viernes, diciembre 10, 2010

Fronda y guerrilla

Engaño
Todos hemos oído eso de que "el primero que comparó a las mujeres con las rosas era un genio, el tercero era un imbécil", y muchos nos hemos preguntado cómo deberíamos calificar a quien nos lo dice. Pero cuando se oyen otros lugares comunes da rabia descubrir que son falsos desde el principio, que ya el primero que los usó hablaba a la ligera. Tal es el caso del dicho, usual entre periodistas, "La primera víctima de una guerra es la verdad"; y no porque en el contexto de los enfrentamientos no se mienta sin cesar, sino porque tácitamente se invierte la causalidad: la guerra no es la causa sino la consecuencia de la mentira. Por eso decía Cyril Connolly que "el escritor debe ser un detector de mentiras que exponga las falacias en las palabras y en los ideales antes de que maten a medio mundo". El engaño es la principal arma de los que promueven las guerras, y en el contexto colombiano la violencia persiste porque quienes sacan provecho de ella mantienen el poder de ocultarse y confundir a la gente sobre lo que ocurre y ha ocurrido.

Fronda
La causa principal de la violencia política que ha sufrido Colombia en las últimas décadas es el juego de intereses entre los grupos capaces de controlar el Estado, es decir, entre las camarillas y clanes de delfines y herederos de cargos y redes de poder, grupos cuyo origen es en cierta medida anterior a la Independencia. La forma en que dicho juego ha conducido a una sublevación sangrienta e incesante recuerda poderosamente a la fronda francesa del siglo XVII.
Frente al gobierno real, se encontraba la familia real. Gastón de Francia, eterno conspirador, no ocultaba su oposición a Mazarino, igual que su hija la Gran Mademoiselle. El príncipe de Condé y su hermana la duquesa de Longueville, querían pertenecer al Consejo real. Jean-François Paul de Gondi, futuro cardenal de Retz, coadjutor de París, era ambicioso y deseaba un cargo político y el capelo de cardenal. El Parlamento de París libró una auténtica batalla con la regencia a propósito de los impuestos. Ejerció, con frecuencia, su derecho de reconvención esperando, en vano, modificar la política del reino. Por último, París era una ciudad de carácter rebelde, fácilmente inflamable, que vivía de rentas y estaba dominada por las corporaciones.
Nada es tan fácil como para que haya una única causa de la violencia, pero me propongo demostrar que el principal factor gracias al cual persisten las bandas terroristas es esa conjura de grupos privilegiados que si bien no siempre crearon dichas bandas sí las apoyan y tratan de sacar partido, a menudo con éxito, de su actividad.

Elegidos
Las repúblicas instauradas en la América española tras las guerras de Independencia han estado sometidas a diversas formas de tiranía. En Colombia hasta cierto punto se mantuvo más que en otros sitios la alternancia y se permitió la oposición, aunque tanto los atropellos como las conjuras han reinado siempre. La forma correcta de enriquecerse es el poder político y quien lo alcanza lo mantiene a toda costa y lo lega a sus herederos. De ahí las típicas dinastías presidenciales y el continuo reagrupamiento de los que viven de la política, los también típicos "lagartos", alrededor de uno u otro heredero. Según las circunstancias, aquel heredero capaz de atraer a suficientes conjurados pero no de imponerse en las urnas recurre a la violencia, o bien saca partido de la violencia organizada previamente existente, en favor de sus intereses.

Revolución
La guerra de los ejércitos comunistas y sus frentes "civiles" contra las instituciones democráticas tiene su origen inmediato en la llamada época de La Violencia, la guerra informal entre liberales y godos de mediados del siglo XX. Pero esta guerra era también la continuación de un proceso anterior, la "Revolución en marcha" de López Pumarejo y la determinación de las masas liberales de imponer el socialismo en el país, según el rumbo que su partido había tomado desde Uribe Uribe y que había encontrado en el caudillismo fascistoide de Jorge Eliécer Gaitán su máxima expresión. La división liberal, el triunfo de Ospina en 1946 y la relativa marginación del poder de los herederos de los gobiernos de los años treinta son cuestiones que tienen mucho que ver con el conflicto de los años cincuenta. La dictadura de Rojas Pinilla y el siguiente gobierno del Frente Nacional marcaron aún más esa exclusión, esos herederos fueron aliados de los bandoleros de entonces y también de los comunistas, y de algún modo mantienen dicha alianza hasta hoy.

Comunistas
El comunismo proliferó por casi todo el mundo después de la victoria bolchevique en 1917. En Colombia ya en los años veinte se organizó un partido formado por las típicas camarillas de intelectuales y que tuvo su papel en el temprano sindicalismo, incluido el relacionado con las bananeras. A partir de los años cuarenta, el escalamiento de la hostilidad entre liberales y godos y las tensiones endógenas de las zonas de colonización atrajeron el interés de los comunistas hacia las zonas rurales, seguramente alentados y pagados por los soviéticos, interesados en reproducir la experiencia feliz de la "guerra popular prolongada" en China. Así surgió la "colonización armada comunista" y la infiltración de los grupos armados insurrectos ligados al Partido Liberal.

Guerrilla
Esa palabra alude, tanto en la historia como en el diccionario, más a una actividad que a una organización. Surgió en España durante la guerra de Independencia (que curiosamente sirvió de modelo a las guerras de Independencia que afrontaría el imperio pocos años después). "Guerrilla" es "guerrita" y se trataba de los hostigamientos de partidas pequeñas contra la retaguardia o contra grupos dispersos del ejército napoleónico. El que se llame "guerrillas" a los ejércitos terroristas ligados al Partido Comunista y a los demás grupos castristas es parte del vasto engaño que sufre Colombia por parte de esos grupos.

Dictadura
Los grupos armados liberales y comunistas asolaban el campo y se enfrentaban a las bandas rivales de godos y a la policía parcializada. El golpe de Estado de Rojas Pinilla legitimó al Estado, pues el nuevo gobierno no tomaba partido por los godos contra los liberales, gracias a lo cual fue posible la desmovilización de la mayoría de esos grupos. No obstante, era una dictadura proamericana y anticomunista. El acuerdo que dio origen al Frente Nacional rompió el vínculo entre la dirección del liberalismo y tales bandas. Pero persistían las que obedecían al Partido Comunista y que habían arraigado en algunas regiones, por entonces ya dotadas de un discurso agrarista.


Oposición
Me dice un amigo que en todas las tramas criminales que tienen que ver con la política en Colombia aparece de alguna manera Ernesto Samper, tanto en las redes de desfalcadores como en las alianzas con enemigos del sistema democrático, y me quedo pensando que eso sólo es verdad en la medida en que Samper es heredero de otro prócer de gran peso en la historia reciente: Alfonso López Michelsen: desde el escándalo de la Handel cuando su padre era presidente hasta las presiones a Uribe para que despejara Pradera y Florida, el historial de López es impresionante: de su grupo, el MRL, surgió el ELN; en las elecciones a corporaciones de 1960, su suplente fue el líder guerrillero Juan de la Cruz Varela; siendo presidente, impidió la derrota del ELN —como ha señalado muchas veces el general Valencia Tovar—; durante su gobierno se creó la tristemente célebre "ventanilla siniestra", después se reunió con los grandes mafiosos en Panamá y promovió la carrera de Alberto Santofimio... No faltará quien lo relacione con el asesinato de Galán.

Cuba
El triunfo de la insurrección dirigida por Fidel Castro en Cuba alentó a todos los revolucionarios de la región, y el planteamiento "foquista" puede haber servido de modelo a los dirigentes del Partido Comunista, o a los asesores soviéticos correspondientes, para crear las FARC con base en las antiguas organizaciones armadas del partido. La satrapía castrista ha tomado parte siempre en las actividades de las bandas terroristas colombianas, y también patrocina el núcleo principal de la fronda, a través de García Márquez. El antiamericanismo que promueve el dictador encontró un público copioso en toda la región, y en Colombia se apropió desde entonces de las universidades.

Sociología
Fue alrededor de Camilo Torres y Eduardo Umaña Luna, ambos patricios bogotanos, como se formó la primera conjura aristocrática, alrededor de la facultad de Sociología de la Universidad Nacional. El hecho de que los gobiernos entregaran a tales personajes ingentes recursos para que prepararan sus tropas dice mucho de la clase de aspiraciones que han tenido quienes gobiernan a Colombia. El mártir castrista creó un núcleo de seguidores que se hicieron dueños de las universidades y que serían el público al que la fronda propiamente dicha dirigiría a partir de los años setenta.

Anapismo
El movimiento orientado por el ex dictador Rojas Pinilla era ante todo populista y tenía fuertes rasgos conservadores. Muchos de sus activistas eran antiguos militares y policías, favorecidos años antes por el general. El aspecto antioligárquico era casi obvio en un movimiento populista, pero entre la odiada oligarquía no se hacían distinciones entre liberales y godos, y ciertamente no había la menor afinidad con los comunistas: el caudillo atraía a los descontentos y pretendía cambiar la sociedad anquilosada tras doce años de Frente Nacional. El fraude de 1970 era el paso siguiente a la campaña del "oficialismo" en su contra. La publicidad aparecida en la época de la campaña electoral en El Tiempo deja ver la feroz hostilidad que encontraba "Gurropín" entre los dueños de ese periódico. Esto último es muy interesante porque menos de un lustro después la rebelión que usaba el fraude como pretexto encontró precisamente en ese periódico un gran apoyo.

Alternativa
Las principales tensiones de la vida colombiana actual tienen su origen en los años setenta. Al terminar el Frente Nacional se abre la veda de la lucha política y los herederos de la República Liberal se aprestan a asegurarse el poder. Alrededor de Enrique Santos Calderón y Gabriel García Márquez se agruparon decenas de jóvenes patricios dispuestos a participar en la revolución: Antonio Caballero, Roberto Pombo, Alfredo Molano y muchos otros colaboran en la revista que divulgó la ideología hegemónica de las clases altas bogotanas desde entonces. La propaganda no cayó en saco roto y llevó tanto a la consolidación del M-19 como al triunfo castrista con la Constitución de 1991.

"Mecánicos"
El surgimiento del M-19 tiene mucho que ver con Alternativa: ocurrió el mismo año y tenían los mismos promotores. Tras el tiempo transcurrido resulta completamente absurdo creer que un periódico publica en la primera página
anuncios enormes de un producto del que nadie ha oído hablar sin saber nada del fabricante. Es obvio que alguien que tenía poder en el periódico favoreció la publicación de la propaganda del M-19. No importa que fueron los mismos que hicieron propaganda sucia contra Rojas Pinilla: el fraude de 1970 es un pretexto de una organización terrorista que buscaba emular a los tupamaros uruguayos, dejando atrás el esquema foquista y el de "guerra popular prolongada" y basándose en el poderoso Movimiento Estudiantil Revolucionario. La atribución de relaciones con la Anapo, sobre todo ideológicas, es una farsa interesada. Nadie más lejano a esos terroristas que los ex policías que seguían a Rojas.

Firmes
Al final de la década la fronda lanzó un movimiento político legal que de algún modo complementaba la labor del M-19: los líderes de dicho movimiento son los que dominan hoy en día la opinión en la prensa bogotana, y si bien los resultados electorales de Firmes fueron modestísimos, no se debe olvidar la categoría y consideración social tanto de sus líderes como de sus seguidores: una revolución dirigida por señoritos es como mandada hacer para la mentalidad del colombiano, en la que conviven y se "retroalimentan" el servilismo y el resentimiento. Se puede decir que a lo largo de esa década el castrismo alcanzó en Colombia la hegemonía ideológica, a la que siguió el dominio de las escuelas a través de los sindicatos de maestros, de la función pública, gracias a las diversas bandas de asesinos que aseguraban el control de los sindicatos de las empresas y servicios estatales, y poco a poco de la prensa oficial. El botín era gigantesco y ciertamente las camarillas que ejercían la rapiña eran diversas, pero la fronda de Alternativa y el M-19 contaba con mayor reconocimiento social y era intocable para los jueces, la policía y los militares, lo que le daba autoridad sobre las demás sectas de asesinos.

Carteles
El tráfico de cocaína había ido creciendo durante la década de Alternativa, pero fue en los ochenta cuando el poder de los capos mafiosos mostró sus verdaderas dimensiones. Se trataba de un nuevo actor político y contó con toda clase de alianzas, tanto de los íntimos de López Michelsen como del M-19 y sus líderes civiles. A medida que los cultivos se trasladaban a Colombia se hacía mayor también el peso de las FARC en el negocio, más debido al proceso de paz de Belisario Betancur, que les permitió extenderse por vastas regiones. Es notoria la participación de Escobar en la toma del Palacio de Justicia, y más aún en el gran pacto político que fue la Constitución de 1991, en la que se sellaba el triunfo de la fronda y se aseguraba el paso de sus "fichas" al control de la omnipotente Rama Jurisdiccional del Poder Público.

Santodomingo
El M-19 desmovilizado tenía la hegemonía ideológica entre las clases altas bogotanas, y más aún recursos fabulosos gracias a la generosidad de la nueva constitución con los organismos que la fronda controlaba, como la Universidad Nacional. No obstante, pronto empezó a llamar la atención que sus actitudes en el Congreso siempre coincidían con el interés del Grupo Santodomingo, el cual basaba y basa sus negocios en el favor estatal (como sigue ocurriendo con la resistencia al tercer canal). Muchas personas que conocían de cerca a la banda aseguran que aparte de puestos diplomáticos a los líderes les ofrecieron empleos formidables en la organización de Santodomingo, que desde esa época patrocina a todas las opciones de la izquierda democrática, desde el samperismo hasta el Partido Comunista (basta acordarse de Jaime Dussán defendiendo el IVA cero para la cerveza). Es muy probable que el nexo original entre la fronda y el empresario costeño fuera el mismo García Márquez.

Proceso
El escándalo surgido por la financiación por parte del Cartel de Cali de la campaña de Ernesto Samper condujo a una división técnica de la fronda: mientras unos se aferraban al antiamericanismo y defendían a capa y espada al presidente, como su hermano, el columnista más influyente de la época, otros preferían presentarse como críticos, al tiempo que en medio del caos prosperaban las FARC y el ELN y el surgimiento de bandas rivales capaces de las peores atrocidades legitimaba la "lucha". Se puede decir que la Constitución de 1991 había entregado en manos de la fronda castrista la mitad del poder, y que el apoyo taimado a las bandas supérstites les permitiría ensancharlo. Claro, todo eso operaba a través de la retórica de la "paz", que fue la que legitimó el despeje de Pastrana.

Caguán
Sin el proceso del Caguán sería mucho más difícil demostrar que el terrorismo en Colombia, la "guerrilla" (en realidad la guerra civil de un solo bando, que en gran medida es el dueño del Estado, contra la población, siguiendo el modelo de la Conquista), ha estado dirigido a control remoto por la fronda desde los años setenta. Pero está ahí, al alcance de cualquiera. Sólo hay que ir a una hemeroteca y buscar al azar cualquier periódico o revista de esos años para encontrar la presión incesante sobre el gobierno para que premiara las masacres, la justificación de todas las atrocidades con el pretexto de que "las partes tienen que llegar fuertes a la mesa de negociación", la descalificación ominosa de cualquier crítica al premio de los crímenes. Alguien que sepa leer entre líneas podrá encontrar sin dificultad órdenes específicas de cometer crímenes en los editoriales de Enrique Santos Calderón o en las columnas de los antiguos miembros de la fronda, de Alternativa, reconocidos y promovidos como líderes de opinión en el periódico de Santodomingo o en la revista del hijo de López Michelsen que dirige el hijo de Santos Calderón. Sólo el servilismo de los colombianos impide encontrar el apoyo manifiesto de esos medios a las actividades terroristas.

Antiuribismo
La "derechización" de principios de siglo, la resistencia a dejarse imponer las leyes a punta de masacres y secuestros, dio lugar al ascenso de Uribe y al cambio de pretexto de la fronda: la legitimación del terrorismo se dejaba a los activistas de estratos inferiores al tiempo que se gastaban los recursos públicos en promover el "intercambio humanitario". En lugar de aplaudir a las FARC, como hacían Alfredo Molano, Sergio Otálora y muchos otros personajes en los años del Caguán y antes, se calumniaba sin cesar a Uribe, cosa que llegó al clímax con la campaña electoral de este año y la reivindicación de la "decencia". Paradigmático de tal decencia es por ejemplo el caricaturista Vladdo, no por casualidad firmante de la correspondencia de Piedad Córdoba y la fronda brava con los terroristas. Pero es sólo un ejemplo: siempre que se hurga un poco en lo que anima a los antiuribistas se encuentra el anhelo de "paz", es decir, de negociaciones de paz y en realidad de resurgir de las bandas criminales. Parece una obra literaria de algún simiesco imitador de Orwell: "La paz es la guerrilla".

Mañana
Flaco favor le hacen a la democracia colombiana los que creen y aun sostienen que las FARC son sólo unos mafiosos a los que nadie ayudó a secuestrar gente en Bogotá y nadie quiere. Alfonso Cano es sólo un entusiasta líder del Movimiento Estudiantil que como responsable del trabajo sucio espera formar parte del combo de Pombo (no en balde el director de El Tiempo promovía la candidatura de Luis Eduardo Garzón en 2002, formaba parte de las comisiones del Caguán y siempre ha defendido el régimen cubano). En mi opinión, y pido excusas tanto por extenderme como por repetirme, es sólo primitivismo: parece que las atrocidades fueran ajenas a quienes las promueven. Me recuerda una noticia que leí hace tiempo: en ciertas guerras africanas descuartizan a los cadáveres, pues no hay certeza de que el occiso sea occiso: nadie ha visto la bala. Ojalá el fervor con que se tomaron los columnistas la designación de Piedad Córdoba al Nobel de la Paz, o la obstinación con que esos medios andan dedicados a buscar tramas de "ultraderecha" detrás de la bomba del 12 de agosto (Antonio Caballero lo decía sobre la de la Escuela Superior de Guerra, y toda la izquierda democrática sobre la de El Nogal), les abran los ojos. La parte principal de las bandas terroristas y de su accionar son las palabras, es la onda expansiva que en forma de mentiras y chantajes promueven los empresarios del crimen, que en Colombia son hoy por hoy los dueños de los medios de comunicación, y que dominan grandes áreas del Estado y aun tienen alianzas en el gobierno central.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 25 de agosto de 2010.)