sábado, mayo 09, 2009

Karina y los otros

Un amigo me hablaba del carácter sanguinario de la ex guerrillera alias Karina y me violentó asociar la imagen que aparece en la televisión con el crimen rampante. Propiamente parece una empleada doméstica de las que maltratan y manosean los pensadores de la izquierda democrática. Me quedo pensando que cualquiera puede ser cruel y que quien está en la guerra más bien necesita serlo. Jaime Jaramillo Panesso la recuerda como jefa del grupo que hace seis años mató a su hijo, un técnico agrícola que no tenía ninguna relación con enemigos de la guerrilla. A mí la rabia que despliegan los lectores de ese artículo y muchos millones de colombianos contra esa señora me produce cierto asco. ¿Es que los militares son menos inocentes? ¿Y los parientes de los secuestrados o los mismos secuestrables que intentan contener la amenaza? Los guerrilleros no sabían quién era ese joven, si era un espía del enemigo y lo dejaban ir ellos lo perderían todo, si no lo era pero de todos modos lo mataban no perderían nada. Al contrario: el poder, la propia seguridad de los combatientes o la expansión de la rebelión son mayores cuanto más terror se produzca.

Lo mismo se podría decir de todas las atrocidades guerrilleras: sólo son el producto de la determinación de hacer la guerra, de rebelarse para tomar el poder por las armas, lo cual sólo es el producto de las estrategias soviéticas y de la ambición de ciertos cenáculos de las clases altas locales. Es como quien contrata a un sicario, los colombianos lo condenarían aun sin cometer el crimen: joven, ignorante, pobre, negro o indio, disponible “para lo que sea”... A quien lo contrata no se lo condena. Se viste bien, se expresa bien, puede hablar de gastronomía o de literatura, tiene parientes poderosos, viaja... El odio a Karina es expresión de esa cultura: parece de verdad una empleada doméstica que se insolenta y no precisamente lo contrario, una que hace lo que sea para ganarse una sonrisa de sus amos.

Pero ¿qué piensan los colombianos de la rebelión armada para imponer un régimen totalitario? Para la Corte Suprema de Justicia, que interpreta así la Constitución, ese acto es altruista por definición. Y cualquier intento de resistencia organizada es un grave acto de Concierto para Delinquir. No el sicariato de las AUC ni de ninguna otra banda de narcotraficantes ni la guerra sucia que pudieran haber emprendido agentes estatales, sino cualquier esfuerzo de resistencia. El que dude de la exactitud de lo dicho en este párrafo sólo tiene que leer la sentencia que anulaba la Ley de Justicia y Paz.

Las actuaciones de la Corte en los últimos años me hacen suponer que reciben algún tipo de incentivo de lo que el gobierno venezolano roba a sus ciudadanos: todo el mundo lo admite respecto a todos los países de la región, lo mismo para la campaña de Daniel Ortega que para la de Ollanta Humala que para la de Evo Morales o Rafael Correa, siendo Colombia la pieza decisiva, y siendo la actividad de la Corte la principal para socavar al gobierno proyanqui y anticomunista, sería muy extraña la coincidencia de un prevaricato tan evidente con un esfuerzo tan resuelto por influir en la política de otros países. Pero es verdad que se trata de puras suposiciones. Pensando en la sentencia mencionada, es evidente que los magistrados no pierden nada profiriéndola, que decretando la legalidad de la rebelión, por el contrario, refuerzan el peso relativo de su corporación respecto del Poder Ejecutivo. Al considerar “altruista” la rebelión, la Corte se pone de su parte y deja ver que tiene intereses en ella. Pero el único crimen verdadero que cometen los guerrilleros es la rebelión, pues los demás vienen de la propia lógica de los hechos. Una guerra limpia, sin infracciones al DIH no sería menos atroz para las familias de los soldados y de los guerrilleros, tristes peones de las carreras políticas de algunos patéticos figurones locales, ni para el conjunto de la sociedad, expuesto a la esclavitud en que ya llevan medio siglo los cubanos.

El caso de los magistrados es sólo uno: ¿a alguien se le ha ocurrido comparar las condiciones de vida de Karina con los antiguos editores de la revista Alternativa, en la que se propugnaba por la lucha armada? Según Sergio Otálora, un pensador de la izquierda democrática que extrañamente tiene columna en El Espectador:

Durante la década del setenta, varios intelectuales y periodistas de izquierda defendieron a ultranza la lucha armada. La revista Alternativa, fundada por Gabriel García Márquez y Enrique Santos Calderón (entre otros) fue lugar de encuentro y de paso de todas las organizaciones insurgentes latinoamericanas, y también reflejo de nuestro complejo movimiento social y armado de ese entonces.

Por todo eso, la pasión de los justicieros me produce mucha desconfianza. Por mí mismo no vería ningún problema en que a la ex guerrillera la mandaran a Canadá o a cualquier otro país, pues me parece necesario impedir la crueldad y no castigarla con más crueldad. Pero tal vez tengan razón quienes consideran necesario el castigo. Lo que me repugna es esa tranquila disposición de los colombianos a aplaudir el sacrificio del ganado mientras se mantiene la admiración y el servilismo hacia quienes encargaban y encargan las masacres. ¿Habrá alguna vez la menor disposición a condenarlos o siquiera a mirarlos mal? Nada se habrá conseguido mientras se alienten las crueldades con los peones, en rigor otras víctimas, y los jefes sigan tranquilos preparando intrigas para conseguir gracias a la venalidad de las autoridades judiciales lo que no consiguieron encargando cilindrazos y emboscadas.
En ese contexto me resulta pavoroso el entusiasmo con la llamada “farcpolítica”: un síntoma de un daño moral tremendo, pues ¿puede ser noticia para alguien que Piedad Córdoba trabaja de consuno con las FARC? ¿Es que se arreglaría algo si la encarcelaran, por ejemplo? Entre los supuestamente comprometidos por el computador de Raúl Reyes se cuenta un miembro del Partido Conservador que se llama Lázaro Vivero Paniza. ¿Es que nadie leyó un artículo suyo publicado un mes antes del asesinato de los diputados del Valle advirtiendo de que la fuga de Fernando Araújo “tendría consecuencias”?
Como todos los actos en la vida traen sus consecuencias, el de le fuga de Fernando Araújo Perdomo de sus captores, lógicamente también traerá consecuencias, hasta impredecibles, a corto y largo plazo. Y que llegarán, llegarán.
El entusiasmo con la “farcpolítica” puede conducir a una terrible frustración: puesto que los asesinatos de 27 personas que incomodaban al PDA no significan nada ni los continuos llamados de las FARC a votar por ese partido ni la continua obstrucción a la seguridad democrática ni la inclusión en su programa de la “negociación política”, que es el nombre actualizado de la “combinación de todas las formas de lucha”, sino que sólo lo que encuentra valor forense es importante, va a resultar que eso forense es lo que determinarán los jueces para los que la rebelión es altruista. De ahí que un personaje como Wilson Borja, más torvo que Karina, salga muy tranquilo a proclamar su inocencia, o que los líderes del PDA declaren sin ruborizarse que de estos hechos su partido saldrá fortalecido.

Los colombianos no los desaprobarán mientras no haya un auto judicial que los condene, y ese auto judicial no llegará nunca. ¿Cuánto había que demostrar para impedir que un personaje mediocre y dudoso como Samuel Moreno llegara a alcalde de Bogotá? De hecho, tanto el comunismo como la guerrilla siempre han contado con apoyos considerables. La difícil situación de las FARC puede hacer que mucha gente las descarte como esperanza, pero no que sus objetivos hayan dejado de tener partidarios. El 21 de enero de 2002, después de que Pastrana amenazara con suspender el despeje, cosa que haría un mes después, El Tiempo publicó un editorial advirtiendo que aun si las FARC fueran derrotadas pronto surgiría quien las reemplazara. A lo mejor el señor Santos Calderón ya encargó la organización de ese relevo, a lo mejor la agitación actual en la Universidad Nacional tiene que ver con eso. La chusma estará ansiosa de ver desollar a Karina, pero los verdaderos criminales seguirán no sólo impunes, que no es lo importante, sino completamente activos y tranquilos.
(Publicado en el blog Atrabilioso el 28 de mayo de 2008.)