miércoles, septiembre 05, 2012

La inverosímil política colombiana


¿Es real?
Ya he explicado muchísimas veces ese problema de comunicación que tiene quien ha vivido mucho tiempo fuera de Colombia a la hora de tratar de entender las cosas colombianas. Casi a todas horas hay que estar resolviendo si es real lo que uno lee, oye o conoce. Parece como si la gente se hubiera acostumbrado a tales niveles de conformismo y cinismo que ya ninguna palabra, ninguna noción remite a nada sino que da igual, salvo en lo que tenga que ver con recibir favores del poder; la situación es peor que en una dictadura: el peor disparate le resulta tolerable a la gente.

El Partido Conservador
En estos días tuve un encontronazo en Twitter con un activista de este partido que me produjo de nuevo ese desconcierto. Parece que ese partido ha llegado al límite increíble del "doblepensar", sus representantes elegidos apoyan a Santos y votan a favor de todas las leyes que presente, salvo en algunos casos en que podrían molestar a los votantes y no hace falta su voto: ya se forma una amplia mayoría con los demás grupos del Congreso y el Senado. ¡Pero sus activistas son rebeldes críticos con el gobierno! Así copan todas las posibilidades de la política, como una iglesia que tuviera al lado de los confesionarios cabinas para ver "sexo en vivo" y habitáculos para consumir drogas. Bueno, para mí la mala fe de los que obtuvieron votos continuistas en 2010 y ahora obran aliados abiertamente con Chávez me parece peccata minuta en comparación con la desfachatez de sus agentes sin curul: pretenden que la gente es idiota y va a creer en lo que ellos dicen cuando los que pueden aprobar leyes hacen exactamente lo contrario.

Gobernantes conservadores
También es cierto que los votantes tienen gran parte de responsabilidad. ¿No apoyó ese partido todo lo que hizo Andrés Pastrana durante los años en que fue presidente? Puede que cuando la gente prefirió otras políticas no se resistieran por el interés de participar del botín, pero en cuanto salió Uribe fueron los primeros en inscribirse en la lista de perseguidores. No hay que olvidar al representante Alfredo Bocanegra y su retórica bestial. ¿Obraba a nombre de su partido o no? ¿Recibió alguna sanción disciplinaria? Es muy interesante considerar la relación de ese partido con las bandas terroristas, por ejemplo a través de líderes como Álvaro Leyva o Andrés Pastrana. Este último hizo unas declaraciones en Venezuela que dejan ver a qué juega, como si no fueran suficientes los miles de asesinatos y secuestros que se cometieron con su aquiescencia entre 1998 y 2002 o sus presiones para que Uribe despejara Pradera y Florida.
El expresidente de Colombia Andrés Pastrana (1.998 – 2002) destacó hoy la participación de Hugo Chávez en los procesos de paz en Colombia durante su mandato, a la vez que dijo que su relación con el líder socialista fue “de mucho provecho”. 
“Mi relación con el presidente Chávez fue de mucho provecho, y siempre nos dijimos las cosas a la cara (…). Tuvimos nuestras diferencias, y bien duras. Pero nos ayudó con el proceso de paz e incluso firmamos un carta de paz con el ELN en Cuba. Que ellos después no cumplieron es otra cosa”, dijo entrevistado en el programa Aló Ciudadano, de la televisora privada Globovisión. 
[...]
Consultado sobre el tema de la guerrilla, Pastrana señaló que el expresidente Álvaro Uribe “nunca apostó por la paz” y deja una herencia de violencia. Señaló también que cree en la palabra de Juan Manuel Santos. 
“Si nosotros tenemos las coordenadas con la supuesta presencia de alias Timochenko en Venezuela se las damos al presidente Chávez y yo estoy seguro que ayuda a capturarlo (…). Yo sé que un país como Venezuela no va a permitir la guerrilla, porque eso se traduce en violencia, en secuestro, en ‘boleteo’”. 
[...] 
Andrés Pastrana consideró que las relaciones entre su país y Venezuela han pasado del terreno de la confrontación al del diálogo desde que Juan Manuel Santos sustituyó a Álvaro Uribe Vélez en el ejecutivo neogranadino.

(Las negritas obviamente son mías.) Bastarían las palabras de Rodríguez Chacín a los terroristas que le entregaron a Clara Rojas (“Ehh…en nombre del Presidente Chavez…estamos muy pendientes de su lucha. Mantengan ese espiritu, mantengan esa fuerza y cuenten con nosotros.”), o las innumerables amenazas del gorila rojo a Colombia para mostrar el cinismo de Pastrana, pero a mí me parecen mucho más desvergonzados los que pretenden que ese partido es otra cosa que una panda de canallas. Decir que no todos los godos están con Pastrana es como decir que no todos los nazis mataron gente en las cámaras de gas, o que los sacerdotes culpables de abusos a niños también en otras horas les enseñaban Matemáticas o Historia sagrada. 

Peor que el terrorismo
La circunstancia de que los partidos políticos colombianos practiquen ese doble juego es una tragedia peor que la existencia de las bandas terroristas. Unas minorías criminales resultarían insignificantes si hubiera un mínimo de moralidad en la sociedad que tiene que hacerles frente. No la hay, los partidos tradicionales son para los ciudadanos banderías bastante parecidas a equipos de fútbol, el contenido de lo que hacen no interesa tanto a los jaleadores como la posibilidad de que ganen, sobre todo cuando de por medio hay acceso al botín. El Partido Conservador es un promotor de las FARC, ahora mismo está bregando para premiarlas con el "Marco Legal para la Paz", pero las turbas oscurantistas creen que están persiguiendo a masones, herejes, judíos, homosexuales, abortistas, consumidores de drogas y librepensadores, y así favorecen a unos criminales encorbatados.

Solipsismo
Lo interesante de la visión de los filósofos idealistas no es tanto si el mundo que percibimos existe realmente cuanto que no importa. Lo terrible no es siquiera que esos políticos se alíen con los criminales, porque siempre ha sido una tentación de los policías hacerse cómplice de los ladrones, sino el conformismo de la gente con eso. Sencillamente viene a significar que en los demás países se pueden aplicar las leyes porque los protectores de los judíos no eran del partido nazi ni los libertarios defensores de la propiedad ayudaban a los bolcheviques. Eso sólo ocurre en un muladar en el que cualquier carnet es útil para poder acceder al botín del erario: en la práctica, como ocurre con todos los criminales eficientes, lo más "práctico" para el funcionario es no aplicar las leyes y entenderse con quienes las infringen. Lo atroz es que nadie parece demandar alternativas.

Extremismo
Tan atroz es esa realidad que cuando uno critica a un partido como el Conservador, que objetivamente colabora con los terroristas, no dos presidentes (Betancur y Pastrana) sino todo el partido en esos periodos, lo consideran extremista. Lo mínimo que se le ocurre a cualquiera es que deba haber partidos que se opongan a los secuestradores y asesinos. Ni el liberalismo ni el conservatismo ni los demás partidos cumplen esa misión, hoy en día, por el contrario, colaboran con los crímenes (baste pensar en la Ley de Víctimas, gracias a la cual Santos espera repartir la bonanza petrolera entre los abogados y las ONG comunistas, junto con las clientelas de todos los partidos). El extremismo es en realidad la extrema desfachatez de las gentes de esos partidos. Insisto, claro que muchos votantes y partidarios son personas honradas y aun víctimas de los terroristas, eso no cambia nada la conducta de los políticos.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 9 de mayo de 2012.)