viernes, septiembre 14, 2012

¡Empezó lo bueno!

Tal como señalaba en su Editorial de ayer el ex ministro Fernando Londoño, la aprobación del Marco Legal para la "Paz" tiene por objeto legalizar los crímenes de los terroristas de las FARC, y muy probablemente lo conseguirá gracias al apoyo de los partidos por los que la gente votó porque pretendían oponerse a los crímenes. Es la magia de Santos y sobre todo de esas tradiciones políticas colombianas que permiten que la voluntad ciudadana resulte interpretada al revés por los legisladores y mandatarios. Desgraciadamente no habrá respuesta eficaz a esa infamia porque la gente que no se ha vendido o que no comparte el proyecto chavista vive apegada a su caudillo, que no puede ponerse en contra de "sus" partidos, los cuales a su vez no pueden renunciar al botín con que los tienta Santos. Eso ya se hizo evidente hace dieciocho meses y lo será dentro de dos años. Ya lo verán.

Lo interesante es ir descubriendo cómo avanzará la "paz" que en buena medida ya ha negociado Santos con las FARC, bien a través de Baltasar Garzón, bien a través de su representante en Unasur, persona tan ligada a la banda terrorista como la misma Piedad Córdoba. Es decir, la reforma constitucional autoriza a Santos a negociar con los terroristas, eso no quiere decir que una vez aprobada vayan a dejar de extorsionar y matar. En realidad lo harán muchísimo más de lo que lo han hecho en los últimos meses por la sencilla razón de que se les prometió premiarlos y porque la alianza con Santos incluye la colaboración con el frente judicial y legislativo, cosa que ya se evidencia en la caída del fuero militar y en la incesante persecución contra todo el que pueda resultar un obstáculo al avance de los terroristas.

Es decir, cabe la posibilidad de que Santos calcule una reducción de los crímenes gracias a los innumerables premios que ofrecerá a las FARC, pero los terroristas se verán tentados a tomar el poder, toda vez que el presidente les ha dado ventajas para hacerlo reforzando su control sobre la justicia, la educación, la función pública y muchos niveles del Estado. La situación del Caguán se reeditará, pero agravada porque la destrucción del ejército y la presión de la propaganda irán mucho más lejos. Las campañas del sicariato universitario en Twitter anuncian una vuelta de todos los elementos de la propaganda de otros años, de todos los gestos compungidos de resignación y las intimidaciones a todo el que pretenda que se deben aplicar las leyes.

El intento de matar a Londoño Hoyos recuerda de muchas maneras el asesinato de Álvaro Gómez: a fin de cuentas ni siquiera Samper llegó a extremos tan atroces de persecución como Santos, con delitos inventados para Andrés Felipe Arias y testigos incentivados para mentir en el caso de Luis Carlos Restrepo, por no hablar de las presiones sobre Panamá para que extraditara a María del Pilar Hurtado (gracias a la cual podrían procesar a Uribe). Uno nunca podrá demostrar que el intento de asesinato fue un encargo de Santos por mucho que sea evidente, ¿acaso van a admitir alguna vez el papel de Samper en el asesinato de Álvaro Gómez? Lo único cierto es que el programa radial de Londoño Hoyos, fuertemente crítico con el sátrapa, tiene millones de oyentes y que la justicia nunca esclarece esos casos (todavía se averigua qué pasó con Galán). Más aún si se piensa que Santos negocia a medias en secreto con las FARC y sus representantes podrían haber autorizado la acción. Pero de eso es mejor no hablar: casualmente todos los valedores de las FARC son defensores de Santos, y todos ellos estarían felices si se pudiera quitar de en medio a Londoño Hoyos.

Bueno, ya ha habido muchos asesinatos en las ciudades de personas molestas para el gobierno, es decir, para las FARC, con las que Santos cogobierna. La sociedad colombiana no tendrá una respuesta democrática ni cívica, es imposible que un grupo significativo de personas entiendan que los atentados de hoy podrían ser los que estaban preparando los estudiantes de la Universidad Pedagógica a los que les estalló hace unos meses y que en realidad esa "universidad" es una sede del terrorismo a doscientos metros del lugar del atentado de hoy. Hasta a los más inquietantes ultraderechistas les parece una monstruosidad pensar en cerrar esos antros. La desfachatez de un asesino como León Valencia resulta de lo más característicamente apreciable por la gente rica y pretenciosa, a la que todos los demás quisieran asimilarse... Así.

Viéndolo bien, casi todos los países de la región tienen gobiernos de ese tipo y algunos son muy populares. Sería un milagro muy grande que en uno de los más aislados y primitivos predominaran los demócratas y el civismo. La orgía de crímenes, como he señalado muchísimas veces, será muchísimo peor y no habrá resistencia. Puede que en el próximo siglo haya alguien que entienda que la democracia requiere de partidos coherentes ligados a un ideario y a unos valores y no sólo asociaciones de rateros que aprueban las leyes que les paguen, sean cuales sean. Y que las leyes deben tener sentido y no basarse en la conveniencia de criminales como la constitución que se aprobó en 1991.

Desgraciadamente frente a los terroristas sólo hay esa burda religión del caudillo que al no poder abolir las normas por el Estado de Opinión opta por acogerse a cualquier tabla de salvación, como un criminal de larguísima trayectoria, responsable de los crímenes de las FARC como miembro del máximo órgano de dirección del Partido Comunista: Angelino Garzón. Las componendas con los partidos de la Unidad Nacional sólo conducen a la parálisis en la que florecen los criminales que cada vez más serán el sustento del gobierno de Santos.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 16 de mayo de 2012.)