lunes, enero 27, 2014

Señor embajador...


No creo que llegue a leerme y en realidad el escribir una especie de carta es más bien un recurso literario para exponer a los lectores de este blog la situación increíble que usted generó con sus recientes declaraciones sobre la destitución del alcalde de Bogotá, que su gobierno generó al nombrarlo embajador, máxime cuando esas declaraciones fueron divulgadas por medios colombianos de propaganda del terrorismo antes de que se hicieran públicas. 


¡Cómo será de grave la intromisión en las decisiones legítimas de un funcionario del Estado colombiano que el propio gobierno amigo del terrorismo le tuvo que contestar! Hasta los mismos partidos de ese gobierno, siempre arrodillados a los gobiernos de su país y siempre interesados en aliarse con el crimen organizado para asegurar la prosperidad de sus líderes.

Esa indelicadeza lo deja ver a usted como un patán que con el pretexto de las buenas intenciones impone el poder de su gobierno sobre la ciudadanía y las instituciones de otros países, y deja ver a su presidente y su servicio exterior como un atajo de mediocres que a fin de obtener una foto de éxito de sus políticas de "poder blando" se prestan a aliarse con sociópatas del nivel de los nazis o el jemer rojo.

Pero la arrogancia y la grosería no tienen ninguna importancia si se piensa en la escandalosa ignorancia que usted exhibe en sus palabras. Sencillamente suscribe una falacia monstruosa de la propaganda de unos terroristas que intercambian cocaína por armas con grupos vinculados a Al Qaeda, cual es la de que intentan imponer una tiranía comunista porque no los dejan participar. La indecencia de todo eso no se explica por la mala fe y la deslealtad con los miles de víctimas del terrorismo, hace falta además ser muy estúpido y frívolo para creer algo así.

En cualquier persona esa opinión sobre la destitución de Petro es burda y ridícula, en un embajador de la primera potencia del mundo es una vergüenza para la especie. La verdad es que los terroristas totalitarios siempre han participado libremente en política y aun en una época en que proclamaban la condición de las FARC de "brazo armado" del Partido Comunista éste participaba en las elecciones.

Las garantías sobre la participación política no existen en Colombia para quienes incomodan a los terroristas: ¿nadie le ha dicho que al expresidente Uribe lo intentaron matar más de diez veces y que hace poco se descubrieron nuevos planes para matarlo? ¿Y que el líder mejor posicionado de la oposición a Santos, Andrés Felipe Arias, estuvo preso casi dos años por acciones que no constituían delito cuando las ejecutaban sus predecesores en el cargo? ¿Y que el candidato que podría ganarle a Santos, Luis Alfredo Ramos, está preso desde hace varios meses por reunirse con unos delincuentes que se estaban desmovilizando en una reunión pública autorizada por el gobierno, mientras que los que se reúnen con los terroristas y conspiran con ellos, como el propio presidente Santos, y aun los autores de miles de asesinatos, son libres y dan clases de moral?

Una lectura rápida a la Wikipedia lo podría orientar sobre la historia reciente de Colombia.

Pero la ignorancia va muchísimo más lejos y afecta a niveles morales profundos, lo que lo describe a usted como un miserable dispuesto a aliarse con asesinos que han violado a miles de niñas y mutilado, reclutado y asesinado a muchos miles de niños de ambos sexos: la historia de cualquier país demuestra que el hecho de premiar los crímenes sólo sirve para que los criminales multipliquen su actividad, como de hecho ha ocurrido en los tres años largos del gobierno de Santos.

Sencillamente, parece que el lobby de "derechos humanos" de los sectores más radicales de la izquierda de su país influye notoriamente en su gobierno, y por ese motivo nombran embajadores como usted, que tal vez intenta emular a personajes como Oliver Stone o Sean Penn y tomarse la foto al lado de esos asesinos para generar un impacto en el público ansioso de aventuras románticas y justicieros tropicales. Eso es ser cómplice del asesinato en masa por motivos mezquinos y frívolos.

Si usted conociera siquiera remotamente la historia reciente de Colombia sabría que el gobierno de Santos no tiene un mandato popular para premiar a los terroristas sino que engañó a los ciudadanos ofreciendo continuidad de la seguridad democrática del anterior gobierno, la única política que consiguió reducir drásticamente todos los indicadores de violencia en el país.

En lo único en que tiene razón es en la confianza con que obra al humillar de forma tan repugnante a las víctimas de esos sociópatas y a los demás colombianos: se trata de una gente servil que no es capaz de manifestarse para exigir al gobierno no reconocerlo a usted como embajador. Por eso lleva tantas décadas sometida a unas bandas terroristas que son a fin de cuentas creación de la misma oligarquía que dicen combatir y que siempre han estado dirigidas y controladas por el propio hermano mayor del presidente Santos y una camarilla de personajes de esas mismas familias.

Puede que, no obstante, en su país haya suficientes personas capaces de denunciar la infamia que usted comete haciéndose "lobbista" del terrorismo e inmiscuyéndose con indecente arrogancia en las actuaciones de un funcionario colombiano, incluso que algunos entiendan que la negociación de Santos sólo generará una violencia mucho mayor que la habida hasta ahora porque los únicos avances importantes de los terroristas en medio siglo de actuaciones criminales son los que derivan de la complicidad de los gobiernos que los legitiman, alientan y premian, como ocurrió en el pasado con los de Betancur, Barco, Gaviria, Samper y Pastrana. Cada gobierno fue peor, cada vez fueron mayores los crímenes, hasta que menguaron en la década pasada.

Puede que esas personas conscientes de su país lo incluyan en una galería de cómplices del crimen organizado. Es el lugar que merece en la historia, además del ridículo de ser desautorizado por el propio gobierno cuya infamia trataba de reforzar.

(Publicado en el blog País Bizarro el 18 de diciembre de 2013.)

martes, enero 21, 2014

Comentario al discurso de Gustavo Petro del 9 de diciembre de 2013


ENLACES: Video con el discurso. Transcripción completa.

Tras conocerse la destitución anunciada, Petro salió a la plaza de Bolívar, a donde había hecho ir a miles de funcionarios distritales, según la típica costumbre de todas las dictaduras, para defender la democracia y la paz. Ya comenté en otra parte los prodigios semánticos de ese cuento, voy a centrarme en el discurso. Sale con su familia, muy preparado para la ocasión solemne y comienza: 

No va a ser fácil este discurso, espero que estas palabras que quiero decirles a ustedes salgan fácilmente, sé que aquí están los pobres de la tierra, como decía el poeta, las trabajadoras, los trabajadores, la mujer, las juventudes, los discriminados, sé que aquí me acompaña por quienes quisimos gobernar, por quienes nos hemos arriesgado, por lo que lo vale todo, por lo que puede cambiar la historia, quiero que ustedes sean conscientes, cada uno de ustedes, cada una de ustedes que empezamos a vivir días de historia.

Siempre la invocación a la lucha de clases, muy característica. No sé por qué el mismo día El Tiempo publicaba un reportaje antiguo sobre su casa antes de ser alcalde. Copio unas frases:
Gustavo Petro, el alcalde electo de Bogotá, muestra su casa... Un espacio de más de 250 metros cuadrados, un piano y una interesante colección de libros se encontró Metrocuadrado en la visita que hizo a esta bella casa. 

Una vez estábamos todos al interior de la casa, saltó a nuestra vista un imponente juego de ajedrez con piezas particularmente talladas (son una especie de guerreros) y una nutrida colección de libros. Dos elementos que nunca pasarían desapercibidos.
Se entiende mejor viendo las fotos en el reportaje: la burda palabrería de los politiqueros de todo el siglo XX tratando de ser los "intérpretes de la angustia popular" cuando es evidente que se lucran robando en los cargos públicos.

Los recursos son lo que se dice tercermundistas, las pausas, las vocales alargadas, las anáforas, las enumeraciones vacías, el patetismo impostado. Eso es hablar para gente tonta e ignorante, pero hay algo aún más fuerte en la dicción específica del personaje, que se parece mucho al inefable abogado Jorge Molano, aunque éste pronuncia las equis como TS (étsito). ¿Qué es eso? Hay algo de la degeneración moral que el comunismo y el tráfico de drogas han producido en Colombia que empieza a ser físico.

¡Ese momento trascendente en que el líder le dice a su rebaño que están entrando en la historia! Es el sueño de todo comunista, y el comunismo es como la realización de ese sueño de poder de megalómanos de ese tipo. No es raro que persista en Hispanoamérica, donde siempre los hubo por montones.

Esto no es una manifestación más, no es que pasarán unas horas que nos verán ir, que dirán, ya salieron a gritar a la Plaza de Bolívar, pero se cansarán, dirán que sus cálculos politiqueros, que sus cálculos podrán vencer de nuevo como siempre lo han hecho en la historia de Colombia el ansia de la democracia, de la paz, de la libertad de nuestro pueblo.

Predominan la indecencia y la estupidez, por eso no se nota la ridícula trampa de resultar el triste patán encarnando esa ansia. Precisamente formó parte de una banda de asesinos que pretendía imponer un régimen de partido único sin libertades porque seguía el modelo cubano. Todas las palabras son mentiras, pero los colombianos han llegado a un nivel de degradación moral e intelectual que su lenguaje ya es completamente vacío. Las palabras son rótulos que se asignan a cualquier cosa.

Yo no soy quién en realidad. Quizás, por los avatares de la historia misma, un muchacho humilde que decidió leer libros y libros, y en los libros encontrar palabras de rebeldía y levantarme... y levantarme contra lo que consideraba injusto, contra la ignominia; cuando era joven lanzaron dos mensajes de violencia que atravesaron mi memoria, mi corazón, un 11 de septiembre el golpe de Estado contra Allende, 1973, y un 19 de abril de 1970, un fraude electoral contra el voto popular en Colombia.

Mirar los gestos vanidosos, muy ridículos y pueriles, de este homúnculo deja muy mal parada la noción que uno tiene de Colombia. Al público de adolescentes o de pobres empleados forzados a acudir a oír el discurso, al mejor modo castrista, le puede hacer creer que ha leído libros y libros, pero eso es absurdo, basta ver su ortografía para comprobar que no ha leído cinco libros en toda su vida. En una época trataba de hacerle creer a la gente que tenía un doctorado en Salamanca, cosa que es rotundamente falsa y que después no menciona: no es lo mismo que en Colombia, una persona de su nivel cultural no pasa de la escuela primaria. Baste ver cómo se levanta uno contra la ignominia. ¿Qué es "ignominia"? Lo de siempre, una palabra poco usual que se puede usar para deslumbrar a idiotas que nunca han leído nada y creen que en los libros se encuentran "palabras de rebeldía" y que por eso uno se levanta.

Pero el mérito del prócer es mucho mayor de lo que pensábamos. Las palabras de rebeldía las asimiló muy temprano. El 19 de abril de 1970 estaba cumpliendo diez años. ¡Ya había leído libros y libros! Tanta idiotez solemne "contamina el pasado y el porvenir y de algún modo compromete a los astros", como dice Borges de la ciudad de los inmortales. Por lo demás, la percepción de las injusticias y de la IGNOMINIA (y se escandalizan de que yo hable de subhumanidad) le llegó por el golpe en Chile, cuando había leído muchísimos más libros porque tenía más de trece años.

Desde ese entonces, en los libros al principio, iba leyendo lo que era la catadura de la oligarquía colombiana, una oligarquía sectaria, atrasada, feudal, dogmática, pero asesina.

Casi todos los adjetivos que va poniendo son bastante exactos: esa oligarquía que cometió el fraude de 1970 fue la misma que creó el M-19. De hecho, la creación de la banda asesina fue un nuevo fraude contra la Anapo, como explico en el texto enlazado. Gracias a que esa oligarquía es la dueña de los medios de comunicación se mantiene la leyenda de que el M-19 se rebelaba contra el fraude, siendo que precisamente lo que buscaban era abolir la democracia e implantar un sistema de partido único. ¡Petro sí conoció muy pronto la catadura de esa oligarquía! Alguno de los Santos o los Samper le consiguió una beca en el Externado, una universidad de gente rica. De hecho, Petro es una ficha de esas familias oligárquicas. Por eso lo hizo elegir Santos promoviendo las candidaturas inviables de Parody, Luna y Galán.

Entre tanto, los manifestantes coreaban "Eme diecinueve", y cuando se mencionó a la oligarquía "Asesinos, asesinos".

En su corazón no ha sido posible hablar el lenguaje de la paz. El lenguaje del entendimiento.

De modo que en plena adolescencia el hombre se mete a una organización que secuestra sindicalistas y los asesina, ¡y la culpa la tienen los demás que no han querido hablar el lenguaje de la paz! Así es Colombia y un colombiano que no quiera limpiarse eso es un cómplice: el atracador blande su puñal frente a nuestro cuello diciendo "Le estoy hablando con educación, no tiene por qué sulfurarse". El derecho de Petro y compañía a secuestrar y matar, también niños, y a aliarse con las mafias de la cocaína para matar a los magistrados, es una obviedad, el problema es que los demás no se quieran someter.

Pero de lo que se trata es del lenguaje de la paz y de las leyes consensuadas: se trata de la Constitución que impusieron ellos y su socio Escobar para impedir la extradición, y de unas facultades del procurador que ellos mismos aprobaron en el legislativo. El lenguaje de la paz para este asesino no es la ley, sino simplemente el sometimiento de los demás.

Creen que con la trampa, creen que con el engaño, creen que con el juego subrepticio pueden manipular la historia de Colombia. Fui aprendiendo que este tipo de élites que gobiernan este país eran capaces de matar por su codicia, que no habían entendido la palabra democracia, que antaño unos jóvenes rebeldes, Nariño, Santanter, Caldas, Camilo Torres, Bolívar... nos habían enseñado.

La oligarquía (o "élites") es ciertamente asesina y el M-19 es una prueba de ello. Alguna vez se demostrará que la toma del Palacio de Justicia no sólo fue financiada y armada por Pablo Escobar, sino seguramente ordenada por algunos de los López, Santos o Samper. Ya la manifiesta relación de Enrique Santos Calderón con la fundación del M-19 dice mucho, el apoyo increíble de la revista Semana a las protestas por la destitución de Petro lo confirma.

De modo que el procurador destituye a Petro y resulta asesino, y lo denuncia el mismo Petro, que dirigió una organización que mató y secuestró a miles de personas. Es porque los colombianos no tienen ninguna noción de moral ni de semántica. Tranquilamente se ponen del lado del que halaga su resentimiento. Más cínico no se puede ser. Ni más ridículo: ¡ahora semejante patán que no puede escribir una línea sin errores se compara con Nariño y Caldas! Los colombianos no esperan que nadie los respete, no tienen problema en tolerar eso.

[2]

Al principio fue en los libros. Leí la historia de Gaitán, el que fue alcalde de Bogotá y que destituyeron, y luego asesinaron. Traté de entender lo que había detrás de esos que habían ordenado el asesinato y no encontré en los libros más sino una palabra para calificarlos: fachistas [sic].

Después de compararse con Bolívar y Caldas, el hombre se compara con Gaitán, que al menos sí era un jurista brillante. ¿Quién lo mató? Es muy importante eso porque de todos los posibles autores del magnicidio los únicos que no podrían haberlo hecho son los que entonces acogían la Conferencia Panamericana. Plinio Apuleyo Mendoza lo atribuye a unos "espontáneos" "pájaros" del Valle. Petro engaña, pero ¿el procurador engaña? Todo aquello de que acusa al procurador es falso sobre el procurador pero es exacto sobre Petro: es asesino, mentiroso, aliado de los oligarcas, etc.

Ahora bien, ¿los que destituyeron a Gaitán eran fascistas? ¿Lo eran los que lo mataron? ¿Qué es fascismo? ¿Qué tenían que ver con el fascismo? Es una forma de la degradación general de la vida el que las palabras no significan nada, sólo suenan como halagos o como insultos. Ése es el nivel de Petro, y eso, junto con muchos otros rasgos que Chávez heredó de Perón (que sí era admirador y seguidor de Mussolini), sí que constituye un rasgo fascista.

Son, soooon fachistas, no podemos engañarnos. El fachismo no es más sino una ideología de odio, no es más sino una arquitectura del corazón y del cerebro que no puede admitir la diferencia, que quiere uniformar el Estado y la sociedad, que quiere vestirlo de negro. Fachistas gobernaron a Colombia y nos condenaron al genocidio. Esa historia la leímos de nuestros abuelos, de nuestros padres, pero nos tocó a nosotros también vivirla. Generaciones y generaciones de colombianos condenados, como decía Carlos Pizarro, a guerras civiles infinitas sólo por el sectarismo, sólo por el odio, sólo por la codicia, ahora lo vivimos, la historia no ha variado fundamentalmente.

Parece que el minusválido mental tomó lecciones de "rotulación inversa", pero es algo que practica sin cesar. ¿Quién miente? Petro miente. ¿Quién mata? Petro mata, tanto directamente en el M-19 cuanto como agente de la conjura terrorista. ¿Quién es intolerante? Petro es intolerante: uniformar la sociedad es lo que hizo en Cuba el castrismo que controlaba al M-19. ¿Quién persigue la diferencia? El comunismo, al que pertenece Petro. Los únicos fascistas que han gobernado a Colombia son Petro y sus socios. Los demás son oligarcas corruptos y a veces retrógrados pero sin la menor relación ni siquiera remota con el fascismo. Salvo Jorge Eliécer Gaitán, que se doctoró en Roma como discípulo del jurista fascista Enrico Ferri.

Además de la sarta de mentiras hay mucho más, mucho más. Pero me quedo pensando en una cuestión moral profunda, que es la capacidad de la gente de tolerar mentiras. ¿Cuántos colombianos han leído veinte libros en su vida? Sin duda pocos, pero ninguno que lo haya hecho (y seguro que entre los que lagartean y rumbean alrededor de Petro están buena parte de ellos) puede decir "No es más sino...". Eso nunca se encuentra en ningún escritor conocido ni en ninguna traducción, parece una frase de una persona que no aprendió a leer muy bien pero quiere usar giros complicados. Se dice "No es más que...".

Pero Petro incurre en otra de las bellezas de las FARC: ¡no es que ellos se dedicaran a matar y secuestrar por ambiciones encubiertas en falacias ideológicas, sino que los obligaron los que no toleraban la disidencia! ¿Atacaron el Palacio de Justicia por encargo de Pablo Escobar o no? La misma corte mafiosa lo reconoce. Pero ¡resulta que son las víctimas de sus víctimas! Más indecente no se puede ser. La actitud con que obra ahora es la misma con que encargaba monstruosidades como el secuestro y asesinato de los niños Álvarez Murillo (forzosamente tenía relación con todo eso en cuanto dirigente del M-19) en los años ochenta. ¡Ellos estaban condenados a eso por el sectarismo, el odio, etc.! Los colombianos están especialmente predispuestos a secundar esa clase de cosas. Esos terroristas los masacrarán, pero sólo ocurrirá porque nunca les han opuesto resistencia.

Aquí conmigo, además de mi familia, de mi hija, de mi esposa, he querido que me acompañe Aída Abella. Quiero que me acompañe por lo que significa, ese sectarismo asesino de eliminar la diferencia, de eliminar los derechos de la mujer, de eliminar los derechos de las minorías con opciones sexuales diferentes, de eliminar los derechos de quienes tienen un color de la piel diferente, de quienes tienen una cultura diferente. Ese arquetipo fachista de eliminar la diferencia en Colombia generó un genocidio político, el de la Unión Patriótica. Decenas de miles de dirigentes, hombres y mujeres de la Unión Patriótica, de la izquierda, del M-19, del sindicalismo colombiano, de las cooperativas campesinas, de las organizaciones de los barrios, de las mujeres, fueron asesinados uno a uno en Colombia no hace muchos años. Aquí hay ciento treinta parlamentarios del mundo, de diversos países, que entre ustedes nos escuchan LLÉVENSEN [sic] esta historia a sus países. Aquí fuimos, fuimos pasando uno tras otro como decía Gabriel García Márquez, nuestro premio Nobel, al pelotón de fusilamiento.

Aída Abella era una líder de la Unión Patriótica, como Angelino Garzón (vicepresidente), Iván Márquez y muchos otros. Se trata de la candidata de las FARC que vivía exiliada en Suecia, donde coordinaba la vasta red de agentes de la banda terrorista en Europa. ¿Cuántos miembros de la UP fueron asesinados? Los cálculos más precisos señalan unos 1500, invito al lector a buscar información objetiva. ¿Quién los mató? Se sabe que fue una pelea por la cocaína que condujo al secuestro y asesinato del padre de Fidel y Carlos Castaño y a la sucesiva venganza de éstos. Hay una carta de Pablo Escobar en que señala esos hechos. Sin duda muchos de esos muertos cayeron por purgas dentro de la banda asesina.

¿Tiene eso alguna relación con la intolerancia de que alude con las minorías y los de "opciones sexuales diferentes"? Es absurdo: se trataba de resistencia de los mafiosos y sectores rurales víctimas del secuestro, y ciertamente las FARC no tenían nada que ver con esas minorías. En esos años los homosexuales eran tratados como enfermos mentales en la Unión Soviética, y todavía sufren persecución en Cuba.

La mentira es, pues, monstruosa, pero no hay ningún interés de nadie en señalarla. ¿Fueron asesinadas decenas de miles de personas por la intolerancia de alguien? Ni siquiera contando los miembros de las bandas terroristas caídos en combate se podría hablar de decenas de miles. Las víctimas de las masacres paramilitares, una parte ínfima de las víctimas del terrorismo, eran casi siempre personas cuya muerte podría intimidar a los auxiliadores de la guerrilla o que lo eran, de ninguna manera tienen relación con intolerancia.

Pero la reivindicación de la candidata de las FARC ¡viene a servir para atribuir al procurador todo eso! Los representantes de los asesinos de cientos de miles de personas inocentes, de los que han reclutado y convertido en asesinos a decenas de miles de niños, que han violado a muchos miles de niñas, a veces de diez años o menos, que han mutilado a otro tanto, que han secuestrado a unas cuarenta mil personas, se declaran víctimas de la intolerancia, la cual se materializa en que un funcionario aplica la ley. Tanta desfachatez y perversidad sólo es la obra de un sociópata. Pero entre los adolescentes adoctrinados, los gais rumberos que nunca han leído un periódico y los parásitos que siempre produce Colombia, el cuento funciona.

La cita de García Márquez es, al igual que el "llévensen", una muestra del nivel cultural del prócer. Sólo evoca las primeras palabras de Cien años de soledad, "frente al pelotón de fusilamiento", no corresponde a nada de su discurso, sólo la noticia de que leyó un libro. Dudo mucho de que haya leído dos páginas completas de esa novela. Es sólo un sicario con la suficiente desvergüenza para serles útil a los Santos-López-Samper.

Nos fusilaban uno tras otro, nos ejecutaban, con el dinero de la mafia, con las armas oscuras del narcotráfico, dirigentes políticos untados de cocaína y de fachismo ordenaron el genocidio de los dirigentes de la democracia. Dieron la orden de asesinar al mariscal Sucre primero, dieron la orden de asesinar al general Córdoba, dieron la orden de, con un machete, decapitar al general Rafael Uribe Uribe, dieron la orden de asesinar a Jorge Eliécer Gaitán. Dieron la orden, oscuros, en los palacios, jugando al póquer, dieron la orden de disparar sobre ese palacio, de asesinar a todos los que estaban dentro. Dieron la orden de asesinar al candidato presidencial Luis Carlos Galán, dieron la orden de asesinar al candidato presidencial Bernardo Jaramillo y dieron la orden de asesinar a nuestro comandante candidato presidencial Carlos Pizarro. No habían pasado cuatro meses de la firma de nuestro acuerdo de paz y asesinaban al hombre joven que podía ganar la presidencia de la república, al comandante, al jefe de la paz, a Pizarro. Desataron, desataron el genocidio, ciento cuarenta palacios de justicia en toda Colombia, masacrando y descuartizando campesinos, doscientos mil en los últimos diez años, y aun así, aun así, Aída, a ti que te dispararon un rocket porque te querían despedazar en la Autopista Norte, querían acallarte, acallar a tu partido, acallar a tu movimiento, mataron miles y miles de miembros de la Unión Patriótica, no podían, no podían resistir la diferencia, y aun así yo soy, yo soy el alcalde mayor de Bogotá y como jefe constitucional de la policía nacional les ordeno dejar pasar a la gente que quiera entrar a la plaza.

El dinero de la mafia propiamente fue el que financió al M-19. El interesado podría ver todo lo que nos cuenta el economista Mauricio Rubio. Es sencillamente monstruoso: una banda criminal indistinguible de los demás carteles, con los que colaboraban.

Pero lo enternecedor es que las FARC son la democracia. ¿Qué es la democracia? El partido de las FARC. ¿Quién los mató? El sentido del discurso es atribuírselo al procurador. Ya lo he explicado. La relación con quienes dieron la orden de asesinar a Sucre es un tanto complicada: hay una cultura del asesinato entre las clases altas tradicionales. El M-19 es un resultado de esa cultura, una banda de asesinos que les quitan estorbos a los dueños del país, como José Raquel Mercado o Gloria Lara, y también Galán, al que mandó matar el mismo que le encargó al M-19 los carros bomba que permitieron la Constitución de 1991. Que esos asesinos tengan que ver con los de Pizarro o Jaramillo es un tanto complicado.

Cuando se premió al M-19, cosa que ocurrió por la falta de valores democráticos entre los colombianos, se aceptó una retórica criminal. ¿Carlos Pizarro no era un jefe de una banda de asesinos? Debido a que desistió cuando lo premiaron y obtuvo poder, se vuelve el jefe de la paz. Como si Alfredo Garavito desistiera de matar niños y se lo considerara el salvador de los niños. Es lo mismo que ocurre ahora: los asesinos se convierten en agentes de paz porque gracias al atraco se los legitima, y sus crímenes resultan tan legítimos como el esfuerzo por impedirlos.

Las AUC surgieron de diversas causas pero ciertamente no las dirigía ningún poder nacional. Por mucho que el poder judicial esté vendido, nunca ha podido demostrar nada parecido. La cifra de doscientos mil campesinos descuartizados en la última década es una de esas mentiras increíbles que los comunistas dicen con una frescura increíble, y que los colombianos reproducen según su conveniencia porque no son seres humanos verdaderos. Las personas asesinadas fuera de combate por enemigos de la guerrilla desde 2003 no pueden llegar a 2000, pero la prensa reproduce esa clase de cosas de forma irresponsable.

Los asesinatos de miembros de la Unión Patriótica porque "no podían resistir la diferencia" son otra barbaridad de las muchas que dijo ese asesino ese día. Pero el entorno queda maravilloso: el asesino es el procurador y las víctimas son las FARC. ¿No? ¿Alguien detecta que se aleje un milímetro de las FARC? ¿Hicieron algo mal? Sólo son las víctimas de los intolerantes como el procurador?

Los antiuribistas son SIEMPRE socios de las FARC, con distinto disfraz o motivo (los periodistas profesionales obran por los incentivos monetarios directos). Durante la década pasada hicieron creer a la gente que Petro estaba en otra parte, como todos los socios del Polo Democrático. Ahora hacen matizaciones y miran para otro lado. Les gusta la revolución como adorno, cuando se la encuentran se hacen los bobos. Ahora sueñan con que Fajardo sea presidente en 2018, pero Fajardo es tan afín a las FARC como Petro.

[3]
Hasta ahora sale clara la absoluta identidad entre Petro y las FARC y el fascinante resultado de que "aun así" Petro haya sido elegido alcalde de Bogotá (cosa que sólo fue posible gracias a la conjura de la burocracia cubana con Santos y personajes como César Gaviria y Samper, promotores de las candidaturas de Parody, Luna y Galán). En lugar de "Aun así" lo correcto es "Por eso", por el interés de los que le consiguieron una beca  en el Externado y financiaron la dispersión del voto de rechazo al comunismo es por lo que es alcalde con el apoyo de un 15% de la ciudadanía, en el que hay que contar los votos comprados por la "maquinaria" que controlaba la finadita terrorista Martha Catalina Daniels y los "estómagos agradecidos" de la burocracia distrital, sin hablar de los pobres a los que sobornan con almuerzos gratis. Otra mentira atroz que no interesa a nadie porque nadie espera que le digan la verdad sino que todos hacen cuentas a ver hasta qué punto ciertas mentiras serán útiles a su interés.

Sigue:

Esta historia, esta historia es indispensable contarla, porque aquí también nos acompaña el hombre que recogió los restos asesinados de Pizarro. Que nos dijo en un momento muy difícil, recuerdo yo, jovencito que era, como muchos de nosotros, tuvo la tranquilidad suficiente para decirle a Colombia, a pesar de que el fascismo, narcotraficante y su poder político nos asesinan a Pizarro, en nosotros está la generación de la Paz, está la posibilidad de la paz. Este pueblo inmenso colombiano no quiere la guerra, no quiere la violencia, está cansado de enterrar mártires, héroes, gente humilde, no quiere más escuchar a los que nos convocan, para que nuestros hijos se unten de sangre, este pueblo se merece el futuro, eso nos decía el hombre que aquí nos acompaña: Navarro Wolf.

De repente una banda de asesinos financiada por el tráfico de cocaína resulta "este pueblo", y cuando quieren la paz simplemente dicen que los demás deben someterse, como cualquier atracador que no quiere empujar el cuchillo contra nuestra yugular. ¿El pueblo está cansado de enterrar héroes? ¿Cómo es que Petro en lugar de legitimar a las FARC no les exige que dejen de matar? Son los mismos asesinos, dirigidos por el hermano mayor del presidente Santos, los que se erigen en valedores de la paz.

Como ya he explicado arriba, todo lo que dice Petro sobre sus enemigos se puede aplicar a sí mismo, y ya empiezo a preguntarme si no habrán matado ellos mismos a Pizarro, pues de otro modo no habrían llegado a gobernadores ni a alcaldes, puestos que habrían sido para el apuesto aristócrata local. Sobre los traficantes de drogas y su relación con el M-19 transcribo un breve fragmento del libro de Vera Grabe Razones de vida. Espero que no digan que son calumnias del enemigo.
Medellín era la ciudad de Pablo Escobar y de los traquetos .. No era una relación de negocio, y en el Eme hubo una clara determinación de no meterse en el negocio: negocio prohibido –relaciones políticas, si, pensadas en función de hallarle una solución al tema del narcotráfico. Era una relación de respeto en la que influía el origen social, el hecho de que la mayoría de los narcos eran de origen humilde y popular, hijos de un país sensible e indolente. Los mágicos (mafiosos) nos ayudaban y nos cuidaban. Era más bien una relación de ellos hacia nosotros: nos ayudaban pero jamás pedían un favor a cambio … Nos prestaban sus casas y fincas, espacios cómodos, con billar, piscina, jardines, televisores y salones gigantes, dónde hacíamos las reuniones de la dirigencia M-19-EPL en Antioquia. Nos ayudaron a trasladar y curar a compañeros heridos que venían del Valle.
No sabían, pasaron por el pelotón de fusilamiento como decía Gabriel García Márquez y sin embargo de alguna manera mágica, como mágica es América Latina, surgió entre las piedras la victoria electoral que nos hizo mayoría en la Asamblea Nacional Constituyente, del cual fue presidente (Navarro), pasaron unos meses apenas de que brindaban en los cócteles por la muerte de Pizarro, y sin embargo tuvieron que aguantarse el que nosotros, la generación de la paz, hiciera la Constitución que aún hoy está vigente.

Se le olvida mencionar que durante esos meses ellos y su socio Pablo Escobar pusieron montones de carros bomba gracias a los cuales la población se sometió y fue posible imponer una asamblea constituyente con menos del 20% de participación del censo electoral. La renovada mención de García Márquez deja ver de nuevo que el hombre sólo conoce la primera frase de la famosa novela. Pero ¿por qué pronuncia ese discurso? Se jacta de la Constitución que está desconociendo, en virtud de cuyas instituciones, y de leyes que él mismo apoyó como parlamentario, fue destituido. ¿No es grotesco? No: es el nivel colombiano, que ya no puede ser estudiado por ninguna ciencia social ni humana sino directamente por la biología.
¿Qué le puede decir el procurador hoy al mundo?, ¿Que porque oró frente a la Virgen María, a la cual yo respeto, le consagró el que le hubiera podido quitar los derechos políticos a lo que él denomina un comunista ateo? O al contrario tiene que decirle al mundo que él continuó con la tarea, hoy a través y manipulando la norma, y rompiendo la Constitución, y rompiendo el Estado de Derecho, y rompiendo la Carta Democrática de la OEA y el Pacto de Derechos Civiles y Democráticos, que le ha quitado los derechos políticos, los derechos fundamentales a ejercer, a votar y a ser elegido a quién denunció el paramilitarismo, a quien denunció el cartel de la contratación por medio del cual, unos cuantos empresarios corruptos, empresarios del poder y de la muerte, habían decidido quedarse con los dineros públicos de todos los bogotanos.
Estos asesinos desconocen la más leve noción de pudor: gracias al poder de los medios las creencias religiosas del procurador son la comidilla de todo el mundo, y el objeto de campañas de todos los propagandistas del crimen organizado, el más característico de los cuales es Héctor Abad Faciolince, casualmente obsesionado con Ordóñez. ¡Muy crítico de Petro, por rencillas personales relacionadas con su amistad con un personaje tan siniestro como Petro: Carlos Gaviria Díaz! Cuando Petro alude a las "opciones sexuales diferentes" se oye un tremendo clamor, seguramente de homosexuales llevados a acompañar la embestida terrorista a punta de cariñitos. Cada vez que se menciona la inclinación religiosa del procurador se busca distraer respecto a la cuestión legal, que es lo que provoca la destitución.

Todo lo que dice Petro que hace el procurador es exactamente lo que hace él, y parece que el hombre tiene una resuelta y estudiada disposición a la "rotulación inversa": todo lo que hacen se lo atribuyen a quienes les incomodan. Si alguien cree que el procurador viola la ley, ¿qué sentido tiene que unas multitudes vociferen calumnias y amenazas en una plaza? (En todo momento se oye "Uribe hijueputa", "Procurador asesino", consignas planeadas por los progresistas para animar la fiesta.) Lo que tienen que hacer es presentar una denuncia por prevaricato, pero ¿presentar denuncias? ¿Nadie sabe cuántas leguleyadas indecentes han concebido, pagados con dinero público, los abogados de Petro para impedir su revocatoria o su destitución?

Es el mismo proceso: matan por la paz y violan la ley para defenderla. Los exaltados con los cinco minutos de odio contra Ordóñez están sobre todo ilusionados por el retozo y la rumba con sus amigos, amén de los empleados distritales forzados, de las clientelas, de los "ñeros" pagados y de los mismos terroristas o universicarios, que cuentan con enormes recursos gracias a la "lucha".

La indecencia de este hombre elegido por la Unidad Nacional (el mismo líder del partido de Peñalosa, Luis Eduardo Garzón, intrigaba para favorecerlo) define a Colombia: un nivel de higiene propio de gente que habita en las alcantarillas. ¡Resulta que el procurador de origen conservador lo destituye para castigarlo por haber denunciado al Cartel de la Contratación que dirigía el hijo de la capitana del pueblo! ("Con el pueblo, con las armas, con María Eugenia al poder", era la consigna del M-19.) Los comunistas vieron que la alcaldía de Samuel Moreno no se sostenía por la corrupción, que obviamente dirigían y rentabilizaban ellos, como en todas las regiones del país en las que sus tropas controlan los presupuestos, y se inventaron la división para darle una oportunidad a su candidato presidencial de 2010. Petro y Samuel Moreno pertenecían al mismo partido, y se separaron cuando convino para que la "izquierda" conservara el poder.

La mentira es brutal, pero los "ñeros" y homosexuales que había en la plaza (no por ser homosexuales, condición tan respetable como la opuesta, sino por estar reclutados para servir al crimen organizado a partir de su "identidad" sexual) no están para plantearse la noción de la ley: las intenciones del procurador podrían ser muy hostiles a Petro, pero la destitución corresponde a la aplicación de su deber como funcionario. ¿Qué tienen que ver las denuncias del paramilitarismo? Entre tantos crímenes que cometió el prócer ese día, la calumnia es uno evidente.

El procurador tiene que decirle al mundo que él es el continuador en una de sus formas de lucha, de la misma lucha de quienes levantaron las sierras eléctricas, de quienes quisieron extinguir la diferencia en Colombia, la diversidad y la democracia, por eso, haciendo una reflexión, ¿cuál es nuestra actitud hoy? Pues recuerdo Antonio (Navarro) sus palabras ante Pizarro muerto en su tumba: Nosotros somos la generación de la paz, no nos vamos a dejar arrebatar de nuevo la esperanza de la paz y la democracia, no vamos a caer en sus trampas, nos quieren llevar a la violencia y no señores, los violentos son ellos, los tristes son ellos, nosotros somos la alegría, nosotros somos la paz y la democracia. Alegres pero firmes, por eso debemos ser conscientes de lo que empieza hoy en la Plaza de Bolívar de Bogotá. Aquí empieza una movilización popular, este es el primer día de muchos, hoy nos vemos muchos, pues seremos más.

Los que usaron motosierras contra campesinos fueron a menudo los mismos compañeros de Petro, pues ¿no se identifica absolutamente con las FARC y no las presenta como demócratas perseguidos? Pero en el supuesto de criminales rivales, ¿qué tienen que ver con el procurador? Eso hacen siempre los terroristas: todo aquel que no los apoya es un "paramilitar", y esa calumnia no es interesante por su perversidad cuanto por la exigencia intelectual de quienes la profieren y quienes la creen. ¿De modo que aplicar la ley que exige destituir e inhabilitar a funcionarios que la violan es querer extinguir la diversidad y la democracia? ¿No es algo extraordinario? No, no lo es: una nación aislada y miserable aumenta de tal modo su población que crece una masa primitiva y manipulable a la que le venden halagos. ¿A qué viene la alusión a la diferencia? Al halago a los agraviados homosexuales.

La amenaza llega a niveles brutales. ¿A cuántas personas han matado las FARC en 2013? Bueno, ¿qué tiene que ver que hayan destituido a Petro con que lo arrastren a la violencia? Es ese argumento del atracador que nos ha cortado la mejilla y blande el puñal amenazando con cortarnos el cuello: "No me obligue a cortarle el cuello". El atracador tiene detrás de sí un agravio que el anciano o el borracho que le "da papaya" va a pagar, tal como muchos de los jóvenes que acompañaban a Petro tienen la humillación de parientes y vecinos intolerantes que los miran mal por ser homosexuales o fumar marihuana. ¿Qué tiene que ver que destituyan a un funcionario con ir a la violencia? El agravio se menciona con las alusiones al odio a la diferencia y a la intolerancia, pero la violencia que quiere evitar ("No me obligue a cortarle el cuello") sólo corresponde al interés del alcalde por seguir haciendo contratos a dedo y dedicando a los empleados del Distrito a subir TT en Twitter y a acudir a manifestaciones. ¿Es ésa la tarea de un alcalde?

¿De qué modo los quieren llevar a la violencia? Eso no se entiende, pero si se está dentro sí se entiende: van a amenazar con las turbas quemando la ciudad hasta que la gente se someta y el gobierno haga algo contra el procurador, a lo que ayuda hasta el embajador estadounidense. Si no, ¿qué culpa tienen ellos de que los llevaran a la violencia? ¿Acaso los niños bomba que envían las FARC no son el resultado de que los obligaran a la violencia y a obtener decenas de miles de millones de dólares secuestrando gente y traficando con cocaína?

Creyeron que calculando la decisión arbitraria, cercana la Navidad, el pueblo no iba a salir a las calles. Cómo será, cómo será la conciencia de la arbitrariedad que han cometido, que temerosos del pueblo, temerosos de la democracia una vez hicieron su rueda de prensa anunciando la ingrata noticia, desocuparon y evacuaron la Procuraduría General de la Nación, la hicieron rodear de fusiles y tanques. Miren qué diferencia, miren qué diferencia, mientras allá está el vacío lúgubre de los pasillos de la Procuraduría, mientras sólo se pueden defender a punta de fusiles, aquí estamos nosotros, aquí estamos nosotros sin una sola arma rodeados de los del pueblo. La diferencia es que allá son conscientes de lo que hicieron, allá para que Uribe pudiera subrayar su amistad con con Pacho Santos, entonces armaron la trapisonda, destituyamos a Petro que nada pasa, y ponemos a Pacho Santos en la Alcaldía... ¡ay Uribe, como si se pudiera borrar al pueblo!

A ver si alguien entiende: ¡evacuaron la Procuraduría y la rodearon de tanques porque Petro y los suyos son la paz y la democracia! Y lo dice tan tranquilo y el público lo cree y los medios de la gente rica como Semana y El Espectador lo reproducen con orgullo. ¿De qué se van a defender a punta de fusiles? Obviamente de las bombas y asonadas de los terroristas y universicarios, pero el hecho de que teman al crimen organizado se vuelve una prueba de que Petro, que no teme que vayan las personas decentes a manifestarse contra él, representa la paz y la democracia.

Ah sí, hay cosas que sólo merecen un adjetivo: COLOMBIANO.

Pero ¿cómo van a poner a Francisco Santos en la alcaldía? Si el procurador destituye a Petro habrá que ver si tiene que hacerlo por cumplir la ley, pero si resulta elegido otro alcalde, ¿no es el pueblo el que lo elige? Eso es lo que pretenden con sus amenazas y su violencia latente (el cuchillo en nuestro cuello no corta antes de entrar, pero ¿no es violencia?).

Aquí comienza un movimiento popular. Esta Plaza de Bolívar tiene que ser el comienzo de muchas Plazas de Bolívar en todos los pueblos de Colombia.

Con mucha tranquilidad, con mucha alegría, pacíficamente, el Alcalde Mayor de Bogotá convoca a toda la ciudadanía de Colombia a expresarse en las plazas de Bolívar para convertirlas en la prosa de la democracia, en las prosas de la Paz.

Lo de "pacíficamente" vuelve a ser la amenaza: lo pacífico sería que su partido pensara en apelar en derecho y tal vez en otro candidato para que reemplace al alcalde, no que saque a sus militantes, cada vez más idénticos a los que tiran cilindros bomba, a intimidar a la población. Pero ¿tranquilamente? ¿Ese discurso de odio, de calumnias, de amenazas, de legitimación de los asesinatos y secuestros, es tranquilo? Es porque el servilismo genera un daño en el cerebro. Tanta desfachatez es inconcebible.

Quiero, que los indígenas salgan con sus cabildos, quiero que el movimiento agrario salga a abrazar a la Bogotá Humana, quiero que los trabajadores y las trabajadoras de Colombia organizados o no, constituyan los comités de defensa de la Bogotá Humana que son los mismos comités de defensa de la paz y la democracia, quiero que las juventudes animalistas, las que saben qué significa matar entre aplausos y alegrías un toro, quiero que las juventudes ambientalistas que saben que es más importante un árbol que un bolardo, que es más importante un humedal que una losa de cemento, quiero que todas las juventudes de Colombia, que saben que es más importante el cerebro que el cemento, el libro que el tanque de guerra, se reúnan en las plazas de Colombia y produzcamos el movimiento que sea capaz de detener a los enemigos de la Paz.

Los "comités de defensa de la Bogotá Humana" son la versión local de las milicias chavistas, que a su vez copian a los "comités de defensa de la revolución", que ejercen la intimidación y la tortura en las barriadas y pueblos de Cuba. La llamada a los "indígenas" y al movimiento agrario es abiertamente a las FARC, ¿o en nombre de quién y para qué expulsaban en los cabildos a los soldados y policías en el Cauca? ¿Cuál es el "movimiento agrario"? ¿Qué tiene que ver una decisión de un funcionario sobre la permanencia de otro con la gente de otras ciudades? Es un llamado con el que pretende aprovechar la rabia de sus amigos que pierden poder por su destitución para erigirse en figura del comunismo nacional. ¿Nadie se da cuenta de que casualmente los que cada día matan a colombianos están entre los que acompañan a Petro, mientras que los "enemigos de la paz" son los que desaprueban a esos asesinos?

La retórica de Petro es exactamente la que define a su banda desde su creación: estoy seguro de que si se buscara se encontraría retórica idéntica con respecto al asesinato de Gloria Lara, persona que al parecer disgustaba a Enrique Santos Calderón y Daniel Samper Pizano, protectores de la banda, como hace poco señalaba el viudo: el asesinato es una corrección de una injusticia previa. Pero no hay que ir tan lejos. En el mismo palacio de justicia ocupado por los asesinos para matar a los magistrados por encargo de Pablo Escobar decían lo mismo. Copio un trozo de una noticia del 8 de noviembre de 1985:
Por otra parte, Alfonso Jacquim, segundo al mando del grupo guerrillero, manifestó: "Nosotros estamos aquí en un momento histórico, que así lo demanda. Pedimos que sea la corte, que sean los funcionarios los que juzguen a los verdaderos traidores de la paz".
La misma retórica: el momento histórico y el rechazo a los enemigos de la paz. No habría crímenes si se vigilara el diccionario, estos sociópatas empiezan mintiendo, en aplicación de las intrigas de los que les consiguen becas, y terminan exterminando a una cuarta parte de la población, como hizo el jemer rojo en Camboya.

La nobleza antitaurina, otro pretexto absurdo (los más descarados valedores de las FARC son taurinos, como Antonio Caballero y Alfredo Molano, pero para el caso no se recuerda), resulta especialmente perversa ante la identificación con los que matan cada día a varios colombianos desde hace medio siglo.

Lo que tenemos que detener es un fascismo, no es este el único caso en el mundo, muchos fascismos se han detenido en el mundo bajo la consigna de no pasarán, le tocó a Bogotá ser el inicio de este movimiento de los indignados de Colombia, le tocó a Bogotá ser la vanguardia de quienes decimos basta a la trampa, de quienes decimos basta al asesinato, de quienes decimos que aquí en Colombia debe reinar la paz y la democracia el entendimiento y el diálogo, que el Presidente de la República lo sepa, él es el que tiene que decidir en última instancia, él es el que tiene que decidir si avala la decisión del Procurador o es capaz, ante la ruptura de la Constitución, de impedir su orden arbitraria, ahora sabremos si el Presidente de la República está con la paz o simplemente con su reelección.

Colombiano, colombiano, perdón por repetirlo: ¿de qué modo va a decidir el presidente si avala la decisión del procurador si no está en sus atribuciones? Sería un quebrantamiento de la constitución, pero es ese lenguaje de atracador que emplea sin cesar: "No te mato porque amo la vida". Lo que pide es que se quebrante la constitución para proteger el ascenso de su banda, cosa que enseguida intentó Santos mandando a su siniestro ministro de Justicia y a su siniestro fiscal a acosar al procurador, aunque el verdadero recurso del gobierno es el asesinato, como ocurrió con Fernando Londoño, incómodo como periodista, y con todos los que han amenazado la hegemonía de los López-Santos-Samper (no se puede probar que tengan que ver con el asesinato de Gaitán, pero casualmente era tan peligroso para ellos como Álvaro Gómez Hurtado).

Que América Latina, el pueblo latinoamericano que es diversidad, ha sido capaz de decirle al mundo su dignidad, su soberanía que hoy Bogotá se levanta indignada esperando la solidaridad latinoamericana, y como somos un movimiento internacional de solidaridad con la Bogotá Humana para que aquí el fascismo se detenga.

Los herederos de Chávez son tan megalómanos pero les falta su habilidad en relaciones sociales, Petro ya se ve liderando un movimiento internacional de solidaridad para pasar por encima de la ley, en virtud de la cual fue destituido. El ridículo no puede ser mayor: dado que "Bogotá" lo apoya, ¿por qué no refrendan ese apoyo en unas elecciones buscando el respaldo de algo más que el triste 15% que votó por él?

Quieren acabar con la Bogotá humana porque quieren acabar con la democracia en América Latina. Que lo sepan en La Habana. Que lo sepan en La Habana, el mensaje, el mensaje que quiere dar el Procurador no es solamente la repetición vieja del discurso dogmático y sectario que elimina la diferencia, es también una trampa que quieren eliminando Bogotá Humana, es lanzar un mensaje de guerra sobre La Habana y aquí queremos decirlo con mucha claridad, los hombres que aquí estamos, que nos levantamos en armas, que no nos dejamos arrodillar ante la tortura y nos condujeron a la cárcel, Antonio que también como Aída, que nunca conoció un arma, pero Antonio qué le quitaron la pierna, su voz en uno de los tantos atentados, nosotros que nos levantamos en armas pero que firmamos la paz tres años antes que Nelson Mandela, parte del gobierno, las Farc en La Habana, que no retrocedan ante la paz, que lo que quieren hacer aquí es una trampa para impedir la paz de Colombia, qué quieren dejándonos a nosotros, los que formamos la paz, los que le cumplimos a Colombia con nuestra firma, los que dijimos que la palabra vale, que palabra que sí, los que hicimos la Constitución, y los que gobernamos estos dos años sin robarnos un peso, con la frente en alto, los que con el corazón decidimos política pública tras política pública sólo con el afán de favorecer a los humildes, de favorecer a los excluidos, de favorecer a los discriminados, nosotros les decimos a los guerrilleros de las Farc: ni se les ocurra bajar la bandera de la paz, la paz es la democracia, la paz es la justicia social y aquí estamos construyendo esta Bogotá, hoy vanguardia democrática de Colombia, cada uno de nosotros, cada una de nosotras, presente uno junto al otro, una junta a la otra, somos la cadena de afectos qué puede lograr verdaderamente la transformación de Colombia y la paz.

¿Qué es lo que les dice a las FARC? Pues que ni se les ocurra bajar la bandera de la paz, la paz es la democracia (en Colombia "democracia" quiere decir "tiranía de los asesinos"). Pero son muchos los niveles de ese párrafo: primero el reconocimiento. Los que matan a miles de personas no son los asesinos, los asesinos son los que se oponen a los que matan a miles de personas. ¿NO ES LO QUE DICE? El procurador continúa la lucha de la motosierra, y él a esos buenos buscadores de la paz de La Habana les advierte de lo que se está haciendo para que no hagan la paz eliminando la diferencia.

Es decir, con pretextos casi cómicos legitima a los asesinos terroristas y se muestra como su aliado. A quienes invoca para sus comités de solidaridad es a esos asesinos, ¡llamados a defender la democracia en América Latina, amenazada por la decisión del procurador elegido por él y facultado para hacerlo por la constitución que él impuso y por leyes que él aprobó como congresista! Más indecente no se puede ser. Pero en definitiva es el lenguaje del gobierno actual, sencillamente una representación de las FARC controlando el Estado, ¿o no salió el ministro de Justicia a defender a Petro? ¿O no empezó el acoso al procurador por parte del fiscal que dice que el derecho fundamental a la paz está por encima del derecho penal y consiste en últimas en obedecer a quienes han aportado paz perpetua a cientos de miles de colombianos?

Yo voy hasta donde ustedes me digan, si vamos a ir a donde queremos, hacia la paz y la democracia, tenemos que saber lo que tenemos que hacer en estos días, esta es la Plaza Tahir de Colombia, aquí debe comenzar una revolución democrática y pacífica, una revolución de los corazones y de los cerebros, hemos convocado a América Latina y creemos que América Latina nos va a responder, creemos, a pesar de la opinión del fascismo, que la Bogotá Humana se va a quedar en este Palacio y en los barrios de Bogotá, pero quiero que me acompañen para enseñarle a Colombia, quiero que nos hagamos aquí un compromiso, no solamente nos vamos a ver hoy en una manifestación más en la Plaza de Bolívar, aquí ha de quedar un equipo, voluntarios y voluntarias haciendo vela democrática en la Plaza, aquí mañana tenemos que volver y pasado mañana, y después de pasado mañana, aquí cada vez más y más pueblo y multitud, aquí vamos a saber defender la dignidad de Colombia, aquí el alcalde se queda si ustedes se quedan. 

"Hasta donde ustedes me digan" es otra llamada a la violencia, pero el hombre espera y pide que los gobiernos chavistas movilicen recursos para protegerlo de la destitución para así liderar la insurrección con que sueña.

Aquí se prenderá la antorcha simbólica de la democracia y esperaremos que las novenas navideñas en toda Colombia se den en las plazas alrededor de la antorcha democrática. Esperaremos aquí la decisión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, esperaremos aquí la decisión de la Corte Constitucional, veremos si es cierto que es un ilícito en Colombia desprivatizar un servicio público, veremos si es cierto que el alcalde de Bogotá actuó irregularmente porque le quitó 500 mil millones de pesos que cuatro contratistas le robaban a los usuarios del aseo de Bogotá, veremos si es cierto que es pecado en Colombia el reciclaje y la separación en la fuente, veremos si es cierto que es una ruptura del orden constitucional remunerando a los humildes recicladores en vez de arrodillarse al poderoso contratista del aseo, veremos si es cierto que la alcaldesa de la derecha no cometió ninguna irregularidad cuando dejó once días a Madrid, España, con las basuras en la calle, pero si es irregularidad que el alcalde de la izquierda de Bogotá le haya resuelto a la ciudad en tres días el sistema del aseo de los operadores.

¿Qué facultades tiene la CIDH para resolver sobre cuestiones administrativas colombianas? ¿Tal vez porque los gobiernos chavistas nombran a los magistrados pueden éstos llegar a niveles de prevaricación semejantes? Lo de la Corte Constitucional es más raro, porque aunque fueran discutibles las facultades del procurador en términos políticos y legislativos, no lo son en términos jurídicos: eso es lo que dicta la ley. Pero ¿por qué tienen que esperar paralizando la ciudad?

¿El alcalde de Bogotá actuó irregularmente porque "le" quitó 500 mil millones de pesos que cuatro contratistas privados "le" robaban a los usuarios del aseo de Bogotá? (Dios mío, ¿a quién le quitó?) ¡Claro que actuó irregularmente! Siendo conocedor de un delito tan grave y por un monto tan grande, tendría que haberlo denunciado a la Fiscalía. ¿No? El actuar irregularmente es el actuar contrario a la ley, y la discusión sobre si esa actuación es lícita no se resuelve con arengas sobre las motosierras y el derecho a la diferencia. ¿Fue destituido Petro por promover el reciclaje? Las mentiras que dice son verdaderas atrocidades y es exactamente como si el místico Pablo Escobar dijera que lo juzgaban por regalarles casas a los pobres de Medellín y no por pagarle al M-19 por matar policías. Pero ¿robaban esos contratistas? ¿Qué es "robar"? La chusma siempre cree que los que tienen cargos públicos o negocios con el Estado roban porque es lo que ella haría, por no hablar de los comerciantes, caso en el que el margen comercial es lo que se roban (cosa que sería cierta si no hubiera libertad de comercio). También es falso que la alcaldesa de Madrid cometiera alguna irregularidad sean cuales fueran los efectos, porque ningún gobernante tiene asegurado el éxito ni tiene otro límite que el cumplimiento de la ley. En lugar de una defensa contra aquello por lo que lo destituye el procurador Petro engaña a la gente, reforzado por los terroristas (se veían cientos de banderas del Partido Comunista, que hoy en día es abiertamente lo mismo que las FARC), que alientan a la multitud de empleados distritales, "ñeros" y militantes de la diferencia a corear consignas criminales, llenas de odio y calumnia contra el funcionario que osó aplicar la ley y contra el presidente anterior, que no se sometió a la voluntad de los violadores, reclutadores y mutiladores de niños.

Quiero que seamos conscientes del compromiso que estamos asumiendo, Petro no saldrá jamás a una convocatoria a la violencia, pero no esperen que permitamos que el voto popular y la democracia se arrodillen, no, yo creí en las buenas maneras, yo creí en los discursos, yo hasta por convicción propia voté por el Procurador para demostrar que la diferencia es posible en el Estado, pero no podemos ser ingenuos, ellos no nos tratan de la misma manera, ellos negocian con la democracia, ellos manipulan la Constitución.

¿Qué es lo que hace sino una convocatoria a la violencia? ¿No legitima a los terroristas de las FARC como si fueran quienes encarnan la democracia? ¿Por qué no defiende precisamente el voto popular y permite que su partido gane las elecciones con algo más que el 15% de sobornados que lo eligieron? ¿Por qué no demuestra que "ellos" (¿QUIÉNES? Los de la motosierra, claro, ése es el nivel) negocian con la Constitución, que es exactamente lo que hace el gobierno socio del terrorismo? Puras mentiras para imponer con el respaldo de multitudes aparentes y forzadas de empleados sometidos algo que va contra la ley y precisamente contra la democracia?

Quiero que seamos conscientes de la decisión que vamos a tomar, la decisión es convertir esta plaza en el gran ágora de la democracia en Colombia, cada una de ustedes, cada uno de ustedes, ahora dejaremos los voluntarios que quieran velar la democracia, pero cuando regresen a sus casas a sus barrios a sus lugares de trabajo organicen la rabia y la indignación, no dejen que se vaya a la violencia, díganles que vengan a la Plaza, que el Alcalde estará aquí para acompañarlos, que cada vez seamos más, que la población de Ciudad Bolívar, de Kennedy, de Engativá, de Suba, de Tunjuelito, que los niños y las niñas, los artistas, las artistas, las mujeres, los trabajadores, los necesitamos aquí, que este es el momento de cambiar la historia de Colombia, que aquí hay gente dispuesta a asumir el compromiso, que lo que nos emociona aquí no es un puesto, no es un salario, el salario se lo podemos regalar al Procurador.

Ese hombre parece sufrir una peligrosa embriaguez de alcohol y cocaína: ¡se siente convocando a una insurrección y el único respaldo importante que tendrá serán actos terroristas de los asesinos a los que legitima!

No nos obnubilan las riquezas ni los palacios, lo que queremos defender aquí es la dignidad, lo que queremos defender aquí es el respeto que se merece el voto popular del 30 de octubre, lo que queremos defender aquí es el derecho a gobernar por parte de quienes son diferentes a la tradición política de Colombia, lo que queremos defender aquí es la Paz, así mismo yo no pertenezco a ningún partido político, he querido que Aída me acompañe, Navarro y mi familia porque quiero que sean testigos de que ésta persona que hoy es el Alcalde, pudo no serlo, está dispuesto a llegar hasta las últimas consecuencias que ustedes me digan, siempre por la paz y la democracia, vamos a comenzar el movimiento de los indignados de Colombia, que lo sepan en toda Colombia, nuestra historia comienza también por su propio pueblo definitivamente aquí y desde aquí, que la Bogotá Humana sea la excusa para construir una Colombia humana, democrática y pacífica.

Más retórica barata sobre la dignidad, más llamados a la insurrección para aferrarse al puesto del que fue destituido por el funcionario autorizado para hacerlo. Y ciertamente lo que está es aniquilando las posibilidades de los muertos de hambre que se aliaron con él, como los exalcaldes Mockus y Peñalosa.

Los espero mañana con más y más gente, los espero mañana con más fuerza, aquí nos mantendremos en la sede de Nariño y en la sede de Gaitán, aquí nos mantendremos si ustedes nos acompañan, aquí discutiremos si podemos de verdad construir nuestro inmediato futuro, nuestros hijos e hijas se merecen ese esfuerzo que hagamos, no por un puesto, por un país, por una patria, porque no vuelva a suceder lo de la Unión Patriótica, para que no vuelva a suceder lo de Pizarro, porque no nos vuelvan a conducir a las guerras infinitas civiles de Colombia, porque tenemos el derecho a la paz y ese derecho lo ejerceremos. Fascistas, oscuros fascistas no pasarán. Espero al comité que se quede en la Plaza de Bolívar, pueden quedarse todo el tiempo, los espero mañana a las cuatro de la tarde en la Plaza de Bolívar, la plaza de los indignados de Bogotá.

En defensa de la democracia, claro, el hombre espera que la chusma que pueda reunir ahí vaya a reemplazar a las instituciones derivadas de la constitución que él mismo impuso a punta de carros bomba y del asesinato de los magistrados. Es el espíritu del gobierno de Santos, que sólo trata de presentar buenas maneras para sacar rédito de los crímenes de los angelinos de la Unión Patriótica.

Con todo, Petro complica la situación política porque Santos no puede ni aplaudir la insurrección ni oponerse, ya que las exigencias de los terroristas se multiplicarían. Volverán a intentar matar al procurador, pero eso no es tan seguro, y no se sabe qué crisis generarían en tal caso.

(Publicado en el blog País Bizarro el 13 de diciembre de 2013.)

jueves, enero 16, 2014

La obra de Santos


Dos indicadores de desarrollo casualmente publicados hoy martes 3 de diciembre podrían servir para resumir lo que ha sido la obra de Santos. Pero no hay que obstinarse con la culpabilidad de Santos pues de no ser por las condiciones morales de los colombianos no habría podido sacar adelante su infame plan.

El primero es el índice de percepción de la corrupción de Transparency International, que confirma los datos de 2012 en que Colombia ocupaba el puesto 94 entre los 177 países evaluados. Comparado con 2009, el último año en que Uribe fue presidente hasta el final, Colombia ha caído 19 puestos. Un dato abrumador, patente: la corrupción se ha disparado durante el gobierno de Santos.

La noticia la intentaron camuflar y maquillar con sus burdas técnicas habituales, pero a fin de cuentas quien quiera enterarse lo hace. Lo interesante es que el dato no figura en las columnas de la prensa, dada la tarea a la que anda dedicada ahora, pero a partir de ahí queda la impresión de que no interesa a nadie. Los profesionales del odio a la corrupción son los principales beneficiarios del régimen, si la corrupción aumenta es en parte porque ellos están distraídos robando. Lo mismo se puede decir de los académicos típicos que tanto calumniaban al gobierno de Uribe.

Los datos del informe PISA son aún más desalentadores, muestran más hasta qué punto la complacencia del gobierno con los terroristas y sus clientelas es destrucción automática de todo lo que se pudiera haber alcanzado antes: cuanto más se hace de la educación un "derecho", más se vuelve sólo un mecanismo de dominación de los dueños del Estado y menores son los conocimientos y destrezas de los educandos.

Voy a copiar un párrafo de la noticia que aparece en El País porque vale la pena contrastarlo con las reacciones del régimen:
En el puesto 62 se encuentra Colombia, penúltimo país latinoamericano de la lista antes de Perú –último-, la nación de la región que más ha retrocedido en los últimos tres años, ya que el país que lidera Juan Manuel Santos ha caído 10 posiciones con respecto al año 2009. Colombia obtiene 376 puntos en matemáticas; 399 en ciencia y 403 en lectura.
Son datos que en otro país preocuparían, pero realmente en Colombia el conocimiento y la inteligencia no le interesan a casi nadie y sólo se piensa en ostentar lujos y obtener rentas cómodas. Mejor dicho, esa actitud es la causa de que sea ése el resultado de las evaluaciones. Pero ¿qué mejor que la opinión de la ministra?

En alguna parte del informe encontró un párrafo que parecía elogioso, y que probablemente aludía a logros del gobierno Uribe y ni corta ni perezosa la ministra salió a lucir su "éxito", como si un retroceso tan desastroso no tuviera que ver con ella.

Más elocuente fue el alcalde de Bogotá elegido por la inversión de Santos:

Tiene razón, los diez puestos de descenso en el informe PISA lo confirman: ya han rebajado el nivel de la enseñanza privada al de la pública. Sin el menor pudor los intelectuales colombianos desisten de preocuparse porque el rendimiento general es bajísimo, y en lugar de eso andan preocupados porque los colegios buenos son mejores que los colegios malos. Petro también festeja los logros de que seguramente está muy orgulloso, como la ministra.

Pero su convicción va más lejos, aludiendo esta vez al informe PISA (supongo que lo conocería cuando publicó el tuit que comenté antes), respondía a un comentarista: 

Es decir, típico avivato, aprovecha la desgracia para reclamar recursos para su clientela. Cuanto más se le entregue a Fecode peores resultados educativos habrá, pero ¿hay alguien que no lo sepa?

A Santos no le ha tocado una gran catástrofe, tenía a la guerrilla arrinconada y una situación económica que tal vez fuera la mejor de Colombia en su historia. Todo se lo gastó en comprar apoyos, en cebar parásitos y en pagarse la propaganda. La percepción de la gente apolítica o ajena a la política es apacible porque ha habido mucho dinero, fruto de los avances en seguridad de la era Uribe, pero a pesar de eso la realidad demostrada en esos datos es un retroceso brutal.

La suerte de Santos es que no tiene oposición. Ha pasado el día y el candidato Zuluaga no se ha enterado de los datos del informe PISA y el índice de Transparency International.

(Publicado en el blog País Bizarro el 4 de diciembre de 2013.)

domingo, enero 12, 2014

Perspectivas de reelección


La revista Semana publica un amplio artículo de portada sobre la reelección de Santos que merece algún comentario. Comienza con la aparente paradoja de que la imagen negativa de Santos sea el doble de la positiva y aun así, conclusión que toman como premisa, sea muy probable que salga reelegido.

Las razones que exponen para sostener ese aserto me parecen atendibles. En lo que la mayoría de los ciudadanos experimentan, el país va bien: la economía crece y menguan el desempleo y la pobreza. Eso hace que realmente no haya una percepción que lleve al descontento.

Después señalan que la bandera de la paz es popular, que dos tercios (el optimismo hace que un 62% se convierta en dos tercios) de los encuestados se muestran de acuerdo con la negociación de "paz". Este dato en parte es inducido por el planteamiento de la pregunta (que se presenta como una cuestión abstracta, "¿Le parece mejor que se dialogue o que se dispare?"), en parte porque la propaganda tapa el sentido real del proceso y en parte porque al final obra el chantaje del miedo.

Pero lo cierto es que no hay una mayoría clara que se oponga a negociar con los terroristas.

Después mencionan la buena imagen de Santos en el exterior, resultado de la tradicional propaganda terrorista y de la hegemonía de la facción santista en los medios colombianos: es de ahí de donde sale la imagen que tienen los periodistas extranjeros y que les transmiten a los ciudadanos de sus países.

Sin la menor duda el artículo es propaganda, pero en algunos párrafos se pasan de la raya. Por ejemplo cuando afirman:
Los timonazos presidenciales siempre han sido parte del juego político. Por lo general, producen reacciones en contra pero nunca tan feroces como las que le han tocado a Santos. El presidente Franklin D. Roosevelt se hizo elegir en 1940 con la bandera de no entrar a la Segunda Guerra Mundial, y no solo entró sino que la ganó.
El ejemplo es burdo y descabellado: Roosevelt prometía no entrar en la guerra europea en la que finalmente murieron un millón de jóvenes estadounidenses pero entró porque tuvo que enfrentarse a los japoneses que atacaron la base de Pearl Harbour y los intereses estadounidenses en Asia. Si los timonazos presidenciales fueran normales la democracia sería un chiste. El único ejemplo que encontraron de un país civilizado corresponde a circunstancias extremas, aunque en un medio como el colombiano no sería raro encontrar gente que afirmaría que no deberían haber respondido al ataque. 

Sencillamente no hay democracia si el gobernante no cumple sus compromisos y engaña deliberadamente a los ciudadanos. No había nada que hiciera cambiar los planes de Santos, sólo era un designio que tenía antes de decirles a los votantes que continuaría con la seguridad democrática.

El siguiente párrafo incide en todas esas mentiras típicas de la propaganda:
Santos hizo lo contrario, que es ofrecer la guerra y después de elegido buscar la paz. Cualquier negociación en ese sentido demanda concesiones no solo estructurales, sino penales y de participación política. En La Habana se ha logrado que ninguna concesión implique cambios de fondo en el modelo político y económico del país, y se está buscando que no haya impunidad total de los responsables de delitos atroces.
La verdad es que la "paz" sólo ha significado la "guerra", según el  modelo de Orwell ("La paz es la guerra"): retorno de los terroristas a los territorios de que habían sido expulsados, multiplicación de la extorsión, alianzas con Al Qaeda, multiplicación de la exportación de cocaína y del reclutamiento, además de los asesinatos de soldados y policías... No es verdad que no se hayan concedido cambios de fondo en el modelo, sino sencillamente que esos cambios, la abolición de la democracia y su reemplazo por el Trust Münzenberg son maquillados por la prensa.

Aparte de esas mentiras típicas, el artículo acierta cuando señala las razones por las que Santos será reelegido: la situación económica en apariencia estable, la gran provisión de recursos en el gobierno y la adhesión de la clase política. También la debilidad de sus rivales, que es lo que realmente interesa evaluar.

Esa debilidad es el mismo fenómeno que la fortaleza de Santos a partir de la simpatía de la mayoría de la población por la "paz": los conceptos son engañosos y lo único que el ciudadano experimenta es la esperanza de librarse del miedo de ser víctima de actos terroristas. El poder que adquieren los terroristas es algo que no detecta, ni menos los demás elementos implícitos, como la legitimación de todos los crímenes.

La debilidad de la oposición es la ausencia de nociones claras respecto a esa negociación y de respuesta firme frente al gobierno de Santos. No que así fuera fácil ganarle, pero alguna posibilidad habría si se explica que las alianzas de Santos con el chavismo comportan la tolerancia con el tráfico de cocaína (caso Makled) y complicidad con toda clase de desmanes judiciales. Baste señalar que cuando Luis Alfredo Ramos fue detenido éstas fueron las reacciones de los líderes uribistas en Twitter: 
Óscar Iván Zuluaga escribió lo mismo, pero no puedo encontrar su tuit. ¿Qué se puede esperar de una "oposición" que sencillamente NIEGA la persecución y la asociación entre el gobierno y un poder judicial perverso y abiertamente prevaricador? La simpatía por la "paz" la genera la mezcla de propaganda y miedo, y no se puede esperar ganarle a Santos y sus infinitos recursos yendo detrás de la opinión manipulada.

Es sólo un ejemplo del sentido de esa "debilidad" de la oposición: en absoluto hay una actitud clara de deslegitimación del gobierno sino una oposición mediocre y vulgar, a tal punto que Uribe se queja de que le hayan subido los impuestos a la clase media asalariada, como si esa "clase media", gente rica, del primer decil de ingreso, no fuera la base social de la "izquierda".

Todo eso se ha visto infinidad de veces, ya he mostrado que todos los líderes uribistas aplaudieron la negociación y ante el monstruoso prevaricato del fiscal que permitió quedar impune a Sigifredo López en el mejor de los casos callaron. Aunque no es raro encontrar bellezas como ésta:

No sólo hay que deslegitimar al gobierno sino también la negociación, cosa que no se puede hacer sin explicar su contenido. NINGÚN dirigente uribista señaló lo que es evidente del acuerdo de participación política, y a nadie se le ha ocurrido hablar de la respuesta al referendo. En general están más cómodos proponiendo más gasto en educación y halagos para los diversos sectores económicos o sociales.

Claro que Santos saldrá reelegido. La supuesta oposición es casi lo mismo. En el escrito de Semana señalan el antiuribismo como un factor a favor de Santos. Es verdad: la calumnia e intimidación de la prensa generan entre los votantes primerizos aversión, mientras que la ilusión sólo va quedando como manía de minorías. No debería ser un motivo de inquietud la cómica reacción de Francisco Santos al ser desplazado en la convención, en todo caso perdería, aún más seguro que Zuluaga.

(Publicado en el blog País Bizarro el 27 de noviembre de 2013.)

martes, enero 07, 2014

La juridicidad nazi


Tengo un amigo que siempre me reprocha mi acritud hacia los colombianos, como suponiendo que para persuadirlos debería ser más amable y comprensivo. Siempre me parece que hay un nivel moral e intelectual en el que la persuasión es inconcebible, como enseñarle chino a una persona afectada de trisomía 21. El nivel de deshonestidad reinante en Colombia demandaría un poco de indignación, pero cómicamente la acaudillan los que más la producen.

Durante mucho tiempo me ha impresionado la desfachatez de las mentiras de Antonio Caballero, personaje que expresa como ninguno a la oligarquía local. Incluso en el desasimiento que ostenta, como si todo lo que ocurre no fuera con él sino que "el servicio" le ofreciera un país demasiado complicado y áspero.

Ese inverosímil dandi taurino ha estado cuarenta años despotricando de todos los gobiernos, hasta que llegó el de Santos, que es lo más cercano a su ideal. Nunca ha sido realmente diferente de los demás ideólogos terroristas. Su última columna es supuesta polémica con un artículo previo de Fernando Londoño, que denunciaba el contenido de un publirreportaje de las FARC que publicaron en Canal Capital, cuya versión en El Tiempo comenté la semana pasada.

Bueno: el primer texto largo que publiqué en internet sobre la situación colombiana, hace ya más de diez años, se llamaba "Cuándo se empieza a ser un criminal", y lo señalo porque los colombianos creen que lo que les ocurre es ajeno a su sociedad, una injerencia selenita o de los manes de la mala suerte por la que surgieron las bandas terroristas y las mafias de la cocaína, pero todo lo que ocurre es lo corriente y típico del país y los crímenes son sólo como la sombra de esa realidad. El grado de deshonestidad que exhibe el más arquetípico oligarca puede definir al resto: ¿cuántos le contestan a Caballero? Casi nadie, los que lo leen son sus seguidores, los aduladores y arribistas típicos que en el fondo saben que las bandas terroristas defienden un orden social que los favorece a ellos. Vivo hace tiempo fuera de Colombia, puedo dar fe de que al menos en España ningún periódico de alguna circulación publicaría algo tan burdo. Si descalifico a los colombianos es porque convivir con los seguidores de Caballero es como vivir en una ciudad en cuyos restaurantes se vende carne humana y creer que el resto del mundo es así.
La juridicidad nazi 
Le pregunto a Londoño: ¿será que entrevistar a los negociadores de paz de la guerrilla colombiana es un delito de lesa majestad contra el nazismo?
El tipo de falacia es especialmente obsceno: lo que llama "nazi", apoyándose en la biografía del teórico que cita Londoño, es exactamente lo que forma parte de la dogmática del derecho, y al respecto hay que prestar atención a lo que dice Londoño:
El problema estriba en que no contaron con Mezger, de cuya existencia no tienen noticia Caballero ni Albiñana, y todavía menos los contertulios de aquella idílica función habanera. Lástima. Porque con Mezger a bordo terminan inútiles tantos esfuerzos por demostrar que la gente “muy formada” de las Farc no tiene nada de qué arrepentirse y que se puede celebrar con ella cualquier trato que empiece por lo primero que le importa, una paz por la que no pague un solo día de cárcel. 
El primer delito que quieren justificar, para quitarle la antijuridicidad que llamara Mezger, es el secuestro. Pues basta cambiarle el nombre a la criatura y bautizarla “retención”. De malas. Porque Mezger enseñó que el tipo penal nace de la descripción de la conducta, sin que importe cómo se la llame. La privación forzada de la libertad se llama secuestro, que se vuelve extorsivo si se saca o se pretende obtener provecho.
La frase que marqué en negrita es la que Londoño quiere usar para referirse a los terroristas en la entrevista cuyo comentario enlacé arriba. ¿Algún lector se habrá preguntado qué tiene que ver eso con los nazis? No, es la burda calumnia típica con la que se descalifica todo y se responde a un señalamiento legítimo y de hecho exacto de complicidad con los terroristas. El que tenga alguna duda sobre eso podría contestar a mi entrada anterior. La respuesta de Caballero es la burda reductio ad hitlerum.
Fernando Londoño Hoyos, que fue ministro de Gobierno y Justicia en los tiempos en que el entonces presidente Álvaro Uribe eliminó la justicia de su programa de gobierno, se ocupó hace unos días en su habitual columna de El Tiempo de un reportaje emitido en el programa Las claves de Canal Capital.
"Eliminó la justicia" alude a la supresión del ministerio de Justicia, actuación correcta porque ese ministerio sólo es una fuente de cargos para los lectores de Caballero. ¡Pero el hombre ni corto ni perezoso lo convierte en "eliminar la justicia"! Una cosa es que sepa que los lectores son esos tristes lambones que definen al país, otra que les falte al respeto con tanto descaro. Sigue Caballero:
Uno que hicimos en La Habana, con los jefes de las Farc, Antonio Albiñana, que dirige el programa, y yo, que lo presento (habitualmente en compañía de María Elvira Samper). Según Londoño, pretendíamos “justificar los delitos” cometidos por las Farc. Pero, añade con astucia solo comparable a la del Chapulín Colorado, “no contábamos con Mezger”.

No es así. Albiñana y yo no fuimos a La Habana “a lavar a las Farc de toda mancha de delito”, como escribe con su habitual prosopopeya Fernando Londoño: no somos jueces, ni confesores. Fuimos a entrevistar para nuestro programa de televisión a los negociadores de las Farc que buscan un acuerdo de paz con el gobierno: somos periodistas.

No queríamos, como asegura Londoño, “justificar” el secuestro. No se necesita ser jurista como él y sus maestros alemanes para entender que un secuestro es un secuestro, aunque quienes lo cometen lo llamen “retención”, o, como en otros casos, “detención-desaparición”.
El reportaje es burda propaganda de los terroristas, pero no voy a explicarlo otra vez. Es falso que Londoño les atribuya "justificar" el secuestro, eso lo hacen los terroristas propiamente dichos en la entrevista.
Un secuestro no es una retención, como, por ejemplo, un contratista de una empresa no es su empleado, aunque un jurista tan avezado como Londoño haya usado ese disfraz para hacer una maroma ilegal con las acciones de Invercolsa (que siguen, por lo que entiendo, detenidas-desaparecidas).
La acusación de nazismo se justifica por lo de Invercolsa, caso en el que de nuevo se hace un gran escándalo porque un contratista se considerara empleado para comprar acciones, como si fuera lícito que los empleados pudieran hacerlo: el delito no es robar, sino hacerlo sin ser empleado.
No queríamos tampoco “justificar” el reclutamiento de niños por parte de la guerrilla: son los entrevistados, no los entrevistadores, quienes lo explican. Que ellos digan no saber todavía, al cabo de diez años, si son o no responsables del atentado contra el club el Nogal también a mí me parece, como a Londoño, “una mala defensa”, así sea la que todos usan habitualmente en Colombia: lo estamos viendo en este mismo momento con la resurrección de la investigación sobre el asesinato de Luis Carlos Galán –y nada se sabe todavía del de Gaitán, ni del de Uribe Uribe, ni del de Sucre.
¿Detecta el lector el nivel de la falacia? Ahora resulta que los argumentos de Londoño son nazis porque son los entrevistados quienes justifican el reclutamiento de niños. ¿Escribió otra cosa Londoño? No, pero los lectores son... colombianos, no están para evaluar argumentos ni discusiones sino para tomar partido por el que más halago represente para sus inclinaciones. Desafío al lector a mostrar en qué parte del escrito de Londoño se acusa a los entrevistadores de esas afirmaciones.
En cuanto al atentado de que fue víctima el propio Londoño, no somos Albiñana y yo, sino los jefes de las Farc, quienes dicen que no tuvieron nada que ver en eso: y no “quedaron perdonados”, porque la función de un entrevistador no es perdonar, sino entrevistar.
Mentira: el tono de todo el publirreportaje es de benevolencia, como si se tratara de protagonistas legítimos de la historia. No perdonan sino tratan de presentar como líderes legítimos a unos sociópatas monstruosos.
Pero si escribo todo esto no es por llevarle la contraria al exministro Londoño. Sino porque me llama la atención su elección del citado Mezger como alta autoridad normativa cuya astucia jurídica le sirve para desestimar nuestras entrevistas: 
Edmund Mezger –de cuya existencia, en efecto, yo no tenía noticia. Pero me informo en la útil Wikipedia de internet, y descubro que Edmund Mezger, a quien el exministro de Gobierno y de Justicia de Uribe toma como maestro de tipificación de los delitos, fue bajo el Tercer Reich hitleriano un jurista nazi que “definió como actividades ilícitas (y aquí la Wikipedia abre comillas) ‘todas las acciones contra la ideología nacionalsocialista alemana’”.
Muy interesante la cuestión de Mezger porque Caballero estudió Derecho en la Universidad del Rosario, donde por lo visto no le enseñaron quién era ese señor. ¿Cuál es la "astucia jurídica" de señalar que "el tipo penal nace de la descripción de la conducta"? Sólo otra mentira para hacer creer a los lambones que controla la situación.

Hoy discutí en Twitter con un periodista de La Hora de la Verdad que desaprobaba a Caballero por admitir que había buscado información en la Wikipedia. Coherente con su versión, no la consultó, porque ¡qué mejor pretexto que atribuirse mejores fuentes sin necesidad de consultar nada!

Más interesante es la mala fe de Caballero. Recomiendo al lector leer toda la entrada de Edmund Mezger en la Wikipedia, pero para que se vaya orientando copio el párrafo introductorio:
Edmund Mezger (Basilea, 15 de octubre de 1883 - Göppingen, 24 de marzo de 1962) fue un teórico penal y criminólogo alemán. Desde la República de Weimar, pasando por las dos guerras mundiales, Mezger hizo importantes contribuciones para la dogmática del Derecho penal, especialmente para la comprensión del "hecho" (tipo penal - Tatbestandslehre), los elementos subjetivos de la antijuricidad y el concepto de culpa.
¿Se acuerdan del primer párrafo de esta entrada? Nada tiene importancia, ni siquiera el probable triunfo de los terroristas, al lado de esa mala fe sistemática de los colombianos. ¿Cómo es que Caballero se atreve a pasar por alto este párrafo, que incluye lo pertinente sobre el concepto de juridicidad? Porque el colombiano es una criatura ajena a la verdad. Los que están de parte de Caballero aplaudirán lo que sea y los demás aplaudirán a Hitler con tal de defender alguna prebenda o alguna brizna de vanidad. Más adelante la misma entrada dice:
Tras 1945, permaneció como profesor en Múnich, hasta su jubilación en 1952. Perteneció al consejo editorial de la publicación Grenzgebiete dé Medizin y presidió el Großen Strafrechtskommission del Ministerio de la Justicia. 
Sus libros, sobre las partes general y especial del Código Penal alemán fueron, entre 1950 y 1960, obras básicas de la enseñanza jurídica.
No pretendo tapar la filiación nazi de Mezger en la época hitleriana, sino señalar que aquello que es pertinente lo oculta Caballero, con evidente mala fe. Hay que ver la desfachatez de la conclusión:
Le pregunto al exministro de Justicia: ¿le parece que entrevistar a los negociadores de paz de la guerrilla colombiana constituye un delito de lesa majestad contra el nazismo?
No, Londoño señala con razón que el publirreportaje intenta legitimar a los asesinos y que, pese al apoyo de Caballero y el desconocido militante español Albiñana, sus crímenes son crímenes por criterios de dogmática jurídica que están descritos en las teorías reconocidas de Mezger. El recurso es tan burdo que hacen falta criaturas que no son propiamente humanas para tolerarlo.
Posdata: Yo también querría mostrarme generoso con el estilo literario de Londoño, como lo hace él con el mío, si no fuera porque me desconciertan, gramaticalmente hablando, sus constantes cambios de sujeto de la oración cuando habla de sí mismo.

A veces usa el modesto pronombre reflexivo de la tercera persona, como en “se dice sinceramente”; y otras prefiere el rotundo plural mayestático de la primera persona, como en “del atentado en contra nuestra”. Y así no es fácil felicitar a nadie.
Tremendo triunfo. El reproche es correcto, el hecho de agarrarse de eso, como de la mentira sobre el nazismo, muestra un nivel intelectual y moral ínfimo.

(Publicado en el blog País Bizarro el 25 de noviembre de 2013.)
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