domingo, febrero 28, 2010

¿Astros gemelos?

En eltiempo.com pusieron en lugar muy prominente un enlace al artículo "La autodestrucción de Álvaro Uribe", de Andrés Oppenheimer. Les interesa porque los argumentos del argentino van dirigidos a la conciencia de la gente que durante estos años ha apoyado a Uribe, y con ellos pretende explicar el error de la segunda reelección. La base de ese artículo es el reconocimiento de los grandes aciertos del gobierno, que podrían echarse a perder con el malhadado proyecto de referendo y reforma constitucional.

Esos logros (manifiestos sobre todo en el primer gobierno, pues el segundo ha estado lastrado por el intento de la segunda reelección, que no sólo amenaza la estabilidad institucional sino que distrae de la tarea de gobierno) son evidentes para los observadores objetivos o rigurosos fuera de Colombia, pero en el país los niegan la mayoría de los columnistas, cuyos artículos parecen escritos por un "superyó", no en el sentido de Freud sino en el de Lobsang Rampa: salvo por alguna frase o a lo sumo un párrafo, son idénticos.

Por ejemplo, siempre aparece la comparación con Chávez. Pero no la comparación, sino la igualación. Un poco incómodos por el rechazo que el patán de Sabaneta encuentra entre la mayoría de los colombianos, los columnistas afines al PDA llegan a admitir que es como Uribe. Algunos lo dicen con más sutileza, pero es algo generalizado. Recuerda un artículo que escribió Trotski en los años treinta sobre Hitler y Stalin, a los que consideraba "astros gemelos".

Un poco desordenadamente intentaré comparar lo que han sido ambos presidentes para sus países, sus logros y fracasos.

1. Cuando Uribe llegó al poder buena parte de los alcaldes colombianos despachaban desde las capitales porque en sus pueblos iban a ser asesinados. Extensas regiones del país estaban en manos de bandas criminales y las carreteras tenían muy poco tráfico porque la gente temía un secuestro, de los que se cometían diez cada día. Hoy en día los acaldes han vuelto, las bandas criminales han retrocedido, el Estado controla la mayor parte del territorio, las carreteras son bastante seguras y los secuestros se han reducido drásticamente.

· Por su parte, Chávez encontró un país con muchos problemas, pero en los que no había grandes organizaciones criminales o terroristas. Gracias a su gestión, las FARC y el ELN hacen presencia en territorio venezolano y cometen toda clase de crímenes contra ciudadanos de ese país. La cantidad de secuestros se ha disparado.

2. La tasa de homicidios en Colombia en 2008 es muy inferior a la de 2002.

· La de Venezuela es muy superior a la de 1998.

3. Desde que empezó a gobernar Uribe ha perseguido a las organizaciones de traficantes de cocaína, con resultados agridulces en materia de fumigación de cultivos ilícitos pero con la sujeción a la ley y la extradición a EE UU de decenas de miembros de esas bandas. De algún modo, la parte que corresponde a Colombia en ese negocio se ha reducido, siquiera sea por lo que el comercio de la cocaína se ha disparado en Venezuela.

· En 1998 la participación de Venezuela en el tráfico de drogas era muchísimo menor que ahora. Chávez expulsó a la DEA y convirtió a su país en un "narcosantuario", a tal punto que el 30 por ciento de la cocaína que circula en el mundo pasa por ese país.

4. En Colombia la independencia judicial llega a tal punto que se vive bajo la tiranía de la Corte Suprema de Justicia, dedicada a perseguir a los otros dos poderes. Pese a las divergencias y conflictos, a nadie relacionado con el gobierno colombiano se le ocurriría tener una autoridad judicial sometida al ejecutivo.

· Las instituciones venezolanas en 1998 seguramente tendrían problemas pero había división de poderes, partidos diversos y mecanismos de control del poder ejecutivo. Todo eso ha desaparecido. Sencillamente el presidente dispone del presupuesto como quiere y controla directamente los poderes legislativo y judicial.

5.
Las libertades fundamentales se respetan en Colombia. No se persigue a la prensa ni se prohíben las manifestaciones ni se excluye a opositores de los empleos estatales.

·
Todo lo contrario ocurre en Venezuela, como es bien sabido.

6.
También la educación en Colombia desde 2002 ha experimentado innegables mejoras, sobre todo en ampliación de cupos escolares y en el SENA.

· En Venezuela la educación pública ha pasado a ser puro adoctrinamiento según los dogmas gubernamentales, aunque en realidad en Colombia en buena medida lo es, lo único que cambia es que "los dogmas gubernamentales" no son los del gobierno de Colombia sino del de Venezuela, cosa que el gobierno colombiano no ha acertado a reducir.

7.
El gobierno colombiano ha intentado mejorar sus relaciones diplomáticas y comerciales con los países desarrollados y ha buscado solidaridad para combatir el terrorismo.

·
El presidente venezolano ha metido a su país en una especie de "eje del mal" con todas las autocracias criminales del mundo: la de Irak (antes de la intervención estadounidense), la de Irán, la de Rusia, la de Bielorrusia, la de Libia, la de Cuba, etc., al tiempo que colabora con organizaciones criminales como las FARC.

8.
Colombia ha ampliado considerablemente su tejido productivo, a tal punto que la bonanza petrolera venezolana ha servido para que los empresarios colombianos exporten grandes cantidades a ese país.

·
En Venezuela ha cerrado la mayoría de las empresas desde 1998, con lo que se ha acentuado la dependencia del petróleo, que está en manos del presidente. De no ser por la multiplicación extraordinaria de los precios en el último lustro, los venezolanos estarían al borde del hambre.

9.
El gasto militar ha aumentado en Colombia por las necesidades de controlar a las organizaciones terroristas, pero la recuperación del territorio y de la economía ha compensado ese gasto.

· Venezuela ha gastado cantidades extraordinarias en una carrera armamentista que sólo es despilfarro de los recursos comunes, todo en aras de los sueños de conquista del patético Napoleón de presidio que se apropió del país.

10.
El esfuerzo de la sociedad colombiana por abrirse al mundo es considerable, con diversos tratados comerciales con países desarrollados y explicaciones sobre los problemas del país.

·
El siniestro Hugo Chávez es un declarado antisemita que tiene excelentes relaciones con el tirano iraní, Ahamadineyad, el cual niega que el exterminio de judíos por el régimen nazi sea verdad. Su gobierno vive dedicado a promover el odio, bien contra EE UU, bien contra Israel, etc.
Y serían cientos los puntos que demostrarían que la comparación es indecente, por mucho que el apego al poder de Uribe amenace sus logros, por mucho que el gobierno colombiano resulte cada vez más identificable con la vieja clase política y sus vicios. Nada delata una profunda deformidad moral como la ceguera, tan típica de los intelectuales colombianos, en gran medida castristas y aliados de las bandas terroristas, ante el carácter criminal del tosco monstruo del Palacio de Miraflores.

El apoyo que recibe de personajes de la Beautiful People, o de intelectuales reconocidos, sólo delata el menosprecio que esa gente tiene por las víctimas de los tiranos. Ocurrió lo mismo en los años treinta con Stalin, que era idolatrado en Europa occidental por los intelectuales mientras mataba de hambre a decenas de millones de personas, y unas décadas después con Mao, cuya revolución cultural fue un reino de terror.

Nadie debe dejarse engañar por el supuesto distanciamiento de Chávez de diversos personajes de la izquierda democrática colombiana. Sólo es una forma de evitar el rechazo de los colombianos. La repugnante igualación con el presidente colombiano es de hecho una forma de complicidad con el tirano, y una técnica de engaño, pues los crímenes del GORILA ROJO se atribuirán a "los caudillos" y así servirán para deslegitimar a sus enemigos.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 9 de septiembre de 2009.)