lunes, junio 27, 2011

La industria del odio


Cierto señor Acevedo, columnista de prensa inclinado a defender a Uribe, afirma en su cuenta de Twitter:'
'Divide y reinarás' parece ser la consigna de muchos -con intereses propios- frente a @AlvaroUribeVel y @JuanManSantos. #unidadenloesencial
La idea de "intereses propios" ya remite a la ideología colombiana. Es deshonroso tenerlos: nada como el altruismo, que autoriza a matar, según famosa sentencia de un ex presidente de la Corte Constitucional. ¡Qué asco todo eso! "Intereses", es como si se dijera "lucro". En los otros países se tienen en cuenta los diversos intereses, pero en Colombia sólo hay generosidad y amor al prójimo.

Este caballero me resulta muy llamativo por su curioso apego al gobierno de Santos y por la tranquilidad con que proclama la "unidad en lo esencial" con el de Uribe. Bah... El mismo Uribe parece suscribir esa amable doctrina. Otros que tenemos "intereses propios", como que Colombia no vuelva a los noventa... Bueno, es que ya volvió a los noventa. Digamos, como que el retorno a los noventa no signifique el colapso total de la democracia. Bueno... Decía que algunos queremos creer que el señor Uribe no aplaude "en lo esencial" lo que hace Santos, salvo como rutina de político que no quiere quedarse solo con su Estado de opinión y con todos los usufructuarios de cargos públicos en contra, sobre todo los que pueden condenarlo en un juicio grotesco por un delito carente de sentido (¿para qué hay pues servicios de información?) y sin ninguna prueba.

De tal modo, el señor Acevedo proclama su igual lealtad a Uribe y a Santos y siente que algunos queremos dividir esa bonita unidad. De hecho cita otra perla del presidente:
"Quienes han querido sembrar cizaña entre @AlvaroUribeVel y yo, 'tacan burro' como dicen los billaristas": @JuanManSantos
Y la situación que resulta es ésta: para mí, evitando hacerme vocero de nadie más, si el señor Uribe apoya lo que hace el gobierno de Santos, es necesario estar también contra el señor Uribe. El señor Acevedo respalda al gobierno de Santos, y entonces respecto a otros comentaristas su única diferencia es sobre cuestiones personales relacionadas con el ex presidente Uribe.

Porque esos comentaristas son igual de entusiastas que el señor Acevedo de lo que hace el gobierno de Santos.

De hecho, el gobierno de Santos cogió con el paso cambiado a todos los comentaristas, sobre todo a los que eran "críticos" del gobierno de Uribe. Bah... Yo escribo "críticos" entre comillas porque esas palabras aplicadas a la vida colombiana son otra cosa. Entre los "críticos" que tiene Uribe en la prensa y los "críticos" que dispararon al abogado Fernando Vargas y sus hijos no hay más diferencia que la marca de ropa y la impunidad que tienen los primeros por sus "críticas". De hecho, ¿hay algún día en que no se lean insinuaciones de matar al ex presidente Uribe en la prensa colombiana?

Los cogió con el paso cambiado porque todo lo que los inquietaba de repente dejó de importar. El héroe moral por antonomasia, Felipe Zuleta Lleras, modelo de paladines y mártires de la filantropía, tanto que hasta amigo del señor Acevedo es, tuvo que relajarse un poco en su dolido llanto por las víctimas del crimen de Estado que según él fueron los "falsos positivos".



Ahora su valeroso esfuerzo moralizador se concentra exclusivamente en el ex presidente Uribe y en sus amigos, tal vez para no disgustar demasiado al señor Acevedo. Porque su tarea no es precisamente sembrar cizaña, sino solo denunciar al ex presidente y respaldar, como TODOS los columnistas de la prensa, al presidente.

Otro crítico con dificultades para acomodar sus convicciones a la inesperada bienaventuranza es el decano de Economía de la Universidad de Los Andes, Alejandro Gaviria, obstinado defensor de los "contrapesos" necesarios a la acción de gobierno. Extrañamente, ahora no los echa de menos. ¡Eran tan necesarios que la persecución de la Corte Suprema de Justicia contra el presidente Uribe y sus funcionarios le parecía justificable! Y parece que también era justificable la solidaridad con Macaco y Mancuso, pues respecto a las comisiones que recibieron los magistrados no ha dicho ni mu, como TODOS los comentaristas de la prensa, salvo la señora española que lo denunció.

Los contrapesos no son tan importantes hoy en día: ¿qué importa que la institucionalidad en TODOS los niveles esté hoy alineada contra el pueblo, o en todo caso contra la mayoría que refrendó la continuidad del uribismo? Ya no hay la menor diferencia entre los tres poderes ni entre ninguno de ellos y la prensa, la universidad, el emisor, etc. El consenso es absoluto, e incluso cuando se puede encontrar un recurso que pudiera desalentar a los asesinos (que atentan contra Fernando Vargas pero con mayor entusiasmo lo harían contra Álvaro Uribe), como sería el caso de la evaluación de los logros de la política social, el decano explica graciosamente por qué no aludió a tal hecho como resultado de la política de Uribe:
No quisiera convertir esta discusión en un debate sobre Uribe, no sólo porque me parece innecesario e inocuo sino también porque, creo, este tipo de debates contribuye muy poco a entender y resolver los problemas. Los logros mencionados, así como los problemas, tienen un carácter estructural. No son hechura exclusiva de un gobierno.
Afirmaciones cuyo encanto resulta irresistible cuando provienen de un columnista del periódico de Santodomingo, órgano que no oculta su debilidad por Ernesto Samper y su gobierno, ¡que resultan teniendo que ver en esos logros pese a que en su tiempo la pobreza y el gasto público llegaron a ser el doble al final que al principio! De tal nivel es la desfachatez de nuestros próceres. El decano sólo se distingue del humanista Zuleta por la ortografía y los conocimientos estadísticos.

Pero en fin, el señor Acevedo tal vez vería sólo afán de dividir y sembrar cizaña. De ninguna manera admitirá que la obra de gobierno del señor Santos efectivamente complace a TODOS los enemigos del anterior gobierno por su contenido: alguna conspiración tendrán entre manos cuando es tan clara la "unidad en lo esencial".

Viéndolo bien, no veo modo de disuadir al señor Acevedo de sus convicciones. De modo que sólo señalaré, para respaldarlas, las perlas más llamativas de esos entusiastas del gobierno de Santos que al parecer siembran cizaña por cuestiones personales, pues ¿cómo es que no quieren ver problemas en el noble gobierno que continúa la obra de Uribe? Por ejemplo el citado pensador Zuleta Lleras no vacila en defender la justicia con perlas como ésta:

Claro está que uno lee esas maravillas con sorpresa pero fácilmente olvida que muchos lectores no han tenido la suerte de poder limpiarse lo colombiano. ¿Están manchados de sangre los votos de los habitantes de las grandes ciudades que mayoritariamente apoyaron a Uribe en 2002 y 2006 y en 2010 eligieron al defraudador porque creían que era continuador de su obra? ¿De qué modo ocurre eso? ¿Cómo se entiende? Así es toda la opinión de este líder colombiano. Claro que Alejandro Gaviria le reprocha su apego a los rasgos de las clases distinguidas, sin duda porque esa clase de "argumentos" los suscribe, tal como citaba con entusiasmo la perla de otro sicario más repulsivo aún que Zuleta, Héctor Abad Faciolince, en la que decía que Uribe mandaría matar a la señora Hurtado si se quedaba en Colombia.

Claro que leyendo un poco más el perfil del Gran Zuleta se encuentra otra diferencia notable con Gaviria: el valor.
Los invito a buscar en cualquier escrito de Gaviria una adhesión tan franca y leal a la ex senadora perseguida por el procurador, a la que no sólo apoya el adalid Zuleta, sino muy probablemente el señor Acevedo. En todo caso, también la apoya el gobierno de Santos, que llevó a la presidencia de Unasur a una compañera de fatigas de ella, que nunca la ha condenado, que es aliado del gobierno venezolano para el que trabajará ella, etc. ¿También el señor Uribe la apoyará? Nunca se sabe.

Uno podría extenderse infinitamente juzgando con cientos de ejemplos parecidos la objetividad de Zuleta, que es la misma de la mayoría de los comentaristas de la prensa. Claramente es el motivo por el que les pagan, pues no son fanáticos ni apasionados veedores cívicos sino profesionales del "periodismo" que hacen propaganda conforme a intereses particulares de sus patronos y viven rodeados de lujos gracias a su profesión.

Por ejemplo, Gonzalo Guillén fue incluso corresponsal en Colombia del Nuevo Herald. La objetividad de su "información" supera a las de Gaviria y Zuleta. El enlace del primer trino es de una página abiertamente fariana.


Perdón por insistir tanto: esto es jartísimo, más para mí que tengo que copiar las perlas de estos "periodistas", pero sobre todo es jartísimo sospechar que el lector no ve ningún problema, como si ser colombiano de por sí conllevara una forma de subhumanidad inverosímil. Lo que no se puede decir es que Guillén sea de alguna manera crítico del gobierno de Santos. De hecho, es uno de sus principales valedores. ¿En qué idioma hay que hablar para entender que el señor Acevedo está en ese mismo bando y sólo contribuye a la tarea de Santos de desactivar cualquier resistencia de Uribe o de sus seguidores?


Claro que esa combinación de entusiasmo por Santos y su gobierno y persecución obsesiva, sanguinaria, con abierta incitación al asesinato es la norma en la prensa colombiana. Otro gran periodista, Héctor Fabio Cardona, director del informativo de NTN24 y subdirector de la cadena, lo confirma. Añado otras perlas para que el lector entienda qué clase de discurso acompaña a tales reflexiones.



Es difícil entender o imaginarse qué es lo que defiende el señor Acevedo, más allá de su amistad con Zuleta Lleras. Sobre todo es difícil saber si el ex presidente Uribe está con él y con Santos. Pero en cambio es muy fácil saber que uno NO está en el lado del señor Acevedo. Que si dos políticos del Partido Liberal conservan una "unidad en lo esencial" más bien habrá que desconfiar y ponerse en contra, que ciertas campañas de medios como los dependientes de RCN tienen por objeto complacer al gobierno de Santos en su persecución al uribismo y que toda esa marea incesante, enfermiza, de odio es un producto de las mafias, tanto de las que trafican con cocaína como de las que se reparten los recursos públicos.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 16 de marzo de 2011.)