martes, septiembre 09, 2014

¿Lloriqueamos?

Por @ruiz_senior

El triunfo de Santos genera en Colombia una situación que nadie había previsto: un triunfo en toda regla de los comunistas y sus bandas de asesinos, que ahora avanzarán "como nunca antes" en la implantación de su tiranía.

Desgraciadamente tienen el éxito asegurado porque no hay oposición. Si la hubiera las tareas que debería emprender son enormes, pero muy fáciles de definir. Voy a enumerar algunas que me parecen importantes y urgentes:

- Elaborar los argumentos para promover un proceso ante la Corte Penal Internacional por el genocidio cometido por las bandas terroristas y sus socios urbanos.

- Desarrollar en los medios de prensa y en las redes sociales del exterior una campaña prolongada de explicación sobre la verdadera naturaleza de las bandas terroristas, que permita desactivar el mito de que representan a campesinos pobres.

- Promover la denuncia internacional del carácter dictatorial y fraudulento del régimen colombiano, explicando todos sus nexos con las mafias de la cocaína, los atropellos judiciales, las doctrinas abiertamente criminales de sus funcionarios, las características del fraude electoral y demás.

- Desarrollar un programa político que conduzca a la convocatoria de una Asamblea Constituyente que corresponda a los valores de una democracia moderna y que permita reorganizar el poder judicial de modo que todos los miembros de organizaciones terroristas que ejercen de jueces y fiscales sean procesados por sus actuaciones favorables al genocidio y a la persecución de inocentes.

- Crear medios de prensa independientes que desactiven las mentiras sistemáticas de la propaganda del régimen. Las nuevas tecnologías reducen drásticamente los costos de una actividad semejante.

- Promover el procesamiento de Eduardo Montealegre ante el Consejo de Estado por muchos casos rampantes de prevaricato y participación en política. Señaladamente la negativa a tomar en cuenta los dictámenes periciales que incriminaban a Sigifredo López.

- Denunciar el caso del secuestro y asesinato de los diputados del Valle como un crimen de lesa humanidad que debe conocer la CPI.

- Denunciar ante los medios internacionales y ante la Asamblea de la ONU y el Consejo de Seguridad las actuaciones de los funcionarios de esa organización en las que se vea clara complicidad con el terrorismo, cosa que no es difícil de demostrar.

- Del mismo modo, denunciar ante todas las instancias pertinentes y ante los medios de prensa las actuaciones concretas de las ONG de Derechos Humanos en las que se detecte el afán de favorecer la actividad de los terroristas.

- Promover en las redes sociales la denuncia de las mentiras características de la propaganda del régimen y del adoctrinamiento de escuelas y universidades, de modo que los usuarios tengan oportunidad de conocer los hechos ciertos.

- Organizar por diversas vías a los activistas que rechazan la imposición de la tiranía comunista, de modo que las redes sociales, que todavía operan con alguna libertad, sirvan de contrapeso al formidable aparato de propaganda del régimen.

BUENO, nada de eso se hará porque no hay oposición sino uribismo. El uribismo no va a promover una denuncia por genocidio porque tendría que buscar el castigo de sus socios más amados, como Angelino Garzón, vicepresidente del partido de las FARC en los años ochenta y miembro del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista de Colombia, que era la entidad que encargaba los secuestros y masacres. O de su flamante senador Everth Bustamante, miembro de la dirección de M-19 condenado por terrorismo y determinador junto con otros asesinos de la toma del Palacio de Justicia en 1985.

El uribismo no va a denunciar el concierto para delinquir y lavar activos de La Habana porque ya ha anunciado que lo apoya y sólo espera la ocasión de ocupar un puesto en la mesa de negociación. El hecho de que su campaña electoral se centrara en la educación, ¡en la educación!, muestra la indigencia moral e intelectual de esta gente. Un payaso rústico habría tenido ideas más valerosas y reflexivas.

Tampoco va a denunciar a Montealegre ni a Sigifredo López porque los considera aliados potenciales. ¿O es que ya todos olvidaron el entusiasmo con que acogieron el nombramiento del fiscal, con el que "volvía el Derecho"? Muchos años antes, cuando era presidente de la Corte Constitucional, el prócer se había opuesto a que se obligara a los magistrados a decretar soluciones viables (por ejemplo, pagos por tutelas que se pudieran asumir y no de muchos millones de dólares), ¡porque ellos no iban a hacerse cómplices de la ineficiencia del Estado!

Yo podría explicar, respecto de cada punto de los señalados, por qué el uribismo no hará nada, pero ¿no basta que en ocho años de predominio no hiciera más que abrirle el camino a Santos y a Roy Barreras y que después se negara a hacerles oposición para no perder las clientelas que viven del erario? El uribismo sencillamente parasitó la indignación con el Caguán para que unos cuantos hicieran carrera y después le entregó todo el poder a la oligarquía.

Y uno escribe eso sabiendo que los únicos que no confían en que la solución a todos los problemas es una presidencia vitalicia del Gran Timonel son los partidarios del terrorismo. Sencillamente no se hará nada, salvo tal vez buscar votos a finales de 2015 para cobrar sueldos de concejales y alcaldes con la efigie del Gran Timonel al que una parte menguante del pueblo seguirá idolatrando. 

Eso sí, habrá mucho lloriqueo. ¿No es un componente natural de un proceso como la toma del poder por las mafias terroristas? Sí, es el fondo del decorado, como las notas bajas de una pieza musical.

Lloriqueemos, está demostrado que reconforta. Esperanza no hay, los lambones triunfaron.

(Publicado en el blog País Bizarro el 25 de junio de 2014.)