viernes, septiembre 02, 2005

El paisaje soberano

Desde que me volví lector habitual de la prensa me ha llamado la atención el papel del columnista Andrés Hurtado García porque me resultaba un poco difícil de clasificar, al mismo tiempo un crítico apolítico de la corrupción y un enamorado del paisaje con cierto lenguaje de ecologista. Claro, nunca me fascinó especialmente porque cualquier personaje de estilo clerical me despierta mucha desconfianza, pero tampoco lo encontraba aborrecible, sin duda por estar atento a los que ordenan masacres desde sus columnas.

Han sido noticias más bien recientes las que me han permitido formarme una idea del personaje. Una idea que espero describir en este post, no tanto por él sino porque cada día compruebo que en Colombia, como si no hubiera ya suficientes plagas, hay un terreno abonado para un tipo de discurso nacionalista.

Es una situación un poco rara, porque Colombia es el país central y el más poblado del área andina, por eso es poco frecuente la enemistad con los vecinos y el fermento de odio que hay tradicionalmente en Ecuador contra Perú, en Bolivia contra Chile, un poco en Venezuela contra Colombia y en El Salvador contra Honduras. Ese enemigo inmediato no existe y en cierta medida la "identidad" termina siendo un poco más difusa. En otro lenguaje, el nacionalismo tradicionalmente es menos virulento. Eso sí, es casi absoluta la unanimidad antiamericana, como en todos los lugares donde hay atraso o desmoralización.

Digo que todo esto es un poco novedoso para mí porque las diversas facetas del personaje no tenían para mí mucha cohesión hasta que publicó una COLUMNA dedicada a la extradición que es un retrato de cuerpo entero del personaje.

En la última semana he discutido varias veces sobre esos temas relacionados con el nacionalismo en el blog de Atrabilioso, y de nuevo he tenido pruebas de esos instintos nacionalistas. Pero para colmo en los mismos días saltó al aire la discusión sobre el logo que sacará a Colombia de la miseria, y después de mucho pensarlo llegué a la conclusión de que por los motivos que sean esa campaña, absolutamente inútil para vender más productos colombianos, sí tiene su impacto sobre la población del país: es propaganda nacionalista, con el añadido de que no falta el sueño de convertir a Colombia en una empresa.

Volvamos a Andrés Hurtado. Poco a poco uno va descubriendo que su amor por el paisaje es también amor por el país (cita de Atrabilioso):

... aprendí con él a querer y a respetar este país, a recorrerlo y a amarlo.

y que ese país que se recorre es el mismo que se respeta y se ama: si a uno lo invitan a recorrer los alrededores del Salto del Ángel, "respetar", "recorrer" y "amar" se convierten en otra cosa. Eso va entrando en una simbiosis con la comunidad que propiamente es el viejo Blut und Boden (sangre y suelo) de los nazis. Así, la serranía de Chiribiquete se va volviendo un atributo de "Colombia" como el Aconcagua es un atributo de "Argentina". Yo debo amar Chiribiquete más que el Aconcagua, porque tengo el deber de amar a mi país. Si los extranjeros aman a Chiribiquete, ESO NOS INCLUYE A NOSOTROS, es decir, Chiribiquete, que no han visto ni el 1 por ciento de los colombianos, ni el 1 por mil, es un atributo que lleva uno en cuanto es colombiano.

Yo no sé nada de Chiribiquete, y me interesa muy poco saberlo, como me interesa muy poco saber cosas de Yellowstone o del Kilimanjaro. Pero ahí ya empiezo a ser... molesto. ¿Qué se hace con la gente que no ama a su país? Si pienso en la música que se produce en Colombia, casi toda me parece horrorosa. Mmmmmmmmmmmmmm.

Porque es que después de que el paisaje es parte de nuestro ser también lo es la cultura: no hay una cultura que pertenece a nuestra elección, en todo caso no debe haberla, porque en cuanto patriotas que amamos y recorremos nuestro país también somos felices participando de las costumbres compartidas.

Eso es sumamente importante porque la llamada de la tribu siempre incluye esa destrucción del espacio de la individualidad: la "identidad" es la identificación con esos referentes compartidos y en realidad la adhesión a cierta noción de país que es la de los hitlerianos.

Es cuando se descubre el papel del columnista: nunca es crítico con la guerrilla porque esas críticas socavarían la cohesión que tenemos todos con los ideales que son los de nuestra patria. Aborrece más que nadie a los corruptos, pero extrañamente todos los políticos le parecen corruptos, tal vez porque su agudo sentido crítico le permite ver que es así, pero ¡qué curioso!, tampoco echa de menos unos políticos de un partido al que él respetaría y apoyaría. Sólo queda el registro de su desprecio por los políticos y sus mañas.

No, no es sólo un recurso demagógico para agradar a los lectores. Es algo más profundo.

Es que el nacionalismo es incompatible con la democracia. La democracia es el respeto a aquello que la gente eligió. Si los políticos son ladrones se los debe juzgar y no volver a votar, pero es que cuando SÓLO PUEDE HABER LADRONES, se está sugiriendo que los políticos sobran. Chiribiquete nos exige otra cosa.

Me gustaría que algún lector recordara una sola vez que el personaje haya manifestado el menor respeto por el sistema democrático. Pero es que si se habla de ecología, de nuevo aparece el mismo elemento: recuerdo una ocasión en que hablaba del Protocolo de Kioto: la ocasión perfecta para la diatriba antiyanqui desde la superioridad del ciudadano honrado que no acepta ese crimen de que EE UU no lo firme.

¿Es que acaso los colombianos no tenemos dignidad para no levantarnos a protestar porque no se firma ese protocolo? Es que... ¿cuántos colombianos tienen la menor idea del contenido de ese protocolo y de los motivos científicos por que EE UU no lo firmó? ¿Cuántos colombianos se enteran siquiera remotamente de lo que significaba realmente la propuesta de Bush de ralear el bosque para evitar los incendios? Jajajaja, uno los ve todos los días, el país con más criminalidad per cápita del mundo, el país con más iniquidad cotidiana, con más cinismo en sus intelectuales, con más bajeza e inclinación al atropello en sus jueces, con más indolencia y mala intención en sus maestros, con más parasitismo en la función pública, no es posible encontrar a una persona que no se sienta infinitamente superior en conocimiento y moral, por no hablar de estrategias ecológicas, que todos los estadounidenses, empezando por su presidente.

En la mencionada discusión en el blog de Atrabilioso salió a relucir el tema de la soberanía: como se hablaba del secuestro y las presiones de las FARC para hacerse elogiar por prometer que a lo mejor si tienen suficiente reconocimiento y humillación de la sociedad se avienen a sentarse a hablar par ver si les place intercambiar a 500 terroristas por unas decenas de personas honradas. Yo sugerí que ante la ineficacia de lo que se había hecho sería deseable una intervención masiva de EE UU, de profesionales de la guerra (cuerpos de élite, marines, navy seals, boínas verdes, etc.) en las zonas en que se ocultan los narcoterroristas. Ahí fue Troya.

Según Atrabilioso, eso sería lo peor que podría pasar. ¿Peor que el triunfo de las guerrillas? La gente que lee ese blog no contesta por mucho que se la interrogue, de modo que no quedó claro si era algo compartido por alguien. ¿Está peor Panamá de lo que estaría con Noriega?

Es que hay una soberanía sagrada que pertenece al suelo, atributo de la patria. No es que un déspota ligado a las mafias violente la soberanía y desconozca los resultados de las urnas, sino que un Estado extranjero pisoteó el sagrado suelo de la patria.

Esta gente no tardará en encontrarse con las FARC, pues éstas sí han emprendido la guerra antiamericana y son consecuentes en ella, y el modelo de sociedad que pretenden imponer excluye a los políticos corruptos y a los traidores que no aman los símbolos de la patria. De hecho el propagandista de las FARC que escribía en el foro de Caracol sólo hacía propaganda nacionalista, nunca comunista.

Después en varios blogs surgió la discusión sobre el nuevo logo de promoción de Colombia en el exterior: de nuevo en el de Atrabilioso salió, esta vez de otra persona y con un planteamiento menos belicoso, otra presentación del mismo nacionalismo. Más ingenua en cuanto se escribe sin pensar, y mucho más peligrosa si llegara a tomarse en serio.

Resulta que un país no es una empresa porque una empresa es una organización productiva con ánimo de lucro y un país no podría ser eso. Un país no tiene dueños, y no se puede decir que lo sean sus ciudadanos: no son dueños sino habitantes. Y los empleados del Estado en su gran mayoría, salvo los maestros y profesionales de la salud, trabajan controlando a los empresarios. ¿Qué hace la empresa con los empleados indisciplinados?

Pero sobre todo una empresa no puede ser democrática: es un terreno donde manda el dueño y sus intereses. Sólo es que en medio del entusiasmo nacionalista se pierden esos detalles y se le abre el camino a los herederos de Andrés Hurado.

Es un peligro que puede tomar forma en cualquier momeno, como si los sueños de Carlos Lehder llegaran a hacerse realidad dos décadas después.

7 comentarios:

  1. Creo que respecto a Andrés Hurtado debería dejar la paranoia. Respecto a ÉL, digo, no contra lo que pueda representar. El tipo siempre ha estado orgulloso de los paisajes que ve y propone que sea usado para el "discurso nacional". La idea no es en absoluto original. Ni siquiera sería Colombia el primer exponente de esa vaina.

    El historiador Murilo de Carvalho (brasileño) ha hablado del "particular" nacionalismo de Brasil, que llama edénico. Y lo compara con cosas como que la policía no tenga legitimidad, que la gente no confíe en el gobierno y otras cosas que, según él, solo pasan en Brasil.

    Pero no es para llevarlo tan lejos para hablar de, no sé, fascismo ecológico.

    El caso es que no es la primera vez que se haya oído hablar de algo así.

    Respecto al loguito, tampoco hay que darle mayor trascendencia: 1. una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. una cosa es el loguito y otra el nacionalismo, el saludo a la bandera, etc. 2. aquí, a la larga, nadie cree en nada, ni en nacionalismos "buenos" ni en los "malos".

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  2. Para Juglar del Zipa: no entiendo muy bien la diferenciación entre Hurtado y lo que pueda representar, lo que usted nombra, tal como lo nombra, es lo que desapruebo y temo, el que los paisajes bellos se conviertan en un motivo de afirmación nacional, el que el suelo provea identidad.

    No hay plaga moral que no azote a Colombia: un racismo espantoso, antisemitismo como en la edad media, supersticiones delirantes, antiamericanismo como en cualquier imperio fallido tipo Francia o Alemania, retórica totalitaria que ni en Cuba llega a tener tantos adeptos. Lo que falta que tome forma es un discurso nacionalista de ese tipo, que en lugar de la ciudadanía y el respeto al régimen de libertades y a las urnas se apegue a mitos de comunión forzosa.

    Hoy en día las amenazas a la estabilidad que hay en el mundo suelen tener que ver con esa defensa de la identidad: es que esa identidad es el modelo de proyecto vital previo a la globalización, el que salen a defender los wahabitas y después todos los que temen que la mujer se les rebele en todo el mundo musulmán, el que sustenta el delirio nacionalista-mafioso en el País Vasco, el espeluznante ascenso del BJP en India, etc. No otro es el discurso de los nacionalistas colombianos: en lugar de superar los graves desajustes de la sociedad, la miseria y el atraso y la opresión de la mayoría, se inventa un mito ridículo de las raíces propias que sólo es la patochada mayor, el intento de ceguera voluntaria más penoso y absurdo.

    En última instancia, y lo he intentado demostrar con las alusiones de Hurtado a los políticos y con el post reseñado sobre la extradición, lo que se ataca es el sistema democrático: la comunidad hermanada y unida en torno a su logo, sabiamente dirigida por su orador, es lo contrario de un sistema de libertades. La adhesión forzosa a unos rasgos del carácter emanados del paísaje son el fascismo puro, no tiene nada que ver la ecología, que es otra excusa. Yo en EE UU he visto más civismo ecológico en la gente ordinaria que en Colombia entre las elites culturales. Pero el orgullo de tener tal o cual paisaje no tiene nada de ecológico, es nacionalismo del más vulgar, y si se relaciona eso con rasgos de la comunidad, pues ya se tiene el sustento de cualquier delirio nazi.

    El único sentido de logo es ese marketing interno, ese llenar de orgullo al colombianito porque su país es "pasión" y sale a proclamarlo ante el mundo. A lo mejor una campaña bien llevada mejora los ingresos de nuestras compatriotas emigradas que venden pasión.

    Y lo de que nadie cree en nada me resulta inverosímil: ¿cómo explicar la creencia en que Shakira o Juanes son grandes hitos de la música? ¿Y la suposición de que los triunfos de Montoya van a mejorar en algo la vida del país? Si en algo se cree es en curar con milagros, con proclamas, con velitas, con fetiches milagrosos los problemas del país.

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  3. Anónimo2:57 p.m.

    En realidad Colombia esta muy lejos de llegar a una identidad y conciencia nacionalista real y normal, como en todos los otros paises que la tienen o la identidad regional en estos. Por eso el llamado que hoy surge al respecto, en tantos, incluyendo a usted. Ahora, los extremos siempre terminan degenerando lo que se intenta balancear/democratizar. Pero un poco de sazon lo que produce es eso, componer el medio. Porque lo complementa, ni lo excluye ni lo arraiga ni lo concentra en un solo y peligroso punto, como el fascismo.

    Estoy en desacuerdo con su sugerencia o calificativo de 'hitleriano' a Atrabilioso. Me parece que conduce su blog en forma democratica, dentro de lo cabe en un medio propio que esta abierto al publico, y en el que indiscutiblemente saldra a relucir ciertas posiciones personales. Lo que si se ve claramente como fascismo hitleriano es la posicion de alguien como Antonio Caballero, y sus emulos en el medio que lo publica. Sin embargo, lo mas dañino es el camaleonismo de que hace uso para encubrir su opinion, y su adoctrinamiento de visos histericos.

    Otra cosa, no olvide de quienes somos descendientes, y de la 'comunion' de estos ancestros con la naturaleza. En mi opinion, esta bien el querer, disfrutar, sentir orgullo de esa naturaleza. Pero lo totalmente contradictorio y requete malo es que en unos casos se proteja en parlas de columnas, pero se ignore la destruccion de lo mismo por la narco industria.

    En la misma linea de necesidad de aglutinar un consenso mas nacionalista que el hoy existente, comparable a tribus/clanes/carteles, y que mueva a esta masa desintegrada en individualismo excesivos y dañinos, esta la idea de organizar en forma mas productiva al pais. De ahi la comparacion a una empresa: organizada, engrasada para que produzca legalmente. Esa idea me es atractiva, porque los dividendos de esa empresa se reinvierten en mejorarla, pero si se los roban, y que no es cuento, la empresa quiebra. Y ojala eso corruptos empleados terminen, como corresponde, en la carcel.

    O sea, las analogias, son propositivas, bien intencionadas, y validas dentro de una discusion abierta, que no es mas que eso. Y no son leyes que se estan imponiendo desde ese blog y sus 'habitantes'.

    Igual ocurre con usted, si quiere imponer su vision, hacerla ley en los foros y blogs, seria considerado fuera de contexto, y de tendencia fascista.

    Esta bien que usted exponga sus razones y criticas, pero me parece mas util que se prevenga de nacionalismos mal intencionados y que ocurren a diario con impacto negativo: como el de Chavez, como el de los grupos armados, y como el solapado que se da en blogs colombianos, contra colombianos que estamos aportando mucho mas que los locales. Ejemplo, el de Juglar del Zipa que opone el que nosostros, los que vivimos en USA, opinemos en los medios colombianos o asociados a estos. Eso si es criticable, pero lo deja pasar usted. En que queda entonces?

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  4. Para María Teresa:

    Bueno, es que la forma en que los demás países tienen su "identidad" varía mucho y es algo que da para discusiones infinitas. En la mayoría de las naciones viejas predomina un nacionalismo que sólo es estrechez de miras y decadencia. En el extremo opuesto, el ascenso de las mejores naciones de Europa partía de la admiración por lo extranjero, de Roma durante varios siglos, de Italia, de Grecia... El nacionalismo es un atentado contra los valores universales, el nacionalista no puede pensar si la música de Handel es mejor que la de Purcell porque no podrá separar la noción de belleza de la reivindicación nacional.

    Entonces, el déficit de nacionalismo de los colombianos me parece algo más bien sano, una percepción cierta de estar en la periferia del mundo y de tener mucho que aprender de las demás naciones, de las más antiguas y más próximas a la transmisión de la herencia universal. Ya he explicado en otra parte, en el comentario sobre Thoreau y Collazos, esa condición de arrabal de la aldea global que afecta a toda Latinoamérica y a toda África y a buena parte de Asia.

    Lo problemático es la identidad, la idea de una autodefinición que parte del afán de proclamarse los mejores. Nunca en nada da más lástima el colombianito de a pie que en esa creencia. Ya no se trata de la adhesión a la comunidad y el anhelo de que prospere, sino de un mito delirante.

    En lugar de la "identidad", valor que sin remedio fuerza la noción de exclusión de la disidencia, yo creo que hay que promover la ciudadanía, la cohesión alrededor de unas normas y unos intereses comunes, admitiendo la diferencia y la diversidad de valores.

    El "fascismo" es un término que se ha usado para toda clase de fenómenos muy diferentes. El original era una especie de patriotismo con fetichismo del Estado que daba por sentada la comunidad en un país recién fundado y lleno de diferencias abismales entre las regiones y las clases, por no hablar de la inestabilidad endémica. No se trata de concentrar las cosas en un punto o de ser extremistas o no, sino de esa ideología nacionalista concreta de ese momento, que tiene variaciones en todas las sociedades en que ha aparecido. Sencillamente el nacionalismo es un retroceso brutal a la tribu y no hay sociedad que lo haya sufrido y no haya terminado en guerras y opresiones espantosas. También el comunismo más perverso era sobre todo nacionalismo, el "jemer" es el nombre de una nación antigua que se asentaba sobre la actual Camboya, y servía de mito a los psicópatas comunistas de Pol Pot.

    No hablo de Atrabilioso como alguien "hitleriano", sólo digo que la asociación entre el suelo, el paisaje del lugar y el alma de la comunidad, tal como me parece que la promueve Andrés Hurtado, corresponde a sistemas de valores típicos nacionalistas, en este caso al Blut und Boden hitleriano. Es que eso es muy serio, no es cuestión de ser buenas personas. Tengo plena certeza de que Andrés Hurtado es un señor amable y simpático con gran capacidad de amar el paísaje (algo que valoro mucho en cualquier persona). Pero esa atribución de identidad al paisaje y de paisaje a la identidad me parece muy peligrosa, y el salto de ese mundo "patriótico" al nacionalismo más perverso es facilísimo. ¿Por qué no me dice qué le parece esto?

    En cambio lo de Caballero no es hitleriano en absoluto: es la mentalidad del criollo colonial, el desparpajo para decir cualquier disparate con la certeza de que la cohorte de lambones siempre reconocerá sus altas virtudes literarias y no le reprocharán nada. Lo cierto es que no me lo imagino diciendo que un asesino o violador que haya cometido sus crímenes en otro país no debe ser extraditado, no es tan tonto, creo que estudió derecho y sabe que eso es absurdo.

    La naturaleza como nuestro medio no tiene fronteras y no está ligada a ninguna nacionalidad, lo que hay en ese señor Hurtado es una explotación de los paisajes como fuente de orgullo, como si tuviera algún mérito, cosa repulsiva de todos los nacionalistas de todos los países (es que hay que conocerlos) y después la excusa de cualquier presencia extranjera como ultraje a la patria. Eso es tan típico, tan viejo, tan obvio. No me imagino que le dé igual que talen los parques para sembrar coca, pero ¿no ve que está de parte de su país? El daño de esos hampones se lo atribuye a los consumidores de cocaína (colombiano, al fin) mientras que la fumigación también es un ultraje a la patria.

    No creo en ningún sueño nacionalista, en nada que vaya más allá del respeto a los valores comunes de la sociedad liberal. El nacionalismo que hay ya es excesivo y ciertamente no excluye ni los atropellos ni los egoísmos: ¿es que los iraquíes del BAAZ eran más generosos con sus compatriotas? ¿O que los de Karadzic eran unos angelitos para todos los vecinos de su etnia? El nacionalismo es la peste de la modernidad y cualquiera que lo fomente está ya en el lado del crimen.

    Respecto a la comparación con una empresa, ya lo he explicado: una empresa selecciona a la gente más productiva y excluye a la que ve más perezosa o poco dotada. Una empresa existe dentro de un sistema legal que es ajeno, no puede dictar sus propias leyes, y en realidad existe en continua competencia con las otras empresas. Una empresa no admite el disenso radical, no puede ser que alguien se oponga a todo lo que se hace. Esas ligerezas afortunadamente no hay quien las crea en serio, porque de otra manera serían más peligrosas que las FARC (que también son un movimiento nacionalista).

    Lo que para mí quedó en el aire de esa discusión es si una intervención extranjera respaldada por la gente y solicitada por el gobierno es deseable. Colombia no puede acabar sola con las guerrillas, ya van más de tres años de este gobierno y no se las ha reducido de forma drástica.

    Si el nacionalismo de suponer que eso es destruir el país y ultrajar la soberanía no es fetichismo del que definí en mi soneto, que venga Dios y lo vea.

    Acerca de lo de rechazar a los colombianos que viven en EE UU por parte de Juglar del Zipa, no he leído eso. ¿Dónde está?

    Gracias por leer y participar.

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  5. Anónimo5:01 p.m.

    Creo qe confundi con otro blog de ese grupo, tal vez es el de Marsares, y en el que encuentra las opiniones correspondiente a la primera columna de Oscar en Atrabilioso.

    Como dice el mismo Fray Mamolas, 'me canse de perdonar'.... caminen directo para la mierda...

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  6. John Jairo, usted habla de patriotismo sólo como una cosa positiva, y es algo muy discutible. Una cosa es el espíritu cívico, otra la rectitud, otra el amor a la tierra, otra el nacionalismo. Casi todas las cosas buenas que usted menciona no son propiamente patriotismo sino el resultado de la civilización, sobre todo lo que tiene que ver con Israel. En ese país hay mucho nacionalismo del sensato, al igual que en Suiza y en EE UU, pero su energía procede del altísimo nivel cultural de su población, y también de las ayudas exteriores. Los judíos son una comunidad muy poderosa en EE UU y también en ciertos países de Europa.

    En Colombia sí hay nacionalismo del malo en forma de antiamericanismo y también en forma de obsesión por el país. Lo que pasa es que yo soy muy antinacionalista, me siento muy identificado por la cita de Ortega y Gasset que copié en País Bizarro:
    «... el nacionalismo no es más que una manía, el pretexto que se ofrece para eludir el deber de invención y de grandes empresas. La simplicidad de medios con que opera y la categoría de los hombres que exalta revelan sobradamente que es él lo contrario de una creación histórica».

    No creo que llegue a haber guerra con Venezuela. No hay en Colombia nadie capaz de emprenderla ni interesado en hacerlo, como no fuera una invasión, caso en el que intervendría EE UU. Pero Chávez no es estúpido, no va a invadir a Colombia para crear descontento en su país y terminar como Sadam.

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  7. John Jairo, avíseme cuando tenga su blog. Así lo enlazaré (pondré su vínculo en esta página.

    No creo que Londoño ni Santos dijeran que Chávez iniciaría una guerra contra Colombia, sino que en su expansión continental apoyaría a las FARC. La cuestión es de que Colombia sea capaz de mantenerse unida contra el narcoterrorismo. Ni siquiera con ayuda de Chávez, que ya hay, podrían vencer a un país resuelto a combatirlos.

    Nuestro caso no se parece nada al de Israel. Lo que sí se parece a Israel es EE UU, es decir, un lugar en el que unos europeos singulares van a construir su utopía. A Colombia vinieron a robar y lo siguen haciendo. Lo que necesitamos no es hacer frente a un enemigo exterior, sino ser productivos, respetar las leyes, combatir la mentalidad tradicional, porque ésa es la que da a luz tanto mamerto.

    Eso es lento, pero se va avanzando. La hegemonía mamerta en la vida intelectual es menos absoluta que hace diez años.

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