viernes, abril 22, 2005

Un nuevo califato: ¿amenaza o esperanza?

Juan Gabriel Tokatlian, uno de esos pensadores cardinales que orientan a todo un continente, ha publicado hoy un artículo en El Tiempo acerca de los cambios que se presencian en la comunidad musulmana. La importancia de Tokatlian proviene de esto: ante cada cuestión compleja o polémica, no hay ninguna necesidad de devanarse los sesos ni perder tiempo informándose sobre las cosas: basta con averiguar qué ha dicho al respecto Tokatlian porque lo justo será sin remedio lo contrario. Con respecto al narcoterrorismo en Colombia ya lo hemos experimentado. Latinoamérica tiene en ese sentido grandes expectativas de desarrollo, porque la pérdida de tiempo buscando la verdad ralentiza el ritmo de desarrollo de las demás regiones del planeta, mientras que nosotros contamos con Tokatlian, nuestro guía inverso. Lo del califato es un ejemplo perfecto.

Cuando dice que algunos pretenden reinstaurar el califato, no hay que pensar lo contrario, por cuanto se trata de un hecho objetivo y no de una opinión, pero en cambio cuando dice que esa pretensión es una amenaza, hay que pensar, como corresponde, que es una gran esperanza. Sólo hay que imaginarse a los musulmanes y a las poblaciones de los países de mayoría musulmana como seres humanos bastante más parecidos a los del resto del mundo de lo que los prejuicios corrientes permiten suponer. ¿Qué les ocurriría si tuvieran una autoridad religiosa central y por tanto una especie de legalidad respecto a las cuestiones religiosas? Lo normal es que cesaran los excesos de los clérigos, pues a fin de cuentas esa autoridad viviría en un equilibrio continuo entre las diversas tendencias del clero, y éste a la vez tendría que dialogar con la gente.

No es lo mismo un señor como el papa que es responsable ante el mundo de lo que hacen sus fieles y no puede legitimar el terrorismo, por ejemplo, sin ver con ello amenazado su poder mundano y poner a sus fieles ante la realidad de una guerra ante la que están en abrumadora desventaja. Como no hay una autoridad religiosa central, ni hay teología de adaptación al mundo moderno ni crítica ni verdadera discusión, ese papel de liderazgo religioso lo asumen personajes como Bin Laden. Todo eso es muy fácil comprobarlo: la comunidad chiíta tiene una autoridad central, máxima, incuestionable, que en la actualidad es el ayatolá Sistani. Este señor influyó mucho en la derrota de la facción de al-Sadr que pretendía hacer la guerra contra los ocupantes occidentales en Irak.

Y también contribuyó en gran medida a hacer que los chiíes participaran en las recientes elecciones, lo cual fue el factor determinante de su éxito, y lo será también de la democratización de Irak. Esa autoridad religiosa central islámica o al menos de la mayoritaria secta suní tendría un papel parecido al del papa, y sin remedio tendría que buscar un consenso respecto a las cuestiones centrales, como la aplicación de la sharía o la noción de yihad contra Occidente. Lo que pasa es que el lector tendrá que leer el artículo recordando que la sensatez y la mejora posible de las cosas parten de estar en las antípodas de Tokatlian: ¿quería él que los chiíes participaran en las elecciones iraquíes? ¿Y que la rebelión de al-Sadr fuera derrotada?

Y cuando el papa humilló y desautorizó al asqueroso asesino ERNESTO CARDENAL, el típico patricio latinoamericano que no tiene el menor escrúpulo en mandar a los pobres a matarse para acumular poder político personal, ¿sintió un gran alivio Tokatlian al pensar que en la región centroamericana iban a cesar los asesinatos? El temor al califa es el temor a alguien que tenga autoridad y reconocimiento entre los musulmanes para desautorizar el terrorismo, pues hoy por hoy el enfermizo barbudo saudí ha pasado a reemplazar en los sueños de estos desalmados al médico barbudo argentino que quería crear muchos Vietnam. A veces las cosas son más simples de lo que parecen. Y si eso no fuera así, ¿cómo se figuran que fuera a escribir este señor en un periódico en el que se dice tranquilamente que matar policías es lícito?

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