miércoles, agosto 01, 2012

Más sobre izquierda y derecha

Encontré este fragmento de Ortega que puede ilustrar mucho sobre la disposición con la cual hacer frente a esa discutible dicotomía:
Vivimos entre antítesis: La religión se opone a la ciencia, la virtud al placer, la sensibilidad fina y estudiada al buen vivir espontaneo, la idea a la mujer, el arte al pensamiento… Alguien, al ponernos sobre el planeta, ha tenido el propósito de que sea nuestro corazón una maquina de preferir. Nos pasamos la vida eligiendo entre lo uno y lo otro ¡Un penoso destino! ¡Prolongada, insistente tragedia! Sí, tragedia: porque preferir supone reconocer ambos términos sometidos a elección como bienes, como valores positivos. Y aunque elijamos lo que nos parece mejor, siempre dejamos en nuestra apariencia un hueco que debió llenarse con el otro bien propuesto.

Ahora bien: Las gentes suelen mostrarse demasiado presurosas en decidirse por lo mejor: Olvidan que cada acto de preferencia abre, a la vez, una oquedad en nuestra alma. No, no prefiramos; mejor dicho, prefiramos no preferir. No renunciemos de buen ánimo a gozar de lo uno y de lo otro; religión y ciencia, virtud y placer, cielo y tierra… Cierto que hasta ahora no se han resuelto las antítesis; pero cada hombre debe pensar que es él el llamado a resolverlas.
Ya en otra parte el filósofo aludía al ser de izquierda o de derecha como "hemiplejía moral", noción que esta cita puede enriquecer: no renunciemos al buen ánimo de querer al menos comprender tanto la izquierda como la derecha. Al respecto es muy llamativa la corriente transversal, de la que es un buen ejemplo el partido español UPyD, al que apoyan tanto Savater como Vargas Llosa.

Pero es que si uno piensa en lo que es la derecha la primera imagen que se le aparece es la de la arrogancia de los poderosos frente a los débiles. Es algo difícil de comunicar para los que no han vivido en otros países (ni hablar de los que ni siquiera han estado en otros países) hasta qué punto encoge el ánimo ver eso en Colombia, ese servilismo degradante de los "desposeídos" y esa vanidad brutal de los parásitos favorecidos por un orden de privilegios.

Ah, esa infamia, esas personas, en Colombia se llaman "izquierda". Los colombianos tienen cambiados los nombres de las cosas. Quien se defina como derechista por rechazo a esos izquierdistas resulta tan patético como alguien que atribuyera el maquillaje y la coquetería a las personas de voz gruesa por haberse criado en un barrio de travestidos.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 5 de abril de 2012.)