domingo, mayo 24, 2020

Ideología y sociedad


Las ideologías que mueven a los colombianos son verdaderas falacias porque no corresponden a actitudes coherentes frente a la realidad sino que encubren los verdaderos intereses, y a menudo se adoptan sin prestar la menor atención al entorno real, cediendo al cómodo ensueño de que el resto del mundo es como Colombia y que lo que está en juego es una batalla de opiniones en las que sólo hace falta persuadir a los demás para que todo cambie y funcione de manera deseable.

[IDEOLOGÍA] Ideología y Sociedad era el nombre de una revista que publicaban en los años setenta la futura novelista Laura Restrepo y el economista Salomón Kalmanovitz. Las palabras del nombre de la revista parecían sólo pompa de jóvenes intelectuales comunistas con ciertas pretensiones, pero en realidad poco atentos a la semántica. ¿Qué es "ideología"? El término sirve igual para la idea de "visión del mundo", el enfoque o la "línea" con que cada uno aborda la realidad, que para la opinión o prejuicio que termina obrando como unas anteojeras que impiden ver el conjunto. Propiamente, la doxa cuya "desconstrucción" era la tarea pedagógica que Sócrates intentaba con su mayéutica, según enseñaba un profesor marxista de la misma época, Estanislao Zuleta.

[SOCIEDAD] Por idéntico motivo vale la pena detenerse a pensar en el sentido de "sociedad", pues todas las palabras encierran trampas. La sociedad en la que aflora una ideología es sobre todo un producto de la historia, y por eso cualquier "enfoque" con que se la conciba debe tener en cuenta el conjunto de la realidad y no sólo los fetiches que alguna visión preconcebida presenta. La izquierda universitaria de los años setenta no es sólo el eco de la revuelta del mayo francés y la propaganda comunista de diverso signo que llegaba al país del exterior, sino sobre todo la expresión del juego de intereses en el seno de la sociedad colombiana. El problema es hasta qué punto podemos interpretar correctamente esos hechos, es decir, objetivamente, es decir, yendo más allá de una visión ideológica.

[IDEOLOGÍA] El comunismo de Marx se centra en una visión de la historia que parte de Hegel. Antes de integrarse en la Liga de los Comunistas (grupo cuyo origen era cristiano), Marx había estado con un grupo de jóvenes "hegelianos de izquierda", y en ese contexto y época "izquierda" significaba efectivamente rechazo de las jerarquías, igualitarismo, libertad de conciencia, sufragio universal... El colectivismo tenía una larga tradición que Antonio Escohotado en Los enemigos del comercio encuentra ya planteado en el Sermón de la Montaña, y en muchas actuaciones de grupos cristianos desde entonces. El que tenga alguna duda al respecto sólo puede pensar en la Utopía  del santo católico y alto dignatario inglés Thomas Moore, donde una sociedad ideal había abolido la propiedad privada. Según Marx, el ciclo de la historia pasaba de la sociedad primitiva al modo de producción esclavista, de éste al feudal y de éste al capitalista. Tras la revolución que alentaba, llegaría la sociedad sin clases y se acabaría la explotación del hombre por el hombre.

[SOCIEDAD] ¿Quiénes eran Restrepo y Kalmanovitz y qué podía moverlos a abrazar el marxismo? En los mismos años en que publicaban su revista, ligados a un grupo trotskista del que también formaban parte otros personajes como el exministro Camilo González, los descendientes de las familias presidenciales de la República Liberal creaban el M-19 y la revista Alternativa, integrando a numerosos personajes de los más poderosos linajes de la capital (los trotskistas parecían más bien periféricos, oriundos de Cali o de otras ciudades de provincia). Pero en la década anterior el sacerdote patricio Camilo Torres había creado la Facultad de Sociología de la Universidad Nacional, también integrando a personajes de familias presidenciales más antiguas. ¿Qué hay que hacer para que la gente entienda que la universidad no es "rebelde" respecto del orden social sino expresión de ese orden, el lugar en el que la casta sacerdotal accede a grandes rentas, se reproduce y genera la doctrina que le asegura su dominio?

[IDEOLOGÍA] La superación de la lucha de clases en la idea de Marx procedía de la destrucción del Estado que protegía el dominio de la clase burguesa. A partir de entonces desaparecerían las instituciones que generaban la opresión y la desigualdad. ¿Previó que el nuevo Estado sería en realidad el dominio de una despiadada banda criminal? ¿Previó el empobrecimiento o las siniestras teorías jurídicas de Krylenko? Lo más probable es que no, sí que pensaba en una revolución violenta, pero seguramente se imaginaba a la clase proletaria organizada y solidaria trabajando en su propio beneficio. Muchas de sus teorías son verdaderas necedades, como la de la plusvalía, según la cual el empresario se queda con una parte del fruto del trabajo del obrero, como si éste fuera efectivamente el único productor (cosa fácil de concebir para un "académico" que nunca supo qué era el trabajo), o como cuando en la Crítica del programa de Gotha se imagina un futuro de trabajo voluntario, liberado de la necesidad. Charlatanería de visionario cuya autoridad se imponía por su aptitud literaria y su cultura relativamente vasta. No es sorprendente lo que cuenta Escohotado de que Molotov le comentó a Stalin que Mao Zedong no había leído El capital, a lo que el georgiano replicó que él tampoco lo había leído, Y era autor de manuales de marxismo.

[SOCIEDAD] En la realidad, los partidos socialistas guiados por las ideas de Marx nunca tuvieron ocasión de tomar el poder en ningún país industrializado, entre otras razones porque el sentido totalitario de la doctrina nunca habría atraído a mayorías que veían mejorar sus condiciones de vida año tras año gracias al desarrollo tecnológico. El mundo de la burguesía descrito en el Manifiesto comunista de 1848 tiene poco que ver con lo que era Europa en los años previos a la Primera Guerra Mundial, con sociedades mucho más ricas y una clase obrera mejor situada. El triunfo comunista en Rusia fue el fruto de corrientes muy diversas, a la vez la reacción contra el atraso y aislamiento rusos y defensa del orden jerárquico, a la vez causa y consecuencia de la derrota en la guerra. La dictadura bolchevique no encontró apoyo en las mayorías obreras de Occidente, los propios marxistas, como Eduard Bernstein o Karl Kautsky, la rechazaron. El comunismo siempre fue minoritario en todos los países industrializados y todos los intentos de tomar el poder fracasaron. En realidad, después de 1917 el movimiento comunista tenía más peso entre clases acomodadas, intelectuales, y dependía del dinero soviético.

[IDEOLOGÍA] Antes de los años setenta había otras tradiciones comunistas distintas al trotskismo de Restrepo y Kalmanovitz y al "tupamarismo" de Santos Calderón y García Márquez. El Partido Comunista se había mantenido con altibajos desde los años veinte como sucursal soviética, tratando de influir en la República Liberal y alentando la violencia antes y después del bogotazo. ¿De algún modo representaba los "intereses de clase" del proletariado frente a otros grupos? Siempre fue una conjura de aventureros pagados por los soviéticos y con capacidad de ilusionar a unos pocos adolescentes y rústicos con alcanzar poder político gracias a la ineroxabilidad "histórica" del socialismo. Nunca una facción política significativa. ¿De qué modo llegaron los grupos comunistas a hacerse hegemónicos en el interior del Estado colombiano y de los partidos políticos? Es lo que no se puede contestar con visiones ideológicas, con hormas universales que no tienen en cuenta la sociedad real.

[SOCIEDAD] Una de las cosas más graciosas de la discusión de "derechistas", uribistas o libertarios con la llamada izquierda es que "compran" su lenguaje y su visión de la sociedad. Es imposible hacer que entiendan que la "redistribución de la riqueza" no tiene la menor relación con la mejora de las condiciones de vida de las mayorías sino sólo con el reparto de los recursos comunes entre la casta de los funcionarios. No hay un conflicto "de clases" alrededor de la producción sino la sempiterna rapiña en torno a los cargos públicos por distintas banderías cuyas retóricas son máscaras grotescas. Es verdad que eso es común a Hispanoamérica, pero Colombia es más aislada. El molde de la ideología marxista se aplicaba a una realidad sin burguesía ni clase obrera ni Estado burgués. La queja de los descontentos con el comunismo tropical pasa por alto estos datos. Las causas de que sea así son muy diversas pero en últimas hay una que pesa más que cualquier otra: en la visión de Marx, la Revolución industrial y las revoluciones políticas de los siglos XVII y XVIII le abren el camino a la burguesía respecto del orden previo, en el que los viejos estamentos (nobleza y clero) frenaban el desarrollo de las "fuerzas productivas". Lo que se defiende a punta de retórica comunista y violencia despiadada es un orden parecido, aunque mucho más bárbaro, la jerarquía de castas de la sociedad colonial, pues en la historia de Colombia no hubo una clase productiva que alcanzara el mando sino que las camarillas que rodeaban al virrey, a los obispos y a los oidores siguieron controlando el país. La universidad es el refugio de una especie de clero y su papel parasitario es lo que más frena el "desarrollo de las fuerzas productivas", por usar ese lenguaje. Los descontentos no cuestionan ese orden, no quieren sociedades abiertas y competitivas con efectiva igualdad de oportunidades, sino que se sienten desplazados de los puestos y amenazados en su rango y en sus posesiones.

[IDEOLOGÍA] ¿De qué modo un discurso igualitario sirve al juego de una casta atávica que defiende sus privilegios y su parasitismo? Es sólo la continuación de la vida de siempre, la inercia mental que lleva a figurarse una novedad absoluta sin salir de la zona de confort. Habría que preguntarse qué significa en la historia de la humanidad el cristianismo, porque si se piensa en la conquista de América, en el saqueo, la esclavización y el exterminio de los aborígenes, sería lo contrario de lo que querían los primeros cristianos. ¿Cómo se acomoda la conciencia a ambas cosas? Institucionalmente se explicó la labor de conquista como "evangelización" de los indios. Los que se apropiaban de sus tierras y los ponían a trabajar gratis recibían la encomienda de enseñarles la doctrina, la religión del amor. La educación sólo es el nombre actual de la evangelización y la propaganda protege el saqueo de recursos comunes por la universidad como la satisfacción de un "derecho", noble tarea que ofrece a quien enseña el nuevo evangelio salarios decenas de veces superiores a los de la mayoría de los encomendados. La mentira no la inventaron Restrepo y Kalmanovitz, sólo reproducían algo que estaba en el enunciado del conjunto social.

[SOCIEDAD] Si uno se atiene al esquema marxista de desarrollo de las sociedades en la historia podría suponer que contra ese orden precapitalista debería surgir la clase que "actualizara" el país, y en cierta medida hay corrientes que lo anuncian, pero no existe una descripción teórica de la sociedad ni obviamente una propuesta de reforma que la tenga en cuenta. No se puede enarbolar la bandera de la religión porque a pesar de las proclamas ateas de algunos totalitarios, la verdad es que la propia Iglesia católica aplaudía la paz de Santos y muchos de sus líderes son a la vez miembros de la conjura narcoterrorista. No se puede curar un mal tradicional con más tradicionalismo. Y tampoco se trata de responder con la plantilla libertaria a una realidad en la que no hay nada parecido al estado de bienestar de Europa occidental. Si un español tiene problemas de salud el servicio público lo atiende con razonable eficacia, pero el Estado colombiano no cumple en absoluto ninguna misión semejante, el derecho a la educación consiste en la inyección de propaganda por personas cuya única aptitud es reproducirla y cuyos ingresos son elevadísimos en comparación con los del promedio de la población, cosa que ocurre en cualquier servicio público, como la justicia. El Estado colombiano sólo es una organización criminal dedicada a despojar a la población, de modo que los jóvenes que llegan a la universidad se forman para cometer secuestros y masacres gracias a los cuales se firma después la paz, en la que siempre se acuerda multiplicar el gasto en educación, es decir, en preparación de nuevos secuestradores y asesinos.

[IDEOLOGÍA] De tal modo, la cuestión no consiste en una guerra de la derecha contra la izquierda porque esos términos son falacias que en Colombia llegan a ser delirios ridículos: en cualquier otro país, la izquierda colombiana sólo podría ser extrema derecha, y tampoco se trata de enfrentar libertarios contra socialdemócratas porque los libertarios que recitan algún texto doctrinario extranjero no perciben a la sociedad real sino que para todo recetan menos impuestos para los emprendedores y la clase media sin atender en absoluto a la situación financiera del Estado ni a la realidad social. La única respuesta equitativa y libertaria consiste en reducir drásticamente el gasto estatal cerrando las universidades públicas y tratando a las privadas como a cualquier empresa. Pero pensar en eso supone volver al país del revés porque la esencia de la sociedad colombiana es esa especie de teocracia en la que los descendientes de los encomenderos acceden a rentas fabulosas por explicar sus opiniones y todo el que se siente de algún modo relacionado con los núcleos de poder aspira a integrarse en la corporación, mientras la mayoría vive en el "rebusque", en la miseria, en la prostitución, el servicio doméstico...

[SOCIEDAD] Es decir, más allá de la panacea libertaria hay realidades a las que no se atiende. Baste pensar en los líderes del partido de Uribe o en la vicepresidenta prometiendo la cobertura universal en educación superior para entender que nadie se plantea enderezar al país y asimilarlo a cualquier sociedad civilizada. Para la mayoría hay una ilusión en conseguir a costa de quién sabe qué sufrimientos que sus vástagos lleguen a ser doctores y vivan sin trabajar, o en emigrar a países donde los ingresos de quien hace trabajos duros son diez veces más altos. No hay una respuesta basada en ese criterio de equidad por el que los recursos públicos, muchos o pocos, sirven a todos y no a una minoría. Las diversas clases de derechistas son moralmente ajenos a esa cuestión, les parece de hecho algo lícito, dado que los seres humanos no son iguales. La larga campaña de los comunistas para implantar su tiranía sólo ha traído atraso y miseria, y sobre todo la adhesión de la masa funcionarial y de las clases altas a la mafia cubana, con su tremenda carga de narcotráfico y reino del crimen. El poder judicial existe para perseguir a quien incomode a esa mafia, y los medios de comunicación privados son de propiedad del clan oligárquico asociado que la dirige y viven dedicados a la propaganda, que paga el Estado, es decir, todos los ciudadanos. 

[IDEOLOGÍA] Pero los libertarios responden a eso con los argumentos de Thatcher contra los laboristas porque no están atentos a su país, porque el problema de exclusión y opresión de la mayoría (que se manifiestan en la desigualdad que registra el coeficiente de Gini y que es una de las más altas del mundo) no los afectan, dado que forman parte de la minoría privilegiada y comparten las condiciones morales de su casta, y porque la transformación que exige el país, es decir, la apertura de oportunidades reales para todos implica una batalla que no conciben. No se va a salir del tercer mundo sin cerrar las universidades públicas, sin hacer frente a esa masa violenta que saquea e intimida todos los años desde hace más de medio siglo a la ciudadanía y sostiene políticamente a las bandas terroristas y a sus mentores comunistas. No se trata de libertarismo, se trata de ofrecer y crear empleos y actividades económicas que rediman a la gente, y eso no se puede hacer con un gasto dedicado a mantener mediante el adoctrinamiento el orden del pasado. No hace falta una horma importada a la cual someter la realidad, sólo una lupa rigurosa que permita entenderla.

(Publicado en el blog País Bizarro el 16 de abril de 2020.)

sábado, mayo 09, 2020

El corazón derechista



La más odiosa de todas las mentiras que la gente cree en Colombia es la de una oposición entre izquierda y derecha, entre un bando de los ricos unidos en torno a valores conservadores y otro de progresistas que intentan corregir esa desigualdad y ese atraso.

¿Creen en esa oposición los funcionarios de la ONU, de todas las ONG internacionales y de los gobiernos europeos o la explotan para favorecer a los comunistas armados en aras de sus propios intereses? ¿Lo hacen los usufructuarios del triunfo comunista desde los años ochenta o sólo se acomodan a un orden sempiterno en el que disfrutan de los mismos privilegios de sus abuelos en un país más rico y más poblado? Lo más importante, y esto no es una pregunta: en esa oposición creen los que en las redes sociales proclaman su rechazo al comunismo. Esa confusión define la tragedia colombiana, no puede haber una oposición contra los propios valores, Harvey Weinstein no puede ser el encargado de vigilar a Michael Jackson. Lo que Colombia necesita SÓLO es parecerse a los demás países de la OCDE, a ello no sólo se oponen los parásitos millonarios de obediencia cubana, sino también sus supuestos enemigos.

Hace ya varios años publiqué un post explicando la mentira flagrante, obscena, de esa interpretación: la llamada izquierda, el comunismo, no es más que la retórica de propaganda de las clases altas de la vieja sociedad y su revolución sólo consiste en la negación de la democracia y los derechos políticos de la mayoría. Este gráfico sobre la evolución de la desigualdad a partir de la Constitución de 1991, que es el gran triunfo de la llamada izquierda, y durante los primeros años del gobierno de Uribe, debería servir para explicar esa mentira y mostrar lo que verdaderamente es esa izquierda.


En una cabeza recta todo sería transparente, indiscutible. La multiplicación del gasto público no se tradujo en una reducción de la desigualdad en el ingreso sino que por el contrario la agravó. Pero en Colombia no hay cabezas rectas sino cabezas derechistas, de modo que ¡no pueden condenar ese hecho porque el aumento de la desigualdad no les parece una mala noticia! Dicho "en plata blanca", ese cambio registrado en esa década es la realización de sus deseos, sólo que por desgracia los beneficiarios más claros no fueron ellos. En general en todas partes el aumento del gasto público significa bienestar para los más débiles, al menos es lo que ha puesto en práctica la socialdemocracia en los países de Europa sin que la derecha haya cambiado claramente eso. El hecho de que en Colombia ocurra lo contrario no lleva a esos derechistas a cambiar su visión, y su polémica con el socialismo (que en Colombia no significa lo mismo que en otras partes) se mantiene como si fuera lo mismo Petro que Felipe González. La contienda entre libertarios y socialistas en Colombia es una payasada porque esos socialistas sólo son parásitos de viejo estilo, y esos libertarios también, sólo que de un estilo aún más viejo, que respecto de lo que hace de Colombia un país bárbaro no mienten sino que aplauden esa diferencia con el resto del mundo.

El sentido de toda esa mentira ya lo expliqué en el post enlazado, pero hay algo que me intranquiliza: ¿por qué esas personas no aprueban simplemente una asimilación a los países avanzados? ¿Qué sentido tiene ese anhelo de aferrarse a la defensa de la desigualdad? No es sólo que sean sinceros, es algo profundo, es el espíritu de Colombia que cualquiera que se haya criado en el país ha experimentado en forma de crueldad, de servilismo, de arrogancia grotesca de patanes ventajosos y en resumen de dominación... De hecho, la llamada izquierda asesina, mafiosa y parasitaria es eso mismo pero ejercido con más astucia.

Conviene prestar atención a lo que significa "igualdad". Es una palabra de espectro muy amplio, nadie podría pedir en serio que todos seamos iguales porque ¿todos con el mismo color de ojos? Pero ciertamente la igualdad es el sentido mismo de todo sistema legal. Puede que los mandamientos de Moisés, y la consecuente persistencia de la nación judía, tengan que ver con ese principio en su enunciado, no hay rango que pueda estar por encima del "No matarás". En Colombia sí lo hay, baste pensar en el impacto periodístico, policial y judicial que tuvo algo como el asesinato de María Arango con el de cada una de las cientos de miles de víctimas del Partido Comunista.

Pero se me dirá que sólo se ha pensado en el sentido restringido de "igualdad" como la proximidad en el ingreso entre los diferentes grupos sociales, y así se vuelve a la discusión de otras sociedades, como si el conservador del departamento del Magdalena quisiera conservar lo mismo que el conservador de Ohio. Puede enfocarse de muchas maneras, por lo general en cualquier ciclo de expansión económica rápida tiende a aumentar la desigualdad, como ocurrió con la revolución informática, pero unos indicadores continuos de extrema desigualdad según el coeficiente de Gini en los países de Sudamérica no aluden a ningún ciclo de expansión sino a rasgos estructurales de esas sociedades.

Baste cruzar la lista de países por igualdad de ingreso con la lista de países por índice de libertad económica (que según las premias de esos derechistas debería ser la misma lista) para entender que no los mueve el anhelo de ensanchar el PIB o el desarrollo empresarial sino de proteger un orden jerárquico del que son también usufructuarios, a menudo porque han heredado propiedades o forman parte de clanes poderosos, o bien disfrutan de ventajas gracias a su "nivel de formación superior" respecto de los demás. Y es que tras el rechazo al coeficiente de Gini y a denunciar el aumento de la desigualdad gracias al aumento del gasto público está una defensa de la desigualdad que define a las sociedades hispanoamericanas: la esclavitud. El orden de castas en que han vivido esas sociedades desde su surgimiento y que ahora apenas a medias se ocultan.

Es decir, tras el rechazo a la igualdad en el ingreso parecida a la de países como Australia o Nueva Zelanda está la igualdad que es la base de todas las constituciones modernas y de la democracia. Les encanta sentirse superiores a sus esclavos y no se escandalizan de que personajes como María Jimena Duzán o Héctor Abad Faciolince vean a sus víctimas como ganado, sólo que sienten que se lo quitan a ellos.

(Publicado en el blog País Bizarro el 6 de abril de 2020.)