martes, enero 25, 2011

¿Será?


Cada día que pasa —y más rabiosamente desde que se posesionó Juan Manuel Santos—, Colombia parece más una universidad pública colombiana: un sitio en que a todas horas hay griterías y tumultos de grupos de exaltados que a la primera ocasión matan a quien se les atraviese. La única diferencia es que la bulla tiene lugar en los medios de comunicación, donde los mismos que organizaban a las turbas de delincuentes juveniles tienen potentes megáfonos para llenarlo todo de su ruido y dar órdenes equívocas a su público.

El objeto de ese ruido es ante todo confundir: crear la sensación de que algo importante está sucediendo y el temor a verse afectados. Exactamente como cuando salen los estudiantes a quemar buses y a matar policías, no va a haber nadie que les diga que eso no está bien. Y lo que sucede, lo que motiva el ruido, es la increíble persecución contra el uribismo, sin la menor duda promovida por el gobierno, que con ese fin buscó la alianza del partido de Piedad Córdoba, Ramiro Bejarano y Felipe Zuleta, que por algo ha sido aplaudido por cuanto calumniador e intimidador contribuye al ruido.

Pero los embates de la campaña prevaricadora y el ruido que los acompaña también son el decorado de otra cosa: de un plan sistemático de exterminio que en parte ejecutan las FARC pero que sin duda dirigen los mismos que encargan y pagan el ruido y las medidas desvergonzadas de la Fiscalía y la "Corte Suprema de Justicia".

La colaboración del gobierno Santos se evidencia en el hecho de que los "temas" de las campañas de calumnias que acompañaban a la "ola verde" se han olvidado por completo. ¿O alguien recuerda muchas alusiones recientes a los "falsos positivos" o a la Operación Fénix? ¡No, el terrible crimen es que se interceptaran las comunicaciones de unos personajes que obviamente obran a favor de Chávez, los terroristas y los mafiosos (si es que tiene sentido distinguir un concepto de otro) y que si se pudiera investigar resultarían copiosamente ricos gracias a sus medidas contra el uribismo!

Claro que las distintas conversaciones interceptadas al presidente y publicadas por esos medios NUNCA han sido motivo de investigación. ¿O alguien recuerda que se quisiera saber cómo se conoció la conversación que terminaba con el famoso "le parto la cara, marica"? ¿O la interceptación de la conversación del general Rito Alejo del Río y Fernando Londoño que publicó Noticias 1 y que todavía se encuentra en el portal de ese programa? Las "chuzadas" son el último pretexto de una persecución que a toda costa debe dejar tranquilo al presidente Santos.

¿Qué más va a hacer falta que muchísimo ruido en todos los noticieros y en las portadas de la prensa para que la gente no preste atención a la terrible catástrofe que es para un país tener unas instituciones de justicia que casi abiertamente proclaman su venalidad y su sesgo perverso? De hecho, ¿no es algo que la sociedad colombiana ha tolerado? ¿O cómo es que se encarceló tantos años a un inocente por el crimen de Galán? ¿O que ocurriera lo mismo con el de Álvaro Gómez? ¿O que las presiones de todo tipo determinaran que Fabio Ochoa y Gilberto Rodríguez Orejuela, presos en España en los ochenta, fueran extraditados a Colombia, donde quedaron libres enseguida?

El gobierno de Uribe fue un intento meritorio de hacer reinar la ley en contra de ese tradicional dominio del crimen, que se había puesto de manifiesto en el statu quo que imperó durante los gobiernos de Samper y Pastrana: expansión incesante de la producción de cocaína y de los ejércitos que la protegen, y colapso de las instituciones, sometidas a las redes de poder que prosperan gracias a la cocaína y a otros negocios rentabilísimos como la extorsión y el secuestro.

A estas alturas se puede decir que la mafia ha vuelto a mandar, y que su primera tarea es el exterminio del uribismo. Seguramente todo eso lo incentivan Chávez y los capos del tráfico de cocaína, como señalaba hace poco Andrés Felipe Arias. Pero encuentran terreno abonado en la clase de gente que se "forma" en las universidades, y que sirve de caja de resonancia.

Al lector interesado lo invito a prestar atención a todo lo que denuncia el ex asesor presidencial José Obdulio Gaviria en este audio:


Pero más a las noticias que rápidamente son ocultadas por la prensa: el asesinato del sindicalista Germán Restrepo casi no mereció atención, tal como el de los dirigentes negros de Urabá Manuel Moya y Graciano Blandón. La prensa colombiana anda ocupada en noticias de más trascendencia:


El recurso al complejo de inferioridad de los colombianos, que creen que las opiniones de gente rubia que no sabe nada de lo que pasa en Colombia deben importar más que las de ellos mismos, es penoso, así como las vulgares campañas del Trust Münzenberg (en Europa pueden vivir hasta diez mil miembros de las FARC y las demás bandas criminales, y puede haber varios millones de simpatizantes: ¿qué noticia es que dos o tres de ellos creen una "organización" y firmen lo que sea? Podrían ser fácilmente 5.000 organizaciones y no significaría nada). Pero lo realmente grave es la falta de respeto a los lectores: el redactor parece un estudiante manifestándose por la calle 26, tal es la consideración que tiene por los lectores.

No obstante, hay un pequeño problema que lo complica todo. Es que a pesar del ruido Uribe sigue siendo el político más popular en Colombia y sin duda puede determinar la elección de los principales alcaldes y gobernadores en 2011. ¿Qué es lo que se hace en Colombia cuando un político afecta los intereses de las familias dueñas del Estado? No hace falta mucha imaginación: ahí están los casos de Galán y Álvaro Gómez.

La desgracia de los colombianos, deformados en los centros de estudio y desinformados por la prensa es que parece como si no pudieran darse cuenta de que quienes encargaron esos crímenes tenían algún fin, que seguramente no sería retirarse de la política y renunciar al poder.

Respecto a Galán, a toda costa pretenden que la responsabilidad se acabe en Pablo Escobar, pero los testimonios demuestran que al mafioso lo aconsejaba Santofimio. ¿A quién representaba Santofimio? Puede que tuviera alguna amistad con la familia dueña de la revista que pretendía exculparlo. Puede que a fin de cuentas Escobar fuera sólo un ejecutor de un encargo superior.

Lo mismo se podría decir de Álvaro Gómez: al respecto son más claros los testimonios y la relación de los sicarios con el poder político, pero ¿no ejercen los acusados de maestros de moral en la prensa y no son hoy por hoy aliados del presidente Santos?

Lo interesante es la comunión de intereses entre los beneficiarios de ambas muertes. Como si fuera una vieja costumbre, como si tras la muerte de Gaitán estuvieran también aliados. Como si utilizaran la amistad con la dictadura cubana y la protección y legitimación que brindan a las tropas terroristas para asegurarse el poder.

Esa trayectoria de los políticos, los jueces, los periodistas y hasta el público prácticamente asegura que intentarán a toda costa asesinar a Uribe. Y necesitan hacerlo antes de las elecciones, para impedir que controle la designación de candidatos a alcaldías, gobernaciones, consejos y asambleas departamentales. Y aun antes de que la ruptura con Santos sea manifiesta, para que el actual presidente pueda quedar como su heredero.

Y para eso necesitan "poralizar" el país, movilizar a las víctimas de la "educación" y a los propagandistas, a los exaltados y a los cínicos. De hecho, una antigua editora de Semana escribió un artículo con todos esos elementos intimidatorios contra el ex presidente, cuya existencia quisiera suprimir. Cuando comenté esas insinuaciones, recibí dos respuestas formidables de activistas muy representativos de los foros de ese periódico:

De modo que prácticamente queda claro cuál es el objetivo de la algarabía del odio: quieren preparar a una chusma de asesinos envalentonados que les sirva de amortiguador cuando le hayan "hecho la vueltica" al ex presidente. Y van probando a ver si la cómica y siniestra persecución judicial les funciona.

Que nadie diga que no se lo esperaba.

(Publicado en el blog Atrabilioso el 27 de octubre de 2010.)