martes, abril 02, 2013

La patria vulnerada

La lógica del fútbol
Si hay una calamidad en el mundo moderno, ésa es la sociedad de masas, ya que lo degrada todo al nivel ínfimo. Las multitudes creen que la poesía es una cosa más bien ridícula del pasado, que ciertamente nadie conoce, pero se enloquecen con el cantante de moda, un muchacho cuyo talento y cuyo mérito sólo consisten en los medios que se invierten en promoverlo. Las canciones que todos recuerdan son poesías rutinarias, malísimas, todas de octosílabos y todas llenas de disparates: el público no pone problemas, no se complica la vida por eso: ¿o recuerdan a alguien a quien le incomode que Nino Bravo sea libre "como el sol cuando amanece, como el mar"? ¿Qué relación puede haber entre el astro, o la masa de agua, con la libertad? Eso mismo ocurre con la pasión típica de las multitudes: el deporte, que en toda Europa e Hispanoamérica es prácticamente sólo el fútbol. Millones de personas sufren cada semana por los logros de sus ídolos en una justa guerrera benigna y se toman esos logros como un triunfo personal, a menudo como reivindicación de su ciudad o de su país, como si las comunidades que los habitan fueran a mejorar en algo con los triunfos o a empeorar con los fracasos del equipo. Hace muchos años que me pregunto si no habrá pasado una catástrofe fisiológica que haga que la gente se sorprenda de que los japoneses sean entusiastas de su empresa, que les proporciona efectivamente dinero y seguridad en la medida en que tenga éxito, pero acepte como lo más natural el fervor por el fútbol. Cuando la pasión de los hinchas se desata es pérdida de tiempo explicarles que su equipo no puede tener razón en todas las querellas ni que no todas las veces que un árbitro señala una falta de algún jugador de su equipo está obrando por motivos espurios... Las masas son como la humanidad reducida en sus facultades a un infantilismo grotesco que produce más bien tristeza. Cuando su espíritu se traslada a la política da miedo lo que puede pasar: en alguna medida, las tropas de asalto nazis estaban formadas por adolescentes casi inconscientes de la monstruosidad en que tomaban parte.

Disputas por el mar territorial
Todo lo anterior se me ocurre después de ver en Twitter la orgía de rabia por la decisión de la CIJ sobre la titularidad de unos cayos y una zona del mar en disputa entre Colombia y Nicaragua. ¿Qué le diría a un nicaragüense que discutiera conmigo sobre el derecho de Colombia a poseer grandes extensiones del mar gracias a la titularidad de Roncador, un "territorio" deshabitado de 300 por 600 metros situado a 140 km de Providencia y a 210 de San Andrés? ¿Qué tendría que pensar un magistrado de esa corte? ¿Tendría que ponerse de parte del país más grande y más rico, que se justifica en derechos de épocas remotas sobre esas piedras (Quitasueño ni siquiera es tierra emergida sino un atolón de coral) para ejercer soberanía a muchos cientos de kilómetros de sus costas? La indignación, insisto, es pura pasión futbolística, y, como en el caso del fútbol la utilidad del éxito o el fracaso es nula para la persona concreta, aparte de la embriaguez de patriotismo y otras bajas pasiones, que desgraciadamente en los siglos de las masas reinan por todas partes con la misma irracionalidad. Bastaría con que otro país más grande peleara por el mismo "derecho" para que el fervor patriótico ardiera por las causas opuestas: los hinchas no pueden concebir siquiera la noción de la justicia o del derecho, sólo se aferran a la emoción que les producen sus fetiches y el secreto halago de la indignación.

Argumentos sobrevenidos
Muchos aprovechan la ocasión para criticar al gobierno, como si quisieran ayudarle a mostrar al mundo la monstruosidad del premio de los crímenes de las FARC como una buena noticia, ya que sobre eso no hay casi resistencia. Un hermoso argumento es el de la riqueza del subsuelo y la pesca. Acerca del subsuelo, primero ¿sería legítimo explotar una riqueza que está al lado de Nicaragua gracias a la titularidad territorial basada en esas piedras? Pero ¿alguien tiene datos ciertos de que se puedan extraer riquezas de ese subsuelo marino? ¿Y es que Colombia explota con acierto sus recursos pesqueros? Bah, pero ¿cuándo entenderán que para riquezas en Colombia hay muchísimas y son más bien una maldición, a tal punto que la hegemonía del hampa acaudillada por Santos es casi segura para mucho tiempo gracias exclusivamente a la riqueza petrolera: ya el descubrimiento de Caño Limón fue decisivo a la hora de aprobarse el funesto engendro del 91. Es inútil explicar algo a los hinchas: los países ricos son aquellos que tienen una población productiva e instituciones eficaces, las riquezas naturales, sobre todo las que están concentradas, sólo sirven para despertar la rapiña. Si fuera por riquezas bastaría pensar en todas las que actualmente explotan los terroristas de las FARC y el ELN y otras organizaciones criminales en forma de minería ilegal (la violenta protesta de los universitarios contra todas las formas de explotación legal por empresas especializadas tiene por principal objeto defender esos negocios). Otro argumento ligado a la desaprobación de Santos es el del cambio en la línea de defensa, gracias al cual se convierte a los magistrados de esa corte en personas tornadizas que prevaricaron porque no hubo un buen alegato de un jurista que los convenciera. ¿Quién demuestra que con otro argumento no habría decretado la corte que los cayos pasaran a Nicaragua, toda vez que están dentro de su plataforma continental, despoblados y sin conexión de ninguna clase con Colombia aparte de la titularidad otorgadas viejas disposiciones?

La noción de patria
Es siempre preferible una población indolente a una capaz de soliviantarse por motivos como ése y no por las infamias reales que afronta. ¿No es genial que después de ocho años de la peor corrupción de los comunistas en Bogotá los hayan dejado seguir en cabeza de uno de los peores, el más próximo personalmente a Hugo Chávez? Estaban felices porque los medios los alentaban a contrariar a Uribe. ¿No es un verdadero prodigio que la reciente atrocidad de Pradera, cometida sin duda para convencer del todo a los lugareños de que es mejor callar todo lo que saben sobre su exalcalde Sigifredo López, no haya dado lugar casi a críticas ni en la prensa ni en las redes sociales, como ocurre con todas las que han ocurrido en los últimos dos años? La propia vida vale poco para los colombianos porque lo único que los puede mover es el sagrado suelo de la patria, por mucho que nadie sepa dónde están esos cayos ni conozca a nadie que los conoce. A ese respecto el infantilismo ya roza la idiotez. Comparado con lo que pierde cada persona concreta con la legitimación que regala el gobierno a los terroristas y con el efecto del cogobierno que se viene, en forma de "príato" de décadas, la pérdida de toda la Amazonía sería nada, pero una nación de hinchas borrachos y vocingleros está demasiado ocupada con sus pasiones para pensar en su interés. Ni corto ni perezoso Santos se puso bravucón, tanto con la CIJ cuanto con las FARC, a las que ya les sacó una tregua en la que irán extendiendo el control territorial y preparando las masacres del año que viene, al tiempo que exportan cocaína y reclutan niños fecodizados en todo el país, toda vez que la negociación los hace respetables. No tienen que preocuparse por el ejército y la policía, ya Santos y el poder judicial se encargaron de intimidarlos. Pero a una chusma tan inepta es fácil manipularla con esa farsa y así, por mucho que crucifiquen a la canciller, de la que Santos podría prescindir sin perder nada, el plan criminal del gobierno avanzará sin resistencia: la indignación porque se perdieron millas náuticas en un mar remoto es la ocasión para perdonarse por la sumisión a los terroristas y al gobierno que los premia.

(Publicado en el blog País Bizarro el 21 de noviembre de 2012.)