionarios, los fecodistas pero con el papel que tienen en Venezuela actualmente, y unos partidos para el decorado, como en la Polonia comunista había partido campesino y partido demócrata cristiano, que siempre votaban lo que mandaban los comunistas.

Ya lo saben, claudicaron fatalmente ante las FARC el día que no quisieron buscar la verdad y la justicia, el día que creyeron las citas tendenciosas de los propagandistas de la prensa, en lugar de buscar dónde están los argumentos actuales que refutan las acusaciones que la misma Fiscalía produjo, y por qué no se presta atención a todos los demás testigos, sino que se los incomoda. En lugar de creer los parrafitos de Semana o de los columnistas, deberían pensar cuándo fue refutado lo que dijo la misma Fiscalía. Léanlo. (Enlace documento Fiscalía.)

(Publicado en el blog Atrabilioso el 22 de agosto de 2012.)