domingo, agosto 03, 2014

El otoño del canalla


Durante el fin de semana los gallinazos se metieron por los balcones de la casa presidencial atraídos por el intenso aroma de la podredumbre

Todo había empezado a ir mal desde que se supo que el especialista en confundir a las masas a punta de rumores y bajezas servía a las mafias

Y que le habían dado varios millones de dólares por interceder ante el presidente para comenzar un diálogo que les permitiría quedar impunes

Ese mago de la maquinación perversa era conocido en todos los países de la región como un amigo del presidente y nadie se incomodaba por eso

Pero la relación con los traficantes de cocaína era algo más grave a los ojos del público que ya estaba acostumbrado a las trampas y engaños

Y así hubo que poner a trabajar a los que calumnian e insultan e intimidan en los periódicos y en las televisiones para distraer la atención

Y movilizar al funcionario que formalmente debía dedicarse a perseguir a los que delinquían pero que bajo su régimen los alentaba con fervor

Pues antes de que empezara a complicarse todo la gente aceptaba que se prometiera impunidad a unos asesinos que al día siguiente mataban más

Para eso se la hacía creer que pronto habría alivio y cesarían los crímenes a pesar de que había muy pocos cuando el presidente se posesionó

Era como si nadie se diera cuenta de que la inversión de recursos públicos en propaganda de la paz sólo servía para que hubiera más crímenes

Pero muchos empezaron a preguntarse si no era demasiada coincidencia que los más pacifistas fueran los que poco antes aplaudían las masacres

Y que tan noble voluntad de paz y reconciliación fuera al mismo tiempo un coro siniestro de odio y persecución contra todo el que discrepaba

Y cuanto más feroz era el ruido para descalificar a todo el que no creyera que la paz consistía en premiar a los asesinos más crecía la duda

Y por eso se hacía cada vez más febril la gritería y más violento el atropello y más abusiva la mentira sin poder tapar el colapso inminente

Cada vez menos personas creían que podían ser amigos de la paz los asesinos y enemigos de la paz los que les pedían que desistieran de matar

Y el presidente ya no podía convencer a nadie de que sus actuaciones no estaban acordadas con los asesinos para producir efectos controlados

Ni podía encontrar a nadie que defendiera a su gobierno aparte de aquellos que cobraban por hacerlo o que tuvieran cargos bien pagados en él

El presidente huía de la tristeza discutiendo durante horas con sus muchos asesores pero ninguno le ofrecía una salida que fuera practicable

Ni siquiera los que solían estar dispuestos a encargar crímenes o proezas de ese tipo se atrevían a sugerírselas porque nadie confiaba en él

Se quedaba mirando su cara en la portada de la gran revista del imperio en que lo describieron como un gran líder y le daban ganas de llorar

Muchos se habían hecho ricos gracias a que él era pródigo con el dinero ajeno pero todos esperaban la ocasión propicia para darle la espalda

Apareció en público para prometer la paz que refrendaban los asesinos y que se conseguiría tras su triunfo y notó que lo miraban con lástima

Habían sido cuatro años de persecuciones y montajes y falacias y bajeza sin límites y sólo los peores lo seguían acompañando por las migajas

Pero era muy raro el que no sospechaba que en otros cuatro años los aliados del presidente los someterían a todos con los métodos habituales

Una mancha húmeda se extendió poco a poco por su bragueta y la miró con desinterés como quien ha apostado demasiado y sabe que ya ha perdido

Los cohetes de gozo y las campanas de gloria anunciaron al mundo la buena nueva de que el tiempo intolerable de la iniquidad había terminado

(Publicado en el blog País Bizarro el 21 de mayo de 2014.)