viernes, octubre 22, 2010

Pues no, no todo vale

Los colombianos escogerán el próximo 20 de junio entre estos dos caminos: la continuidad de resultados sin importar los medios —la del todo vale— o la de resultados sin sacrificar ni principios éticos ni legalidad —la del no todo vale.

No importa quién haya dicho esas palabras, las hacemos nuestras, e invitamos a los lectores a votar considerando los principios éticos y la legalidad por encima de todo. Y al mismo tiempo nos vemos en el deber de señalar que, a pesar de la conflictiva relación de la política con la verdad, no todo vale, hay límites que no se pueden traspasar sin estar faltando al respeto a los ciudadanos y amenazando toda ética y toda legalidad.

Por ejemplo, no vale sugerir que las ejecuciones extrajudiciales de personas inocentes conocidas como "falsos positivos" son una forma de guerra sucia o una opción inmoral del gobierno. El presidente, el ministro y los mandos militares son víctimas de quienes cometieron esas atrocidades, que no sólo no son crímenes de Estado sino que son, además de lo que corresponde directamente a las víctimas, crímenes contra el Estado. En rigor, el señor Mockus y sus seguidores están cometiendo un delito de calumnia.

Tampoco vale engañar a los electores asegurando que se renuncia a dinero de reposición que no se puede cobrar. El señor Mockus lo sabía, pues ya en otra ocasión había intentado cobrarlo, buscando convertir la elección en un negocio, tal como hemos demostrado en este blog. La afirmación mendaz del señor Peñalosa, respaldada por calumniadores mafiosos como Daniel Coronell, es una conducta antiética que de ningún modo pueden refrendar los electores el 20 de junio.

Sólo personas que quieren ganar a cualquier precio y gobernar de cualquier manera son capaces de sugerir e incluso afirmar que quienes escogimos otras opciones políticas lo hicimos incentivados por dinero, como hacen muchos líderes de la campaña del Partido Verde, incluido el propio candidato. Ahí se está cometiendo de nuevo un delito de calumnias que ninguna persona decente puede aceptar.

Son demasiadas cosas inaceptables, ilegales y antiéticas. Por ejemplo, pese a la prohibición de hacer proselitismo el día de las elecciones, los activistas del Partido Verde se las dieron de pícaros uniformándose con prendas de ese color. Ciertamente, no era ningún delito, pero ¿es ético sabotear esa prohibición porque no se puede demostrar el delito? Lo típico de los delincuentes es la creencia de que las leyes son deberes de los demás, que alguna circunstancia (la fuerza, la raza, el sexo, la categoría social, la necesidad, etc.) los autoriza a estar por encima de ellas, o a saltárselas con pretextos leguleyos.

Otro ejemplo de lo que no vale, de lo que es inaceptable, es lo que hizo el señor Mockus con su diagnóstico de Parkinson. ¿Cómo es que lo ocultó hasta después de ganar la designación como candidato de su partido? ¿Qué ética es ésa? Para los verdes la supuesta ética sólo es un adorno con el que pueden maltratar y humillar a los demás, tal como han hecho siempre con las marcas de ropa cara que usan y que los demás jóvenes no pueden permitirse.

Más grave todavía es inventarse amenazas contra el candidato, como hicieron algunos activistas del Partido Verde durante la campaña de la primera vuelta. De nuevo se trata de un delito y de una absoluta falta de ética, que ciertamente no ha recibido el menor reproche del citado partido. Lo extraño es que semejantes personas se atrevan a dar clases de moral.

Para convencer a la gente de que votara por él, el señor Mockus dijo que con el dinero de la segunda vuelta se podrían construir decenas de colegios. ¿No es una falta de ética insistir en que se celebre cuando es evidente que van a perder más de un millón de votos y a quedar en una relación mucho peor respecto del candidato de la legalidad? Es aún peor: es un capricho autodestructivo de unos atarbanes que ni siquiera cuando les conviene son capaces de mostrar respeto por sus propias palabras.

Por eso, porque en Colombia evadir la ley es algo cotidiano y admirado en muchos casos, para no elegir dirigentes que rinden tributo a la ilegalidad, que se alían con valedores de los verdugos de Orlando Zapata, como el ex embajador Londoño Paredes, que incluyen en sus listas a personajes como Luis Eladio Pérez, que asegura "tener buenas relaciones con las FARC", o premian a quien nombró consejero de EPM a un miembro de las FARC, entre otras muchas conductas intolerables,

LLAMAMOS A LOS VOTANTES

a rechazar a los delincuentes que intentan apropiarse del Estado, y que cuando se hurga en sus pretextos resultan demasiado afines a los intereses de Chávez y Correa, como cuando proclaman que el bombardeo de Angostura fue un delito, como si no lo fuera la abierta tolerancia del gobierno ecuatoriano con las actividades del terrorista Luis Édgar Devia.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 10 de junio de 2010.)